Eight

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Era un grandioso día, el clima estaba perfecto para salir a dar una vuelta con tu mascota y disfrutar de un buen helado, o simplemente salir con tus amigos a donde quisieran. Era el sábado perfecto para la mayoría, pero no para la pelinegra que se levantó en un cuarto que no era suyo.

—Mierda.

Rachell miró a su al rededor desconcertada, aquella no era su habitación. Miró hacia varias partes tratando de reconocer algo y se levantó abruptamente cuando sintió a otra persona al lado de ella.

—Mhmmmm.

Un quejido se escuchó debajo de las sábanas, la chica se acercó lentamente y quitó las sábanas rápidamente, sintió un alivio al ver a Freya acostada.

—Deja de joder Frey.

La pelinegra volvió a taparse con las sábanas y la puerta se abrió, dejando ver a una Kaia recién levantada.

—Veo que ya estas despierta.

La pelinegra entró al cuarto.

—Supongo que te habrás asustado al amanecer en esta habitación, lo lamento, quería ponerte en mi habitación, pero la mía está llena.

—¿De quién es esta habitación?

—De mi primo —Kaia miró a Freya —anoche ambas quedaron muy mal, y Freya insistió en que ninguna de las dos podía llegar a sus casas en ese estado, así que las traje aquí.

—Gracias.

Rachell suspiró y salió de la habitación y miró a Kaia.

—¿Me prestas tu baño?

—Claro, puedes usar el de mi habitación porque Gean está usando el otro —Kaia abrió la puerta de su habitación y Rachell miró a todos dormidos, Skaylar y Keyla estaban en la cama de Kaia echas un puñito, y en suelo estaban James junto a Eros —Como te dije, mi habitación estaba llena —Rachell sonrió y entró al baño rápidamente.

Al entrar se miró en el espejo y suspiró pesadamente, lo último que podía recordar era que tuvo una discusión con Daniel, y al final este se fue junto a Reese dejándola sola.

—Maldita sea.

Rachell se mojó la cara varias veces y suspiró nuevamente mirándose a espejo, tenía el cabello desordenado y el delineado se había corrido por el agua que se había echado hace poco, tomó un poco de papel higiénico y se limpio el rostro para luego salir de la habitación, los 4 chicos seguían dormidos.

—¿Quieres comer algo?

Kaia habló miéntras buscaba algo dentro de su armario.

—No creo que quieras irte sin Freya, pero tampoco creo que ella vaya a despertar pronto.

Kaia sacó una polera blanca y se la dió, Rachell gustosamente la aceptó y luego asintió.

—Comer algo sería lo mejor.

Kaia asintió y salió del cuarto, Rachell salió del cuarto de Kaia para entrar en sonde estaba Freya aún dormida y se cambió la camisa que andaba puesta. Salió y bajó las escaleras, encontrándose con Gean y Kaia preparando el desayuno, al menos Kaia lo estaba haciendo, Gean estaba haciendo un té.

—Gean, estás con resaca?

Kaia sonrió burlándose un poco y el chico negó.

—Yo no pero Keyla sí.

—¿Cómo lo sabes?

La pelinegra decidió unirse a la conversación de los primos.

—Ella está durmiendo plácidamente arriba.

Gean se encogió de hombros y siguió preparando el té, Kaia por su parte miró a Rachell y sonrió de lado.

—Es muy tímido con las personas nuevas.

Ella asintió y simplemente decidió esperar a que Kaia terminara de preparar lo que estaba haciendo. Unos minutos más tarde bajó la asiática con su cabello alborotado en un chongo, unos shorts de Kaia y una polera de Gean.

—Buenos días.

Dijo Keyla tratando de disimular el enorme dolor de cabeza que tenía, de sentía del asco y el día no ayudaba. Gean le tendió la tasa con té y ella lo tomó gustosamente.

No era la primera vez que Gean le preparaba los tés a la rubia por las mañanas para la resaca, veces anteriores, cuando aún vivían en Inglaterra, Keyla fue a parar a la casa de Gean borracha, y en las mañanas el le preparaba tés para la resaca.

—¿Por qué tomas tés para la resaca?

Kaia le preguntó a la asiática y ella se encogió de hombros.

—Normalmente después de beber más que un dolor de cabeza, siento ganas de vomitar, de alguna manera tengo wue expulsar el licor que tomo, y los tés me ayudan a poder sacarlo todo.

—Osea que cada vez que te emborrachas vomitas?

—Algo así.

Keyla hizo cara de asco y Kaia soltó una carcajada miéntras que Rachell sonreía de lado, a su hermano Hunter le pasaba lo mismo.

—Por cierto, Keyla ella es Rachell, y Rachell ella es Keyla.

Ambas chicas voltearon a verse y se sonrieron.

—Un placer, Keyla Kim.

—Lo mismo digo, soy Rachell Edwards.

Luego de es corta presentación las 3 chicas comenzaron a entablar una conversación miéntras que Gean solo observaba a las 3 sin decir u opinar algo al respecto a su plática. En ese mismo momento bajaron Eros y James algo adormilados y con el cabello desordenado.

—Buenos días bellos durmientes.

Rachell miró a ambos burlona, a lo cuál James sólo ignoró y Eros puso los ojos en blanco.

—La próxima vez procuremos que la "Pijamada" sea en mi casa.

James tomó asiento al lado de Keyla miéntras masajeaba su cuello quejándose al no poder haber dormido bien.

—Deacuerdo, para la "próxima" vez nos pasas tu dirección antes de quedar inconsciente.

Kaia sirvió los desayunos y se sentó al lado de Eros y comenzaron a comer en silencio. Algunos simplemente disfrutaban la comida y otros comenzaban a arrepentirse de que los recuerdos de la fiesta anterior les llegaran.


XXX

La castaña abrió sus ojos nuevamente después de haberse asegurado de que el chico se había metido al baño de la habitación.

Mierda.

Rápidamente se levantó y comenzó a buscar su ropa para vestirse y salir de aquella casa antes de mirarle la cara al chico con el que había pasado la noche.

¿Qué mierdas hiciste Elizabeth?

Una vez ya vestida salió de la habitación cerrandola con cuidado de hacer ruido y a como pudo salió de la casa de la misma manera.

Se maldecía interiormente por haber acabado en la cama de aquél chico, ahora no sabría como iría iría verle la cara en las clases que llegarían a compartir juntos. Se lamentaba de no haberse ido junto a Daniel cuando se ofreció a irla a dejar a su casa.

Habían tantas cosas que lamentaba y en ese momento no sabía que pensar, la cabeza le dolía como los mil demonios y sentía que quería expulsar todo lo que había tomado y comido el día anterior en la fiesta de Jen.

Apenas llegó a su casa subió las escaleras y se metió a la ducha no sin antes asegurarse de apagar su celular. Abrió la ducha con agua fría y cerró sus ojos, realmente no sabía que iba hacer.

La había cagado con Elijah.

Continuará.

ᴡɪʟꜱᴏɴ ʜɪɢʜᴛDonde viven las historias. Descúbrelo ahora