Law

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-"no se si pueda perdonarte" -

Entro como una daga directo a mi corazón, separe nuestras manos y re volví mi cabello en un deje de desesperación.

-ah... Lo entiendo - me levante pasando junto a él y fui a la ventana, hasta este momento no creí poder sentirme peor y allí estaba desmoronandome otra vez, escuchando la inevitable desicion de zoro.

Lo sentí levantarce y caminar a mi lado, jalo suavemente de mi brazo obligándome a mirarlo, las aguante todo lo que pude pero esas rebeldes lágrimas insistían en salir de a montones.

-eso no significa que esté es el final law... - ¿ah no?, lo mire confundido - primero tienes que mejorarte...

-zoro-ya - murmure volteando a verlo, le regale una pequeña sonrisa y extendi ambos brazos esperando me correspondiera y así fue a paso lento se apego a mi y lo abraze con todas las fuerzas que me quedaban - te amo mi caramelito - susurre y sentí como se unían los pedazos confundidos de mi alma.

-yo a ti... - correspondio mi sentimiento y sonreí desde mi alma después de tanto tiempo.

Nos quedamos un rato allí disfrutando el uno del otro en silencio, zoro me estrecho más contra su cuerpo.

-oe, law... - su voz sonaba nerviosa y un poco ansiosa, podía deducir más o menos a que se debía.

-dime amor... - susurre en su oído, lo sentí estremecer entre mis brazos, se apego más a mi, guardo silencio y bese su mejilla, extrañaba todo de él, lo deseaba  con locura, quería demostrarle que lo amaba, que jamás nada fue tan importante como este momento, re compuso mi corazón con un par de palabras y me sentí como un tonto, estaba a su merced, haría lo que me pidieran sin dudarlo, hundi mi nariz en su cuello hinalando su aroma, esa se convirtió en mi mejor droga, toda mi vida quedaba reducida a ese momento, ese pequeño instante de tenerle cerca.

Bese su cuello, se estremeció nuevamente suspirando con su rostro hundido contra mi piel, beso con sus cálidos labios mi pecho y sentía como los colores volvían a aparecer ante mis ojos, todo de él era tan sincero y puro.

-tu... Digo yo... Tengo ganas - su voz sonaba tan avergonzada y llena de exitacion, toda la sangre que recorría mi cuerpo se calentó de golpe.

Me separe de él, camine a la puerta, mire afuera, allí seguía luffy expectante, le hice un gesto con la mano para que se fuera, le sonreí y el me devolvió la sonrisa se veía tan feliz como siempre, volví a entrar y cerré la puerta, la habitación se oscureció cuando zoro cerró la cortina y fui a abrazarlo por la espalda.

-¿estas seguro? - pregunté un poco inseguro.

-si no... Como voy a perdonarte - me miro por sobre el hombro y tomó mis manos guiandolas hasta su crecida entrepierna, me apegue a él para que sintiera la mía.

Comencé a besar su cuello, extrañaba tanto esa piel, su cuerpo, su rostro sonrojado, cuando se estremece bajo mis mano, baje sus pantalones sin dudarlo, quería ir lento disfrutarlo y que me disfrutará pero no podía esa parte salvaje de mi ser quería morder lo, ponerlo contra la pared y follarmelo bien duro.

-es tan difícil contenerme junto a ti... - susurre sobre su piel, mientras una de mis manos había comenzado un vaivén lento sobre su miembro, sin dudarlo comenzó a jadear bajito.

-no lo hagas... - cerró los ojos con fuerza, esa era la afirmación que necesitaba para soltarle las cadenas a mi yo del pasado, ese que amaba el sexo intenso y salvaje, el sexo desinteresado y egoísta.

Y también estaba mi otra parte, la que quería hacerle el amor a zoro, la que quería besarlo y acariciarlo.

Terminé de bajar sus pantalones y me agache a sus espaldas, guíe mis manos a apretar cada nalga, morder y separarlas dejando a la vista aquella entrada a mi paraíso personal, comenzó a gemir sin pudor y se inclino ligeramente apoyandoce contra la pared, acerque mi lengua y comencé a recorrer toda su piel, sus piernas comenzaron a temblar, lo penetre un par de veces con la lengua antes de volver a alzarme contra su espalda, libere mi propio miembro y me acomode tras de él.

-se que quizás no es la disculpa que esperabas -comencé a empujar contra su trasero metiendo la punta- pero ya no aguanto las ganas de hacértelo amor...

Su respuesta solo fue un gemido ahogado, bajo la cabeza y apretó los puños contra la pared, guíe mis manos hasta las suyas tomándolas y comencé a besar su espalda mientras seguía entrando, gimió de dolor.

Me quedé un rato disfrutando de su estrechez, seguía besando su espalda subiendo a su cuello y acercándome a su oreja.

Me sentía devil y ligeramente mareado, comencé a moverme entre cerrando la mirada.

-no tienes idea... Cuando te deceaba - hablo entre cortado jadeando exitado.

-esto... No durará mucho zoro-ya - murmure en su oído, este solo asintió y así fue, cuando me sentí llegar al próximo clímax comencé a masturbarlo, se vino más rápido de lo que creí y yo terminé a la par mas exhausto de lo que me ubiera gustado terminar, me quedé un rato allí sin salir de su interior abrazándolo, volví a sentirme mareado, mi cuerpo se tambaleó ligeramente y zoro pareció notarlo.

-¿estas bien? - hablo tratando de recobrar el aliento.

-si... Solo estoy cansado - murmure separandome de el, termino de quitarce los pantalones para no ensuciarlos y se volteo para encaminarme a la cama, me senté y el se acomodo junto a mi - me duele la cabeza...

-lo siento law... Yo no debí pedirlo - su voz sonaba un poco triste.

No respondí con palabras, solo lo jale y me recosté abrazándolo, llevaba varios días durmiendo solo un par de horas y con insomnio y ahora me sentía tan cansado y con sueño.

-¿law? - preguntó zoro al no escuchar respuesta del pelinegro, le vio a la cara, estaba durmiendo su respiración parecía tan calmada y su rostro tan pacifico, zoro lo estrecho más contra su pecho y haciéndole compañia se durmió a su lado.



Entre Dos TierrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora