1

1.7K 105 32
                                    

Capítulo 1: Transformación exitosa

Bajo el Imperio se encontraba el laboratorio que estaba siendo inspeccionado por el Tercer Príncipe.

A primera hora de la mañana, el general Ed recibió órdenes para escoltar al Tercer Príncipe, Félix. No sabía qué diablos haría el príncipe, ya que era conocido por causar problemas y por hacer que otros le limpiarán el culo.

-Su Alteza, ¿qué hará el día de hoy? Mis subordinados realmente no quieren usar el poco tiempo de descanso que tienen para visitar el laboratorio por la tarde...

-Tendrán que esperar...

El tercer príncipe ignoró por completo la expresión desagradable en el rostro del general.

El laboratorio secreto bajo el Imperio no se consideraba como un secreto entre los oficiales de alto rango, debido a que muchos trabajos "no permitidos" se realizaban allí. Ed sabía que, como persona sin conocimientos técnicos, no tenía motivos para pisar el laboratorio. Además, la forma en la que necesitan verificar su identidad para ingresar al laboratorio no era muy agradable. Los dos fueron conducidos a la sala de observación, que estaba situada junto al centro del laboratorio, en donde la vista era a través de un único espejo.

Ed, al ser un alfa, percibió agudamente un indicio de omega, pero el olor era muy caótico porque estaba mezclado con el aroma de un alfa, perturbándolo de vez en cuando debido a que el olor iba y venía. Puso la mano en el cristal y sintió que el olor provenía del centro del laboratorio. El vidrio posiblemente estaba bloqueando las feromonas.

-¿Puso a un omega a trabajar en el laboratorio subterráneo? ¿O a uno que no se haya inyectado los supresores? -preguntó Ed a Félix, girando la cabeza incrédulo, continuó-: Eso va contra la ley...

-¿Por qué no miras más de cerca?

Ed frunció el ceño y miró con desconfianza hacia el laboratorio. El personal le estaba extrayendo sangre a un hombre desnudo que tenía las manos y los pies firmemente sujetos a la mesa de observación. Cuando terminaron, lo llevaron a la siguiente mesa de operaciones, revelando el rostro del hombre.

El Mayor General Federal, Augus.

A diferencia de la cara seria que solía ver en las noticias o en el campo de batalla, el rostro de Augus estaba pálido, como si le estuvieran causando un dolor agudo para que no se moviera. A simple vista se podía ver cómo su pecho se agitaba violentamente y como el olor de omega provenía de él.

Estaban en el laboratorio y el enemigo que estaba cautivo emanaba feromonas de omega cuando se suponía que era un alfa...

Ed entendió lo que le quería mostrar Félix.

-... Con el debido respeto, Su Alteza. Pensé que los prisioneros de guerra deberían estar en la prisión imperial o en la sala de torturas en este momento.

-Su Majestad ha aceptado a que lo tenga a mi disposición. Como no hemos sido capaces de arrancarle una palabra en medio mes, lo traje aquí -Félix giró la cabeza y le preguntó-: Entonces, ¿Es una gran sorpresa ver a un enemigo, que alguna vez luchó contra ti, convertido en un omega? Es más, que dicho enemigo ahora solo pueda ser marcado y violado.

No estaba sorprendido, estaba aterrorizado.

Ed quería romper el cerebro de Su Alteza para ver si había algodón en él.

No era raro que el imperio humillara a los prisioneros enemigos, pero Félix nunca había hecho algo parecido. Reconstruir el sexo a alguien requería mucho tiempo y trabajo, porque el más mínimo error podía provocar el rechazo y la muerte instantánea del sujeto. Por eso, no había ni un caso éxito. Además el hombre era un general, por lo que utilizarlo en este experimento era básicamente lo mismo a un ejecución indirecta.

Celo forzadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora