CAPÍTULO 7

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―¿A qué hora estarán por acá, Jean?

―Estaremos ahí para la noche, debemos arreglar unas cosas en la empresa.

―Ya veo... ¿Y vendrás a cenar, cierto? Haré tu comida favorita, así que...

―¿Sabes lo mucho que te amo? Eres el mejor, hermano.

―Lo sé, lo sé. Entonces tomaré eso como un "Sí". Los veo acá. Por favor, tengan mucho cuidado.

―Claro que sí, hermanito. Te veo en la noche.

―Nos vemos.

Colgó y dejó su móvil sobre la isla de la cocina. De esta tomó los dos vasos con leche tibia y volteó para caminar hacia la sala.

―¡Ven, ya casi comienza la película!―Lo llamó Adrián agitando sus manitas para luego estornudar.

―Jaeger, te dije que te tapes cuando vayas a estornudar.

El niño lo miró apenado y sorbió su naricita.―Perdón...

―¡Leche!―Eric exclamó cuando divisó los vasos de leche en las manos del mayor.

Levi los observó con ternura cuando estuvo lo suficientemente cerca para entregarle a cada uno un vaso con leche tibia.

―¡Gracias, Levi!

―Gracias.

Estaban con las narices rojas, envueltos cada uno en mantas de dinosaurios y pollitos sobre el sofá más grande de la sala.

Habían amanecido con fiebre y tos esa mañana por lo que faltaron a clases. Levi en la mañana no lo dudó y rápidamente trató de bajar la calentura pasando trapitos con agua por sus piernas, brazos y frentes. Funcionó. Luego corrió a la farmacia para comprar el jarabe mágico que Jean le daba de tomar a él cuando enfermaba. También funcionó. Ahora están mucho mejor.

―¿Está bien la leche o quieren también galletas?―Los vio asentir rápidamente.

Sonrió para volver a la cocina y sacar del cajón más alto la caja de galletas preferida de los gemelos. Luego volvió a la sala y tomó asiento en medio de los dos niños, dejando la caja de galletas en la mesita de al frente.

―¿Qué vamos a ver?

―¡Avengers, la era de Ultron! ¿Te gustan los Avengers?―Miró a Adrián y asintió decidido.―Genial.―Eric lo apoyó levantando el pulgar en señal de aprobación.

Ambos niños se acurrucaron a cada lado suyo y se sintió muy cómodo. En todo el día estuvieron muy pegados a él, de hecho, en toda la semana han estado detrás suyo. Es tierna la forma en la que cuando él los ayudaba con sus tareas y les explicaba cómo debían hacerlas, ellos lo miraban muy concentrados y hasta sus ojitos parecían brillar.

¿Admiración? Lo más seguro.

Esta semana sin Eren han sido cariñosos y atentos con él, los tres haciendo los quehaceres juntos. Se siente bien tener pequeños ayudantes que se asombran con pequeñas cosas, pidiendo cariño y atención, además de que te admiran como a un padre.

Parecían una linda familia.

―Ya terminó... ¿Podemos ver otra película?

―No veo por qué no, pero primero deben tomar otra vez el jarabe.―Avisó.

Los niños se miraron y asintieron aunque realmente no querían hacerlo, sabía horrible. Levi se puso de pie.

―Ya vuelvo, no se levanten de aquí, niños.―Ordenó.

A los minutos volvió a la sala con el jarabe en mano y una cuchara para darles de tomar. Cada un abrió la boca para recibir una cucharada del jarabe color morado. Pronto ambos hicieron muecas.―Al parecer les gustó, ¿O me equivoco?

Cenizas de un amor - Ereri (adaptación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora