Cuando terminó la hora de la clase no esperé mucho en retirarme, no quería seguir cerca de esa mujer , sin embargo, al poco rato de salir me di cuenta que olvidé mi cargador de celular en el salón y me resigné a tener que regresar; por suerte, mi amigo Noé me alcanzó y me lo entregó.
– Gracias Noé, ojalá no nos alcance la lluvia - ambos miramos al cielo, no tardaría mucho en soltarse la lluvia
– Por nada... Alessia - se le dibujó media sonrisa en el rostro cuando volví a mirarle
– Odio ese nombre, no me digas así - advertí con fastidio
– ¿Por qué no? Es bonito, además... te pones curiosa cuando te dicen así, lo noté cuando la profesora te llamó de esa manera - me guiñó con un toque insinuante
– ¿No tienes a otra chica a quien molestar? - él pasó su brazo por mi hombro pegándose a mí
– A ninguna, Alessia - dijo mientras caminábamos
– ¡Hey tú! - reconocí una voz molestosa a nuestras espaldas - Suelta a mi chica- demandó
– No soy tú chica - me giré a reclamarle
– ¡Díaz! - saludó Noé - Que no te escuche Juli, ya te soporta lo suficiente
Resultó que esos dos eran amigos cercanos. No entendía cómo era posible su amistad si Noé era un chico inteligente, educado y el tal Díaz... bueno, él era no tan desagradable.
– Si hubiera sido cualquier otro chico esto se hubiera puesto feo - rompió el silencio mientras veíamos a Noé alejarse- no puedes ir por ahí...
No lo dejé seguir hablando, le tiré a la cara el poco de agua que tenía en mi pequeña botella que cargaba en la mano
– ¡Hey! - se sacudió como perro salpicándome - A la próxima, si vas a aventarme algo que sea un beso
– ¡Pezzo di cretino! Y para que lo sepas... sólo estoy hablando contigo porque necesito que me des el dinero del vidrio que rompiste
– Uhmmm... - entrecerró los ojos mirándome con simpatía
– ¿Qué? No me salgas con que no tienes dinero- dije antipática
– No es eso, estoy pensando...
– ¡Qué maravilla! Creí que tenías la cabeza de adorno - él me reprobó con la cabeza haciéndose el importante
– No te daré el dinero - expresó sonriendo al verme a punto de explotar
– ¡¿Cómo qué no?! - le grité
– Pues así como escuchaste, muñeca. No te lo daré - él continuó a paso lento con su camino y yo al ver que se alejaba «así como si nada» me apresuré a alcanzarlo
Díaz era alto, por lo que su paso aunque era lento era suficiente para dejarme atrás «muy fácil y sin fatiga para él, claro estaba». Y básicamente me la pasé persiguiéndolo por medio campus, y como él simplemente me ignoraba, no aguanté y comencé a insultarlo (mayormente en italiano), hasta que entró a un aula donde estaba la profesora de inglés...
«Me quedé parada en el marco de la puerta, sólo así me detuve de seguir a Díaz»
– ¿Qué, se te acabaron los insultos?- frunció el entrecejo
– Sei uno stronzo! e sono stanco di te
« ¡Eres un imbécil! y estoy cansada de ti »
– Eres encantadora cuando insultas en otro idioma... - entonó con sarcasmo
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Pensar en ti
Teen FictionPara Lucia que ha sufrido dolorosas pérdidas, los viajes siempre han representado una nueva oportunidad, después de irse de casa siendo tan joven, finalmente, decidió regresar a lo que recordaba como hogar. Pero como todo en la vida... Nada vuelve a...