La vida nos lleva por caminos extraños. No siempre acabamos donde queremos estar, y todo sea dicho con sinceridad. El sentido moral de la sociedad de hoy en día está más que podrido.
¿Quién decide qué está bien y qué está mal?
No es una novedad de este siglo. Siempre ha sido así, todo se ha comprado con dinero. Incluso la absolución por el más rastrero de los crímenes.
Entonces, ¿quién traza la línea que divide al bien del mal?
Esa era la pregunta que se hacía Ethan White cada vez que la noche bañaba de oscuridad su celda en la cárcel de San Francisco. Cuatro años encerrado, desde sus 18, con 22 ahora, y pagando un crimen cometido, aunque en su opinión, necesario.
Todos ahí se preguntaban qué es lo que escondía el chico de los profundos ojos azules. Porque si bien era el más joven de todos los condenados, nadie sabía de su procedencia, sus motivos para cumplir condena, o de las apariciones de nuevos tatuajes cada ciertos meses.
El chico de los ojos azules no hablaba con nadie, y es que nadie se atrevía a hablar con él...
Como dije antes, la vida nos lleva por caminos turbulentos, ¿o dije extraños...?. Bueno, en el caso de Chloe Prescott, definitivamente hablamos de caminos turbulentos. Aunque la chica con pecas, de ojos color esmeralda y con 18 años, se esforzaba en sonreír siempre. Así que nadie podía imaginar el tormento por el que pasaba todos los días.
Ella simplemente aprendió a poner la otra mejilla y a sonreírle al mundo, a pesar de desmoronarse cada noche tras esconderse el Sol.
Nadie jamás la había visto llorar, pero la oscuridad de su pequeña habitación en el desván, podría contar más de mil historias aterradoras acerca de las atrocidades cometidas entre sus paredes.
Él tiene una condena que cumplir.
¿Injusta?. Nadie sabría que responder.
Ella acaba haciendo un voluntariado en la cárcel para evadirse de su hogar. Ya es su segundo año, pero nadie la había avisado de que este año su destino sería la cárcel de San Francisco.
¿Y si sus caminos se cruzaran?
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Mini Historias
RandomUna mini historia para cada pareja de enamorados o de amantes. Un par de párrafos para aquellos que están desesperados o que simplemente, deben aguantarse las ganas. Cinco o seis capítulos para dar rienda suelta a la pasión, el dolor y el placer.
