V. LA PELÍCULA.
YO ERA COMO un simple cerillo, al pasarlo por el rascador hacia una mezcla extraña y se prendía fuego rápidamente. Relativamente a esto podemos usar como un sencillo y a la vez absurdo ejemplo; Finnick era el rascador y yo el cerillo. En cuestión de segundos, comence mi mayor punto de ignición.
—¿Hacer qué, Finnick?—gruñi entre dientes
Él no me había alterado del todo, la gente y situación de abajo lo hizo.
Todo se volvió un puto descontrol.
—¡Esa maldita locura!—me gritó
—Explicate porque hay varias locuras.
—¡Eso!—señaló en tono de resignación
A donde apuntaba su dedo había una pequeña televisión color plateada; ahí mismo se estaba proyectando nuestra reciente cosecha. Desde que empezó hasta donde se desató todo el caos que causó ellos y nosotros. Segundos después la cámara se enfocó en mi, cuando le apuntó a los agentes de la Paz. Posteriormente de eso, se proyectó otra pantalla la cual apareció Caesar Flickerman con varios papeles en mano.
—Tenemos una primicia. Como verán ya hemos visto las cosechas de los distritos uno, dos, tres y cuatro. Para el uno tenemos a Cashmere y Gloss, los radiantes hermanos; para el dos seguidos a Enobaria Y Brutus. Me atrevería a decir los mejores, por ahora, son bastante intimidantes. ¿No?—voces asintiendo su pregunta se escuchan de fondo—En el tres Wiress y Brutus unos genios demasiado genios, por cierto. Y por último tenemos al distrito de la pesca, el cuatro. Tenemos a nuestro galán: Finnick Odair y Levanna Johnson. Ambos muy capaces pero muy perturbadores a la vez.—Miren su reciente cosecha, han formado todo un lío y nuestros valientes y generosos agentes de la Paz lograron parar el siniestro.
—Apaga esa mierda.
Así lo hizo, después le dio un golpe al sillón y se sentó en este a pensar cosas en silencio.
—¿A caso ahora me ignorarás?—le pregunte al notar su distanciamiento
Su gran espacio corporal me disgustaba.
Hace más de media hora estaba así, observando el paisaje de la ventana.
—Odair.
Me volvió a ignorar y se levanto.
Pensé que era para encararme pero no. Se metió un par de terrones de azúcar en su boca, los saboreo por un rato y me habló.
—¿Sabes que cavaste tu propia tumba, no?
—Ambos lo hicimos.
—No.
—No hay diferencia, Finnick. Los dos ya estamos arriba de este tren directo a nuestro muerte.
Frunció su ceño y sonrió.
—La diferencia entre tú y yo. Es que yo estoy bien y tú mal...bueno no, lo único que hiciste haciendo esa escena de recién es colgarte de una soga la cual sostiene tu cabeza y la maneja Snow.
—Te defendí.
Y ahí...ahí mismo se prendió su cerillo.
—¡No necesito tu ayuda!—me grito
—¡Bueno! ¡No parecía!—subí mi tono, sin importar que nos estaban espiando—Por mi ayuda ahora estás aquí. Y también...por mi ayuda tu novia no está aquí.
Finnick río, de una manera muy sádica.
—Ay amor...igualmente iba a estar acá. Y lo de Annie, no la metas en esto.
—Cierra la boca, idiota. Deja de enojarte por todas estas estupideces y preocúpate por lo que te deberías preocupar.
—No son estupideces—gruñó entre dientes—¡Y además eso hago! Me preocupa por ti y tú...¡tú vas y te expones de esa manera a todo Panem!
Me quede callada.
—Ahora estamos más colgados del cuello...ambos porque soy tu compañero.
—Pero no siempre serás mi compañero.
Su ceño se frunció.
—¿Eh?
—Vamos Finnick, todos sabemos que va a pasar ahí adentro. Todos sabemos que uno solo volverá a casa y ganará.
—La última vez no fue así.
Reí amargamente y suspiré, jugando con mi cabello despeinado.
—No son tan tontos como para cometer el mismo error dos veces.
—Son idiotas. Debemos darle un buen show y posiblemente... tal vez podamos salir de ahí.
Su esperanza no me llegaba ni al corazón.
—¡No vamos a salir de ahí!—mejor dicho:—¡No voy a salir de ahí! Hay más de veinte personas con más conocimientos, destreza y ganas de matar en este vasallaje. Seamos realistas por favor, ya somos grandes no mocosos.
—Te protegeré.
—No necesito que lo hagas. No te lo pedí.
—Yo no pedí tu opinión tampoco. Nunca la necesite, no te necesite nunca ...
—Chicos, lamentó interrumpir este momentito...— nuestra acompañante: Trinky trago saliva, observando a ambos y al lugar todo desordenado cuando llegó—Pero llegamos.
Tal vez al escuchar eso mi corazón si se ablando un poco.
Me sentí enojada.
Me sentí un poco decepcionada y traicionada.
—Bien.
Odair no dijo nada.
—Hay muchas cámaras y admiradores ahí afuera, traten de ser...de no ser tan ustedes. Sean bonitos, sonrían y saluden. Sean unos niños buenos, panecillos.
Asentí, quedando callada.
La película iba a comenzar de nuevo y sin darnos cuenta, nosotros éramos los protagonistas de ella...
Y no de un final feliz sino de un final trágico y sanginario.
▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃
ESPERO QUE LE GUSTE YA YA COMIENZA LO BUENOOOOOOOO
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¹𝗛𝗔𝗧𝗘 𝗟𝗢𝗩𝗘 ➥finnick odair
Fanfic.Cualquier sueño se puede soñar pero ganar los juegos del hambre otra vez no creo que pueda ser posible. Es más que nada una fantasía irreal.