Perenel conducía a alta velocidad por un sinuoso camino de terracería, las copas de los árboles proyectaban tétricas sombras que se entrelazaban, cubriéndolos de oscuridad, una negrura tan densa que apenas era penetrada por los faroles del coche, en el asiento del copiloto Nicholas se reacomodaba intranquilo una y otra ves las dos armas que llevaba, en la parte trasera del auto Giovanni no despegaba los ojos de su teléfono, donde el mapa digital le decía que tan lejos se encontraban del cementerio señorial, Valery miraba por la ventana, aunque solo veía sombras y al gunas siluetas, la arboleda que transitaban finalizó y dio paso aun camino despejado, las estrellas brillaban imponentes en el cielo nocturno, pero la luna no estaba por ningún lado, Perenel miro su reloj digital y este marcaba las 11:45 de la noche, acelero un poco más, tomó mal una curva e hiso que el auto se coleara, pero con un hechizo logró estabilizarlo, ninguno de los presentes pareció inmutarse, sus preocupaciones eran otras.
Cinco minutos antes de la media noche, el coche de policía aparco a las afueras del antiguo camposanto, los cuatro se apearon del vehículo y contemplaron la imponente verja de acero forjado, la puerta de entrada estaba abierta, alguien l había forzado, Nicho desenfundo su pistola y comenzó a caminar junto a la jefa quien hiso brillar las puntas de sus dedos, los pasantes los seguían detrás, el camino de baldosas estaba incompleto, le hacían falta algunas, las tumbas estaban cubiertas de hiedra y los mausoleos a la distancia lucían lúgubres, los chicos siguieron caminando, las estatuas de ángeles y santos estaban erosionadas por el clima y el paso del tiempo, unas columnas que en su tiempo debieron ser imponentes y majestuosas, se veía desgastadas y una estaba a la mitad, la otra parte se había perdido muchos años atrás.
Un extraño olor inundo el lugar, no era desagradable, pero las arcontes sentían una molestia en la nariz, los mortales parecían no presentar ninguna molestia, vieron a lo lejos una luz que parecía oscilar entre el rojo y el naranja – fuego – susurro el afroamericano y los otros tres asintieron, con cautela e intentando hacer el menor ruido posible los cuatro se encaminaron hacia la fuente del resplandor.
En el centro de un circulo de tumbas estaba Daniel, tenia la mirada desenfocada, una enorme hoguera ardía frente a él, arrojaba, hojas, plantas, raíces, Perenel se fijó que en el fuego ardían los órganos, estos se estaban poniendo oscuros, arrojó una pluma blanca y las llamas tomaron un color purpura que le confirió al sitio un aspecto tétrico
-- Tenemos que detenerlo – murmuro Nicholas – escucha, tienes la bala, la bañe con sangre de gorgona, esos animales son venenosos para los arcontes, si mi plan falla, dispárale – dijo la jefa, Valery palideció – no podemos permitir que termine el ritual – le dijo la jefa, la arconte mas joven asintió mientras derramaba silenciosas lágrimas, Giovanni la tomó de la mano, la joven lo observó y contempló como varias lagrimas también dejaban sus ojos, la jefa hiso un movimiento y Nico comenzó a moverse entre las tumbas, los más jóvenes se quedaron ocultos y Perenel salió de su escondite
-- Daniel – gritó la mujer a todo pulmón, su pasante la miro con una mueca demencial – Daniel no está – dijo el joven con una extraña voz – Murmur, te ordeno que dejes a mi pasante – exclamó la arconte – Perenel, Perenel, se todo sobre ti gracias a este niño, te apodaron la hechicera, viste nacer y caer reinos, te llaman la longeva, pero aun con todo eso no tienes el poder para vencerme, eres una arconte, yo soy un DIOS – dijo Murmur gritando la última palabra – no eres un dios, eres un vil parasito, un demonio sin poder, que necesita de otros para cumplir su propósito – le espeto con sorna la mujer, el demonio encolerizado bramó y la arconte aprovecho su oportunidad, lanzó un frasco pequeño de vidrio con un liquido ambarino dentro de este, al impactar el suelo se quebró y un olor a rosas de Jericó inundo el lugar, Daniel se quedo inmóvil, sus ojos se desenfocaron aún más Libero gritó la jefa
