Entre Dos Tierras

Adiós Zoro-ya

El primer día de la semana había comenzado, zoro como de costumbre estaba 30 minutos antes sentado en el salón, observava la puerta un poco ansioso, desde su encuentro con sanji todo lo demás había quedado en segundo plano, no negaba para nada la tristeza que aún le producía lo que días atrás sucedió con law y aún moría de ganas por volver a verlo pero lo de sanji ese secreto que se juro a sí mismo jamás contar le revolvía agradable el estómago.

Finalmente lo vio entrar distraído y sonriente, el mismo desvío la mirada nervioso ante su presencia en cuanto el rubio alzó el rostro y le vio.

Sanji camino de forma elegante y como una perfecta danza terminó sentado junto a zoro quien con un deje de calor en las mejillas finalmente decidió encararlo.

-Buenos días - el primero en hablar fue el rubio quién le sonreía abiertamente y sin penas.

-hola... Sanji - respondió zoro frunciendo ligeramente el ceño, no porque estuviera molesto mas bien porque moría de los nervios y no entendía como algo tan simple como esa sonrisa sincera y sobre todo publica lo ponían así.

Sanji lo noto en sus coloradas mejillas y sólo concentró sus movimientos en preparar sus cosas sobre la mesa, siempre había sido ordenado si de la escuela y la cocina se trataban.

El peliverde de los oscuros ojos desvío su vista a la ventana fuera todo parecía ser un día normal, cada vez llegaban más estudiantes debido a la hora mas ubo algo que llamó su atención un tipo parecía estar perdido y no entendía porque pero eso le dio mala espina.

Siguió sus movimientos un rato habló con algunas personas y luego solo se quedó observando de un lado a otro, pasaron unos minutos más y finalmente se fue luego de hacer una llamada.

Extraño.

En fin, devolvió su vista al frente volviendo a mirar de reojo a sanji quien parecía tranquilo y feliz.

Zoro por su lado bajo la vista pensativo, que pasaría de ahora en adelante, lo de sanji había sido extraño y que fuera un secreto le gustaba más no estaba seguro de sí seguir con aquella aventura o no.

Tener a sanji de amante no sonaba tan terrible como tener un novio del cual no sabes nada y que por obvias razones ya no era el mismo.

El echo de que law había recobrado sus memorias sólo significaba que el law que conoció ya no existía más y que hasta este punto no sabía con qué se encontraría, la culpabilidad que sentía por haberse acostado con sanji era menos a la que creía, será por el echo de que law ya había traicionado su acuerdo de noviazgo y había desaparecido o más bien él lo estaba evitando.

Ya no le llamaba ni le buscaba pasaba los días junto a sanji y aunque eso del sexo no se volvió a repetir ambos sabían que tarde o temprano pasaría.

Y especialmente este día en el cual sanji parecía más ancioso a medida que pasaba el día.

Por la tarde, llegando casi a la hora de salida sanji finalmente se decidió de entregarle a zoro un pequeño papel doblado, zoro le vio incrédulo y lo tomó para ver su contenido.

-"¿hoy vienes?" -

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Tenía al rubio empotrado contra la mesa del comedor, sus finas caderas entre sus gruesas manos eran sostenidas con fuerza mientras lo embestia con un ritmo pausado restregandoce en lo más profundo del interior de sanji quien a su vez jadeaba bajito y agudo el nombre del peliverde y lo bien que se lo hacía.

-más... Zoro - por entre sus labios se escapaba un hilo de salíva, miraba de reojo a zoro quien parecía hipnotizado viendo como entraba y salía del cuerpo del rubio.