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Lazos Rotos

Son Pan.

-Yo seré quién gane -decía intentando darle un fuerte golpe a Uub en la mejilla.

Él en seguida lo esquivaba dándome una patada en el estómago, el impacto fué tan fuerte que terminé con la espalda contra una roca, cayendo sentada en el suelo.

-Basta, ya es suficiente -escucho que dice a unos cuantos metros de mí, levanto la vista a él y escupo un poco de sangre.

-No aún, debo volverme más fuerte -menciono acercando mis manos al frente, ambas manos están llenas de cortadas pequeñas y de sangre. Mi vista se ha vuelto un poco borrosa a medida que mis manos tiemblan.

Parece ser que el tiempo no pasa pero en realidad si ha pasado, han pasado cuatro años desde que mi abuelito se fué a entrenar con Shenlong y no ha regresado aún no un solo día ¿Por qué? Todos parecen haber perdido la esperanza de que el regrese, todos menos yo.

Incluso mi abuelita Milk está cediendole paso a la vejez, pero no es una vejez tranquila, está angustiada por los lazos rotos que se han provocado desde que mi abuelito no regresa, aún no puedo creer lo descuidado que es para abandonarla así a su suerte.

-Pan, es suficiente, debo regresar a mi casa -dice Uub.

-Está bien, me quedaré un poco más acá -respondo viendo hacia el cielo, cierro los ojos un momento y entonces escuchó una voz que conocía perfectamente.

Trunks Briefs.

-¿Qué pasa aquí? -pregunto pasando entre algunos arbustos.

Noto a Pan completamente golpeada sentada en el suelo y a Uub con los puños rojizos. No lo pienso dos veces para ir contra Uub tomándolo de su traje.

-¡Cálmate Trunks! -me grita.

-¡¿Qué le hiciste?! -cuestiono dándole un vistazo a Pan.

-Solo estábamos entrenando -respinde Pan en un hilo de voz, en ese momento suelto a Uub y me acerco a ella hasta llegar a su lado observando hacia su rostro con un poco de preocupación.

-¿Pero por qué? Sabes que no te hace falta -musito poniéndome de cuclillas frente a ella.

Me da una mirada y luego voltea a ver a Uub, en ese momento él se retira del lugar dejándonos a solas.

-Sabes que quiero ser tan fuerte como mi abuelito -dice en un suspiro-. Cuándo regrese estará orgullosos de mí.

-Estoy seguro que desde ya lo está -respondo tomándola en brazos.

No le puedo decir que su abuelo nunca va regresar, no me creo capaz de eso, si se lo llegará a decir sé que la haría sentir muy mal, porque su abuelo era su mayor ejemplo a seguir y el ser que más admiraba y sigue admirando.

Aún recuerdo como abrazaba la ropa de su abuelo con tanto cariño el día que él se fué con Shenlong, sé que él nunca regresará por haber hecho un trato con Shenlong pero nadie, ni siquiera mi padre se atrevió a decirle la verdad, solo le dijo que guardara la ropa de su abuelo con mucho aprecio.

-¿Como puedes estar seguro? -preguntó sacándome de mis pensamientos.

-Pues porque a pesar de todo sé que eres su nieta consentida -respondí empezando a volar hacia el hospital central.

Ya no contamos con las esferas del dragón, no puedo permitir que se siga haciendo daño de esta manera, si se llega a herir muy gravemente algún día no podremos volverla a la vida ¿Qué sería de la mía habiendo perdido a otra de las personas con las que compartí tanto tiempo viajando por el espacio exterior? No me podría perdonar eso...

Llegamos al hospital central, ya era muy de noche y Pan parecía estar cada vez más débil en mis brazos, dejé de volar en un lugar donde nadie notara como había llegado y corrí loas rápido que pude a la puerta de emergencia, sin embargo un guardia me detuvo.

-No pueden pasar -dijo secamente observándonos con una mirada fría.

-¿No ve que es una emergencia? -le cuestioné con una voz llena de rabia.

-No puedo hacer nada, todos los médicos están ocupados.

-¡Eso no puede ser! -le grité observando hacia adentro, un médico pasaba por un pasillo y le empecé a gritar que se detuviera llamando su atención.

Intenté pasar pero el guardia no me dejaba, no hasta que el médico le hizo una señal para que me dejara avanzar.

-¿Qué le pasó? -me preguntó al ver el grave estado de Pan en mis brazos.

-Se cayó -mentí-. De un sitio alto a causa de bullying que sufre por causa de sus compañeros de colegio -agregué dando un suspiro.

-Lo lamento, no tenemos camillas libres.

-Pero esto es un hospital, es una emergencia.

-No podemos recibirla como paciente, vallan a otro hospital.

-Este es el único que funciona las veinticuatro horas ¡Maldición! -le grité.

-No puede gritar aquí, están en un hospital así que guarde la calma.

-¿Cómo me puede pedir eso cuando le están negando la atención?

-Doctor -nos interrumpe una enfermera-. Lo están esperando.

-Bien, vamos -le responde él.

-Espere -le interrumpo-. ¿Y nosotros?

-Enfermera -pronuncia dirigiéndose a la chica a su lado- deles unas vendas, alcohol y algo para el dolor, que firmen de recibido y se retiren de aquí, no son horas hábiles.

-Si doctor -dijo la enfermera retirándose en sentido contrario al del doctor ante mi mirada de incredulidad.

Unos momentos después volvió con una bolsa y dentro de ella lo que el doctor había recomendado además de algodón. Me hizo firmar y luego le pidió al oficial de seguridad que nos escoltara hacia afuera.

Suspiré y caminé hacia afuera sentándome en una banca bajo un faro limpiando las heridas que ella tenía en el rostro y manos.

-No tienes que hacer esto por mí... -musitó.

-No digas esas tonterías -dihe suspirando-. Haría esto y más por tí. Yo me encargaré de cuidarte.

-¿Sabes que no estás en la obligación de hacerlo? -cuestionó abriendo los ojos observando a los míos, reí levemente y asentí con la cabeza.

-Sí, lo hago porque quiero y porque atesoro los momentos que vivimos en nuestro viaje espacial, estoy seguro que tú abuelo hubiera querido que yo te cuidara.

-No hables como si mi abuelo estuviera muerto.

-Está bien, pero ¿Me dejarías cuidarte hasta su regreso?

-No aceptarás un no como respuesta.

-¿Es un sí?

-Sí.

Agosto de Angustias [Trupan. Drabble, One Shot's] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora