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Todos en el vagón íbamos bastante alterados, la mayoría de nosotros teníamos dudas incesantes en la mente ¿Por qué las personas se estaban comportando de ese modo? ¿Fue real lo que vi cuando se lanzaron encima de esa pareja y los mordían hasta que la sangre saliera a chorros? ¿Qué demonios estaba pasando?

Estaba asustado y podía sentir como Heeseung también lo estaba, aunque no lo parecía ni quisiera aparentarlo. Justo en este momento él estaba hablando por teléfono con el que suponía era su representante, aún no tenía idea de qué sucedía, Jake también hablaba con su representante por teléfono, pero él estaba aquí junto a nosotros tomando la mano de Jungwon para tranquilizarlo. En las pequeñas televisiones de lo que antes era el vagón privado rentado por Heeseung se podían observar imágenes de lo que estaba ocurriendo en toda Corea, al parecer muchas personas se habían vuelto locas y se habían puesto a atacar a muchas otras, las fuerzas armadas estaban haciendo todo por protegerlos.

Me sentía intranquilo, a pesar de que mis padres y los de Heeseung ya no estaban en este mundo aún existía mi hermano y por supuesto el hermano de Heeseung, pero mis intentos por llamar a cualquiera de los dos habían sido en vano, la mayoría de las líneas de comunicación telefónicas estaban muertas y sólo unos cuantos tenían el privilegio de poder llamar a sus seres queridos.

—Debido a los recientes altercados con los pasajeros, se ha tomado la decisión de terminar el viaje en Daejeon, ahí los esperan las fuerzas armadas que se encargarán de su protección y custodia —habló el conductor del tren a través de uno de los comunicadores. Me sorprendí bastante, miré a mis dos amigos y luego a Heeseung, el rostro de mi Alfa estaba casi desfigurado, parecía ser que se estaba molestando cada vez más. Era terrible— Aún faltan algunos minutos para llegar a la estación, por favor mantengan la calma y cuando desciendan con calma y en orden.—y ahí se cortó su anuncio.

Jake miró a Heeseung y luego siguió hablando en su teléfono.

—¿Qué te han dicho de Daejeon? —preguntó Jake hacia la persona del otro lado del teléfono— ¿Es seguro? ¿Ya saben qué es lo que ocasionó estas trifulcas?

—¿Cómo te sientes? —me preguntó Sunghoon, el Omega con el que había estado entablando conversación desde hace un rato.

—Dentro de lo que caben los síntomas de un embarazo, creo que estoy bien, algo aterrado por supuesto, nunca había visto algo así y eso que pasé toda mi vida en América —admití con sinceridad, una pequeña sonrisa se escapó de sus labios— Solo quiero saber si nuestra familia está bien.

—Verás que sí chico —me dijo con media sonrisa en su rostro, Riki pasó un brazo sobre sus hombros y lo hizo pegar su espalda contra la pared que estaba frente a mi, ambos estaban sentados en el piso justo frente a mi asiento.

—¿Qué es eso? —preguntó Riki señalando al pequeño Minmonggie que traía envuelto en uno de mis brazos. Yo levanté el curioso peluche y se los mostré.

—Él es Minmonggie —señalé— Es parte del nido que estuve construyendo para mi bebé— Hablé en voz baja como ya me estaba acostumbrado a hacerlo sobre este tema— Lo traje porque me hace sentir más cómodo en el viaje, con él me siento tranquilo y teniéndolo en brazos siento que protejo a mi bebé, pero ahora que lo pienso, creo que lo mejor será mantener este peluche resguardado en mi mochila, no quiero que le pase absolutamente nada —Sunghoon estiró una de sus manos y jaló algunos de los pelitos sintéticos de aquel juguete dando una risita muy baja.

—Es adorable, pero yo creo que sí deberías guardarlo, tan siquiera en el proceso que llevaremos a cabo en Daejeon, debe ser difícil estar fuera de casa estando encinta —habló de nuevo ese chico alto y delgado mientras hacía que su mirada incómoda divagara en todos los sitios del vagón. La mano de Jungwon acarició mi cabello mientras yo guardaba a Minmonggie en mi pequeña mochila.

Train to Busan. ‹𝟹 HeesunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora