Capitulo uno.

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Era el alba, cuando el tenue murmullo de los pájaros rompía el silencio de la madrugada, perturbando a quienes aún se aferraban a los últimos vestigios de sueño. El aire era gélido, y el frío parecía suplicar a la gente que permaneciera envuelta en mantas cálidas; sin embargo, el deber llamaba con insistencia inquebrantable.

Soldier, quien había anticipado este día desde hacía años, observaba su reflejo en el espejo, asegurándose de que su uniforme estuviera impecable. Con una mezcla de nostalgia y determinación, depositó una carta en la mesita de noche de sus padres y les dio un beso en la frente, un gesto silencioso que contenía promesas de regresar y de cumplir con su misión. Luego, con un suspiro profundo, abandonó el hogar en dirección a la base militar.

Al arribar a su destino, Soldier fue recibido por el imponente edificio que albergaba la academia militar. No pasó mucho tiempo antes de conocer a dos figuras que, sin saberlo, marcarían el inicio de una nueva etapa en su vida. Uno de ellos era un científico, cuya mente prodigiosa estaba al servicio de la investigación. La otra figura era un hombre de aspecto enigmático: vestía un sombrero café que apenas dejaba entrever sus ojos astutos, su mostacho le daba un aire de autoridad, y su cabello color café claro recordaba el tono de la lúcuma.

Soldier avanzó con pasos firmes hacia el imponente edificio central de la base militar, donde lo aguardaba una figura que encarnaba tanto respeto como temor. El general Torcher, un hombre de porte altivo y presencia intimidante, estaba allí, de pie como una estatua impenetrable. Su silueta alta y robusta se recortaba contra la tenue luz que filtraba en la sala. Vestía un traje amarillo que, lejos de restarle seriedad, añadía un toque peculiar a su aspecto ya temido, complementado por una máscara de gas que ocultaba su rostro, tornando imposible adivinar sus expresiones.

La voz del general, cuando habló, era tan fría y severa como el hielo en la cumbre de una montaña. Cada palabra, precisa y medida, parecía sopesar la valía de Soldier, quien, a pesar de la dureza de aquella mirada oculta, no perdió su habitual sonrisa y su tono positivo. Soldier respondía con energía, irradiando un entusiasmo que, en apariencia, no encajaba en un lugar donde el deber y la disciplina eran inquebrantables. Sin embargo, detrás de aquella fachada alegre, se ocultaba un joven que cargaba consigo sombras que nadie más veía.

Torcher observó a Soldier con detenimiento, como si buscara en él una chispa de fortaleza oculta. A pesar de la delgadez de su físico, había en Soldier una fuerza que no residía en sus músculos, sino en su capacidad de perseverar. Quizá era precisamente esa dualidad, esa combinación de alegría y misterio, lo que despertó el interés del general. Torcher, siempre en busca de soldados que pudieran soportar los rigores del combate, decidió someter a Soldier a una serie de pruebas, convencido de que aquel joven tenía algo más que ofrecer que su sonrisa desbordante.

Torcher, con una mirada intensa, comenzó a examinar el expediente de Soldier. Su expresión severa se suavizó ligeramente mientras leía sobre las habilidades y logros del joven soldado. La curiosidad se apoderó de él, y su mente comenzó a analizar los datos, buscando algo más allá de las estadísticas y los informes.

"Soldier, ¿cómo lograste obtener tan altas calificaciones en combate y estrategia?" preguntó Torcher, su voz aún firme pero con un matiz de interés.

Soldier sonrió, su mirada brillante. "General, siempre he creído que la clave del éxito radica en entender a los demás y adaptarse a las situaciones. Mi padre, un antiguo soldado, me enseñó a pensar en el campo de batalla como un tablero de ajedrez."

°•-♡ I feel different with you ♡-•°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora