Asesinato en Wiccan

Capítulo 10

Eran las siete de la tarde, Daniel y Valery estaban sentados en unas sillas de plástico blancas bastante incomodas -- ¿algo más? – preguntó el latino -- igual que hace cinco minutos, NO – respondió Giovanni, sentado en una cómoda silla de gamer, la mayor parte del tiempo a diferencia de los otros pasantes él se encontraba solo, el pasante arconte había dimitido unos días después del primer asesinato y sus jefes solían trabajar en otras oficinas apoyando a otros departamentos -- ¡EUREKA! – dijo el moreno cuando una nueva palabra se tradujo -- ¿Qué es? – preguntó la chica – Grifo, debajo del título de "Ritual de Resurrección" está escrita una oración, Murmullo duque infernal, señor de los grifos – respondió su amigo -- ¿Qué significa? – preguntó Daniel al aire y sus amigos se encogieron de hombros – saben, por los dibujos de extraños animales creí que dirían algo de ellos – comentó la pelirroja, -- pues ahora hace referencia a los duques infernales, que quien sabe que significa eso, pero cada vez se pone mas turbio el asunto – dijo Giovanni – Gio la magia oscura es perturbadora – comentó el latino – saben que, es hora de irnos, no creo que esto avance más, dejare el sofward corriendo toda la noche y ya veremos mañana – dijo el moreno poniéndose en pie, se estiro para desentumirse y sus amigos lo imitaron.

Fuera de la estación un aguacero mojaba la ciudad, las frías gotas golpeaban con fuerza los cristales de los autos y un fino arrollo corría por la calle – los llevo – se ofreció Giovanni, -- lleva a Val, yo vivo cerca esperare el bus para que no te desvíes, viven en dirección opuesta a mi departamento –- dijo Daniel – estas loco, te llevo – volvió a decir el moreno pero su amigo negó con la cabeza, después de unos minutos discutiendo Gio se dio cuenta que no sedería y se fueron, Danny comenzó a caminar bajo la fría lluvia, tiritando a causa de esta, pero de alguna forma extraña disfrutando esa sensación, las luces de la ciudad titilaban difusas entre la capa de lluvia que caía con inclemencia sobre la ciudad y el triste joven que caminaba por una solitaria calle secundaria.

... Daniel caminaba por una lúgubre vereda, cubierta de maleza seca y niebla, una brisa salada cubría el lugar, el sonido del mar se escuchaba a lo lejos como un extraño susurro, había algo hipnótico en ese sonido, raquíticos árboles sin hojas bordeaban el sendero por el que transitaba, en uno de ellos, en el más altos estaba posado y contemplándolo un enorme buitre, siguió hacia adelante, una extraña melodía comenzaba a escucharse, el mar parecía callar ante la tonada, la niebla se enroscaba delante de él formando hipnóticos remolinos, el joven caminó hacia esta y entró en ella, un frio glacial que calaba hasta los huesos lo hiso tiritar, algo o alguien se vislumbraba al otro lado del vapor de agua condensado que parecía estar aclarándose, una vez fuera de la bruma pudo ver a alguien de espaldas, le conocía, estaba seguro, pero no podía identificar de donde, con cautela se comenzó a acercarse, la extraña melodía había dejado de escucharse, el imponente silencio solo era roto por el murmullo de las olas del mar que se encontraba detrás del extraño, tres buitres sobrevolaban el cielo oscuro y cubierto de nubarrones en completo silencio...

Danny abrió los ojos, su teléfono no paraba de sonar, lo tomó para ver quien era, eran las 5 de la mañana y Nicholas le marcaba – mierda – dijo a la soledad de su departamento -- ¿Dónde encontraron el cuerpo? – preguntó al responder, sabia que su amigo no lo llamaría a esa hora si no fuera un asesinato – en la calle Acónito, entre Luparia y Licaon – contestó su a compañero – espera, esa es una calle comercial – dijo el chico – así es, parece que el cuerpo tiene 2 horas de haber muerto según las forenses, lo encontraron cerca del casino Imperial – respondió Nico – voy enseguida – dijo el chico y colgó.

A escasos metros del casino estaba tirado sobre la acera el cuerpo de un hombre entrado en los cuarenta de ascendencia nipona, su nombre según sus identificaciones era Yamato Tajiri y era empleado de una empresa de seguridad de la ciudad o al menos eso decía su tarjeta de dicho establecimiento -- ¿arconte? – preguntó el recién llegado con la débil esperanza de que dijeran que no, una de las forenses asintió – y por lo que estamos viendo le hace falta un órgano – informó Cloe, Perenel suspiró agotada, Daniel por primera ves en su vida deseaba haber estudiado cualquier otra cosa.