La tarde de ese mismo domingo no pudo pensar en otra cosa más que en el sonido de las notas reproduciéndose en su mente una y otra vez. Jura que sigue sintiendo la suavidad de las manos de Jimin en las propias mientras las frota contra las sábanas esperando que la tela afelpada haciéndole cosquillas se convierta en unas palmas pequeñas y húmedas.
Dormir nunca había sido tan difícil. Las vibraciones que sintió hace unas horas le tienen las manos temblando necesitadas por más. Apenas pega un ojo intentando dormir hasta el día siguiente y cuando por fin lo logra hay una sola imagen en su cabeza con la que se queda dormido. Una que incluye sus propias manos, un hermoso piano y unos deditos rosados jugando entre los suyos.
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Nunca se había sentido tan desesperado por llegar a clase. Empieza a las nueve. Son las siete.
Él ya está sentado en el piano intentando repetir lo de ayer, no había podido tener más cuando Jimin al fin se fue a su casa dejándolo descolocado y muy extraño.
Hoy quiere intentarlo solo. Se compró unos tapones para oídos y está tratando de tocar una canción que domina bien.
Cinco minutos tocando, maldita sea, ¡no es lo mismo! ¡Al diablo que no lo es!
Yoongi no usa palabras altisonantes, sólo cuando realmente sus emociones pudieron con él.
Puede sentir las vibraciones perfectamente pero no calientan sus yemas de la misma forma, tampoco le hacen cosquillas. Sus ojos están abiertos, talvez es eso. Trata de relajarse y recordar cómo lo hizo ayer paso a paso para reproducirlo al pie de la letra. Jimin toca el lado derecho y Yoongi el lado izquierdo sin ver. Entonces lo repite hoy, el sonido llega a sus oídos pero es burdo, demasiado agudo, sin chiste y superficial y empieza a desesperarse.
Vuelve a cerrar los ojos en un segundo intento. Toma una respiración profunda obligándose a mandar el oído hasta atrás otra vez. Una de sus manos se mueve al lado izquierdo tocando tres pequeñas notas agudas casi silentes e imperceptibles por la suavidad de sus delgados dedos.
Otra respiración, recuerda muy bien lo que Jimin hizo después: Volvió a su lado derecho y entonces los graves empezaron a vibrar en su pecho. Sabía muy bien que sus propias manos estaban rígidas todavía, las respiraciones y el silencio no estaban ayudando por más que llenó sus pulmones; una desesperación innata por quitarse los tapones y escuchar por el simple hecho de hacerlo, como el estar bajo del agua y querer salir a respirar aunque aún haya suficiente aire en sus pulmones.
Pensó en cómo sus manos guiaron las suyas, qué notas tocó, la presión justa y los roces suaves. Jura que volvió a sentir la respiración de Jimin en su mejilla. Un estremecimiento le hizo sonreír.
Sus manos pronto estuvieron navegando por el piano de un lado al otro abriendo los ojos. Se movían libres y sueltas, relajadas por las notas oscuras y ligeras sobre el marfil blanco. Dejó que la música fluyera por su sistema y se derrochara en forma de notas musicales que flotaron por toda la sala. No aguantó mucho, deshaciéndose de sus tapones primero pudo continuar con la composición clásica y magistral dejándose llevar por la pasión del momento. Una pasión muy diferente a la física.
Esa que le hace flotar, hacer a su pecho contraerse con el corazón a mil por la emoción de poner sus manos en un piano con libertad de nuevo. Miró sus manos un segundo, se sentían vacías. Los graves inundaron la habitación, pensó cómo se veían sus bonitos y pequeños dedos a comparación de los propios y se estremeció de nuevo al tocar los medios en una melodía rápida demasiado ágil como para ser simples notas encarceladas en una hoja pautada.
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𝐄𝐥 𝐏𝐢𝐚𝐧𝐢𝐬𝐭𝐚 [𝐘𝐨𝐨𝐧𝐦𝐢𝐧] +𝟏𝟖
FanfictionMin Yoongi no sabe por qué Jimin le obsesiona tanto, más que sus otros alumnos, talvez es por su asombrosa habilidad para sentir la música sin poder escucharla y hacerle sentir con ella cosas que jamás ha podido. Yoongi es un responsable profesor de...