CAPÍTULO 19

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―¿Aló, señora Emma?... Llamaba para pedirte un favor, sí... ¿Podrías recoger a los niños del colegio, por favor?... No, no, estoy bien, no te preocupes, solo tuve un percance en el trabajo sí, una reunión de emergencia así que creo que no podré llegar a recogerlos y hacer la cena.―Mintió.―... ¿Enserio podrías llevarlos a cenar?... Muchas gracias, Emma, eres muy amable. Entonces nos vemos en la noche, ¿Okay?... ¡Perfecto! Cuídese... Sí, también la quiero, adios.

Aleja el teléfono de su oreja y presiona el botón rojo para finalizar la llamada; lo deja en la mesita de centro y con las manos libres las pasa por su cabello con estrés. Suspira profundamente.

Unos pasos se acercan y terminan a su lado donde siente a una persona tomar asiento en el sofá a su lado. Unas manos se posan en sus hombros y unos cálidos ojos lo miran con comprensión.

―¿Ya te tomaste las pastillas para el dolor de cabeza, enano?

―Sí, Mikasa, no te preocupes, ya no duele tanto.―Dice con una sonrisa mientras toma las manos de la mujer.―Solo estoy algo cansado.

Está en casa de Mikasa. Luego de la desafortunada mañana que tuvo al encontrarse en la pastelería con Noa, llegó a la empresa con un semblante desastroso y los ojos llorosos, tuvo un ataque de pánico en los baños donde Mikasa lo encontró y auxilió. Le brindó una botella con agua fría y lo acompañó en todo momento hasta que Levi se sintió mejor. Pero a pesar de que Mikasa lo ayudara estuvo toda su jornada laboral con dolores de cabeza y una mueca triste en el rostro hasta que claro, Mikasa lo notó.

"¿Enserio quieres que te deje luego del ataque que tuviste en los baños? ¡Claro que no! Vamos, irás a casa conmigo hasta la noche, dile a tu suegra que se encargue de los niños" fue lo que ella dijo.

Cuando llegaron fue inmediatamente interrogado del porqué de su ataque de pánico. Él no pudo mentirle y le dijo toda la verdad, Mikasa solo lo consoló mientras lloraba en su hombro. Y eso fue hace apenas media hora.

Ahora están tranquilamente en la sala de su departamento. El papá de Mikasa duerme en su habitación y el pequeño hijo de ella colorea en su mesita especial a tan solo un metro.

―Bien, si te vuelves a sentir mal, me avisas, ¿Okay?―Levi asiente y ella pasa su mano para desordenar sus cabellos azabaches.―Oh, mira, creo que necesitas cortar un poco tu cabello.

Levi asiente y toca su propio cabello.―Lo sé, pero con las tareas domésticas y el trabajo doble que Jean me deja al no estar aquí, no me da nada tiempo.―Ríe un poco mientras se recuesta en el respaldo del sofá.

Mikasa lo imita, ambos quedan mirando hacia el televisor que pasa un programa de variedades.―Ya veo... Ah, desearía que Armin estuviera aquí.

―Yo también, ¡Pero no! A Marco le dio la gana de irse a Tokio por alguna extraña razón y ahora Armin debe encargarse solo de la pastelería.―Se queja.

"Perdóname, Levi, quisiera ir contigo a casa de Mikasa pero no puedo dejar el trabajo sin supervisor ya que Marco se fue para Tokio esta mañana, ah ¡No me preguntes porqué, porque yo no sé!" dijo Armin cuando Mikasa pasó con su auto para recogerlo.

La mujer forma una sonrisa ladeada y voltea hacia Levi quien guía sus ojos a ella.

―¿Qué pasa?―Entrecierra los ojos sabiendo que ella tiene algo que quiere decir.

―Jean está en Tokio.

El menor rueda los ojos.―¿Otra vez con eso, Mikasa? ¡Ya te dije que entre ellos no hay nada!

Ella ríe.―Ajá, ¿Y tú le crees?

―Vamos, mi hermano es heterosexual, está con Hitch quien es una psicóloga muy linda y además, ¿Por qué quisiera ocultar su relación con Marco? Hablando hipotéticamente.―Se cruza de brazos y alza una ceja.

Cenizas de un amor - Ereri (adaptación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora