IX. DESFILE Y DESCONTROL¿?
CREO QUE MI MENTE absorbió todos esos nuevos conocimientos del único entrenamiento que íbamos a tener en esta semana. Después de haber ayudado a los chicos del ocho, me fui directo a otra estación. Ellos no decidieron acompañarme, se quedaron practicando varios nudos que les había enseñado; luego de eso yo me fui con los genios del distrito tres: Wiress y Beete, ellos me recibieron con mucha amabilidad. Me explicaron un par de cosas y después el tiempo simplemente voló tal pájaro.
Cuando regresamos a nuestra habitación, ambos nos fuimos a duchar. Ambos estábamos cansados y sin ganas de hablar mucho, ya que las noticias nuevas que lanzó el Presidente Snow hizo a todos ponernos de mal humor o simplemente irritantes.¿Y saben el por qué lo era?
La realidad era que habían adelantado los juegos. Hoy sería la entrevista y mañana a la madrugada simplemente estaríamos peleando por nuestra vida.
Así que ahora mismo andaba preparándome para lo que sería mi última puesta en cámara en este enorme y traumático lugar.
Se podría que decir que casi ya lo teníamos; los estilistas se volvieron tan locos que comenzaron a realizar todo a una velocidad anormal. Ahora mismo había más de cinco personas embelleciendo cada parte de mi cuerpo. Me lavaron, depilaron y colocaron un bronceado que es muy natural con pequeños brillos que hacen resaltar mis ojos.
Después lo que era mi cabello había sido recogido por una pequeña hilera de perlas; el maquillaje era sutil, solo utilizaron colores claros. Las joyas eran de las más bonitas, de colores verdes, azules. Eran hermosas.
—¿Te gusta el azul oscuro o no tan oscuro?
—¿Cómo es el no tan oscuro?—pregunte
—No tan oscuro, bobis.
—Ah, bien. Ese entonces...
Ella sonrió, hizo una seña a su compañero y dijo:—Tráeme el azul capri mejor.
—A sus órdenes, señora.
—No me digas señora, dime Tati. Señorita Tati Lambecour si solicitan.
El pobre niño que recién empezaba su carrera, salió casi corriendo al escucharla.
—¿Te vestimos o te vistes tú?
—Me da lo mismo.
—Ya te vimos mucho, mejor vístete tú, cielo.
—Okey.
Después de que todas las manos me liberaran, me fui hacia el dormitorio. Allí estaba la ropa, eran unos zapatos clásicos blancos; una camisa con mangas holgadas y una pollera que simulaba tener los colores que el caparazón de una uña linda almeja de mar. También había un cinturón que hacía conjunto.
—Lamentó si no te gusta tanto, lo hizo el estilista de Finn y bueno. Tuve que adaptarlo a lo que era el tuyo...sino podría haber sido una tremenda obra de arte. Perlas por allí, colores. ¡Si! Eran muchos colores.
—Tati.
—¿Qué? ¿Es por qué estás desnuda?
Negué.
—No, la cosa esa es perfecta.
—¡Me alegra escuchar eso! Cámbiate que tienes que salir en cinco...nos atrasamos un poco.
.
Literalmente tuvimos que ir a las corridas hasta llegar a donde estaba la fila para pasar. No fue novedad enterarme que ya había empezado el programa. Primero pasaron lo del uno, dando un discurso muy esperanzador y de hermandad pura. Agregándole las lagrimas de Cashmere que se notaron muy fingidas. Le continuaron los del dos, hablando sobre lo que tan preparados y ansiosos estaban por volver a la arena. Distrito tres siguió después, Wiress y Beete. Este último pidió indiscretamente que no hagan los juegos y lo único que recibió a cambio fue risas de los espectadores y conductor a toda potencia.
Nuestra desgracia era algo gracioso para ellos. Y lo entendía, con mentes tan retorcidas como la de ellos yo también lo disfrutaría.
—Entras en tres, dos y...
Caesar me hablo por el micrófono oculto que estaba en mi oreja. A la par de eso un hombre me acompañó hasta el escenario. Me dejo con el conductor y este inmediatamente hablo:
—¡La señorita JOHNSON, Levanna JOHNSON!—gritó, causando el revuelo de su gente
La luz era tan fuerte que daba en mis ojos y casi no me dejaba ver a nadie.
—¡Oh, cuanto la extrañamos. Mira que hermosa...¿Nos haces un favor? Sal de nuestros sueños y entra a nuestra realidad.
La gente rió y el hombre me hizo dar una vuelta para todos antes de sentarme.
—Cuéntame un poco de ti, pasó mucho tiempo.
Las luces bajaron y música de suspenso se escuchó. Así logre ver a los primeros que estaban sentados en el público.
El único conocido que vi fue a Cinna junto a Tati, que parloteaban a cada rato.
—Si, ha pasado mucho tiempo.—murmuré, sonriente a la cámara
—¿Hay amor?
—¿Qué?
—Si hay amor, ¡Queremos saber si hay amor, ¿No?!
La gente se levanto y aplaudió, gritando un si.
—Bueno...si lo hay.
—¿Con quién? ¿Qué? ¿Cuándo? ¿Cómo?
—Wow, Caesar. Tranquilo, te quedarás sin aire.
—Es que, ¡Dios! Estoy tan emocionando.
El mismo rio, tomando un vaso de agua.
—¿Podríamos saber quién...quién es el afortunado que te nos robó?
—Solo puedo decir que hoy me acompaña, desde que entré a los juegos lo hace. Está en esta institución hermosa.
—¿QUEEE? Una lástima, se nos acabó el tiempo. Amiga, espero de corazón que ganes. Te extrañaremos mucho si no es así.
Los alborotos de la gente aún se escucharon, desde que salió al escenario hasta que Finnick se adentró en este. Estaba idéntico a mi vestido, la única diferencia era que tenía un pantalón y su camisa desabotonada, dándole un toque de más sexy y salvaje.
—¡Finnick! Un pajarito me ha dicho que tienes un mensaje para alguien especial, muy especial. Jajaja...¿podemos oírlo?
—Mi idea era guardarlo, para cuando regrese. Pero debido a la circunstancias tuve que cambiarlo y leerlo ahora.—rió nervioso y aclaro su voz—Mi amor, tienes mi corazón por toda la eternidad y si muero en esa arena...mi último recuerdo serán tus labios.
Los gritos fueron tan fuertes que hasta el mismísimo Caesar quedó sordo de seguro.
Finnick tenía la grandeza de volver loco a toda la población del Capitolio con tan sólo de unas simples y amorosas palabras.
—Lo odio, mira todo el escándalo que hizo.
Johanna Mason apareció junto a mi.
—Es una buena virtud.
—¡Por dios! ¡Qué aspecto ridiculo!—gritó la rubia del distrito uno
No supimos hasta qué nos dimos la vuelta y estaba nada más ni menos.
—Katniss.—saludé
—No puedo creer que Cinna te haya puesto eso.
El rubio y escandaloso de mi compañero hizo presencia ante todos. Con una sonrisa en sus labios, camino hacia mi.
—El presidente Snow lo obligó.
—Entonces, hazlo pagar. Se lo haremos pagar. A nuestra manera.
▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃
HOLAAAAA, espero que les guste.
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¹𝗛𝗔𝗧𝗘 𝗟𝗢𝗩𝗘 ➥finnick odair
Fanfiction.Cualquier sueño se puede soñar pero ganar los juegos del hambre otra vez no creo que pueda ser posible. Es más que nada una fantasía irreal.