-- Perenel – gritó Daniel – Danny, eres tú – suspiró aliviada la mujer – Jefa, no podre contener por mucho tiempo a Murmur, es demasiado poderoso, las rosas de Jericó no tienen el poder suficiente para eliminarlo – explicó el arconte – encontraremos la forma de detenerlo, te llevaremos con los arcontes mas poderos, haremos un ritual de expulsión – le dijo la mujer, pero su pasante negó con la cabeza – no, solo existe una forma de detenerlo – respondió y en su mano se materializo una pluma, esta se transformó en una daga de mango dorado y hoja blanca, se la mostró a Perenel – Nooo, Daniel debe existir otra forma – grito desesperada la jefa – no existe...-- gritó mientras su cuerpo comenzaba a temblar – Murmur esta por salir, usa un hechizo de confinamiento, eso evitara que escape de mi cuerpo, después usare el athame sacro y lo detendré – dijo el joven, Perenel comenzó a llorar, los otros 3 salieron de sus escondites --¿Qué pasa? – preguntó Valery – Duarte quiere sacrificarse para matar al demonio – explico la jefa, todos voltearon a verlo
-- Valery, lo siento, hubiera querido tener una cita real contigo, Gio, fuiste mi mejor amigo este corto tiempo, pero fue increíble, Nico... gracias por todo, por se mi amigo, mi mentor y Perenel... gracias... yo también te quiero... que tu miedo... por perder... a... una... persona... no te .... Aleje de... Nico... -- dijo el arconte con la voz cada vez más entrecortada – Murmur está por liberarse, debes sellarlo Perenel – le suplicó Nicholas, pero Perenel no podía, quería demasiado a Daniel para perderlo, ya había perdido un hijo, no podía perder a otro y menos por su mano
-- Encarceladro – Gritó Valery con la voz rota y cientos de lagrimas dejando sus ojos, todos la miraron atónitos, la pelirroja entendió que Perenel no podría hacerlo, Danny le importaba demasiado y aunque ella se había estado enamorando poco a poco de él, sabia que tenia que hacerlo, era lo que Daniel quería, el latino la miro directo a los ojos murmuro gracias y justo cuando sus ojos se desenfocaron se clavó la daga en el corazón.
El cuerpo sin vida de Daniel yacía tirado sobre el frio suelo, tenia los ojos cerrados, Nico había retirado la daga, el grito atroz que tanto el arconte como el demonio habían proferido cuando la hoja entro en su cuerpo aun retumbaba en los oídos de los presentes, Valery se acercó a él, le colocó las manos sobre su pecho y con un movimiento lo cubrió de flores....
dos días después se celebraba el funeral del joven, Perenel les conto a todos como Daniel había dado su vida por detener al nigromante, muchos no quedaron convencidos con la historia de que el arconte había logrado incinerar al asesino, pero por el momento lo dejarían pasar, la estación en completo estaba en el cementerio, ellos eran la familia de Daniel, Valery y Giovanni estaba junto a la tumba, un joven de su edad llego corriendo, con los ojos rojos y con el traje desarreglado, era Noah, en cuanto recibió la llamada de Valery dejo la escuela, estuvo todo un día en el aeropuerto intentando encontrar un vuelo, cuando vio el ataúd calló de rodillas y rompió a llorar, Valery y Giovanni se habían mantenido serenos, pero cuando eso ocurrió rompieron a llorar también y se abrazaron al recién llegado, ellos entendían el dolor de Noah, habían perdido a una de las mejores personas que conocerían, el féretro comenzó a bajar poco a poco, los chicos estaban más tranquilos, pero sentían que con cada centímetro que bajaba una parte de su corazón también era enterrado
-- Murió como un héroe, no dejó que el asesino escapara, es el arconte mas valiente que e conocido, un digno sucesor de Kadabra – le dijo Nico a Noah colocándole una mano sobre el hombro, el joven sonrió ante la mención de Kadabra – ahora esta con Regi y sus padres, Danny, merecías descansar – dijo Noah, hiso aparecer una flor y la arrojó a la tumba, la pequeña montaña de tierra que estaba aun lado se elevó y después fue depositada sobre el ataúd de Daniel, los chicos suspiraron y vieron como las flores comenzaban a cubrir el montículo de tierra y aparecía una lapida con el nombre de su amigo, todos los presentes hicieron una plegaria en silencio al cielo y comenzaron a marcharse, los tres amigos vieron como Perenel y Nicholas se alejaban tomados de las manos, un olor a rosas de Jericó inundo el camposanto, una agradable brisa jugueteó con el cabello de los tres y estos creyeron escuchar la risa de Danny, sonrientes se marcharon del cementerio.
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Asesinato en Wiccan
FantasyWiccan una metrópolis alejada del resto del mundo, donde la magia y la normalidad conviven día a día, catalogada como una de las ciudades mas seguras del mundo, se ve envuelta en caos e histeria cuando un arconte es asesinado, Daniel un joven pasant...