CAPÍTULO CINCO

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Yoongi lo llevó a su casa esa noche. Apretaba y aflojaba el volante a cada minuto, Jimin estuvo demasiado callado en todo el camino y le gustaría decir que fue porque le es físicamente imposible hablar pero ya no lo es.

Jamás se hubiera esperado que Jimin realmente podía hablar, es decir desde que lo conoció, Jungkook le dijo que Jimin es sordo mas no sordo mudo. El que no pueda oír no significa automáticamente que tampoco puede hablar pero creyó que simplemente no había aprendido. Clínicamente su garganta puede emitir sonidos, el punto es que Jimin no sabe cómo usarlos para decir cosas que jamás a podido escuchar de otros hablar como una persona oyente.

El que haya tenido un logopeda ahora tiene sentido, y sin embargo todavía hay mucho que no sabe de Jimin. Talvez se precipitó a besarlo pero ya estaba hecho, no podía volverse atrás.

«“Inténtalo de nuevo mi amor”»

Yoongi se vuelve a estremecer en su asiento con su corazón calentándose y sin saber si eso es bueno o malo, al menos ahora sabe que besar a Jimin es lo último que puede llegar a asustarlo o herirlo.

«“Bé-bésame”»

De todas las palabras que pudo haber dicho, salió esa. Las mejillas de ambos están rojas bajo las luces de la calle que entran a los asientos de vez en cuando. Todo había sido tan rápido, y por más que les de vergüenza, ya ha salido a la luz y no pueden volverlo a meter. De hecho hay algo dentro de Jimin que no le permite arrepentirse, es lo que más había deseado estos dos meses, jamás había deseado algo con tanta insistencia en un año de lo que sintió estos dos meses como lo que acaba de pasar. Con todo y bochorno e incomodidad, se siente correcto, la sola presencia de Yoongi le calienta el corazón y ahora tiene el privilegio de decir que no sólo son ideas suyas.

Jimin señaló a una calle sin salida a la derecha para indicarle dónde girar, después de cinco casas sobre terracería y yerbajo mal crecido, Jimin le indicó que detuviera el auto frente a una pequeña casita muy “pintoresca” y peculiar. El silencio fue aún más pronunciado con el motor apagado y los grillos trinando afuera.

¿Debía despedirse con un simple buenas noches o darle un beso, abrazo? ¿Qué? Por Dios.

Demasiado nuevo como para fluir tan natural. Yoongi olió su nervios como un sabueso oliendo una gota de sangre en medio de una alberca olímpica. Tomó su mano sobre su muslo, Jimin se estremeció soltando el aire rígido de su interior al fin y agradeció infinitamente que Yoongi haya aprendido a leer sus expresiones. Jimin giró su rostro a él, cerró los ojos en el momento en que Yoongi se inclinó y metió su rostro entre el cuello de Jimin y su asiento.

Yoongi será un tonto si no se pone a la altura y sigue siendo un cobarde. Le dejó un beso ahí, en su pequeño oído y Jimin se volvió a estremecer en su lugar, hoy era el día de temblar porque Jimin no puede hacer otra cosa más que eso. El crujido del asiento del conductor creó demasiada expectación entre los movimientos de Yoongi pues sus labios bajaron un poco más sabiendo que Jimin no lo iba a apartar o probablemente porque él mismo no podía hacerlo.

Un toque suave y un beso que pellizcó su piel le dejó el cuello hormigueando por más, Jimin no pudo evitar cerrar los ojos. La forma en la que había jalado su camisa y dejado arrugada con tanta necesidad le hizo sonrojar de nuevo, sus ojos cayeron a ella, aún seguía desalineada, abierta de dos botones que le mostraron un poco de la piel blanca de su pecho, Jimin enganchó su mano ahí soltando un suspiro.

Sólo era un beso de despedida, no se suponía que tuviera a Jimin tembloroso y de ojos brillantes de nuevo, la necesidad en sus ojos le derritió e hizo débil. Volvió a inclinarse y tomó su rostro por un costado, Jimin le tendió el cuello invitando, dando permiso, todo. Escuchar los propios chasquidos de sus besos no debería hacerlo eliminar poco a poco su fuerza de voluntad, no podía detenerse. No agregó una lengua, mucho menos saliva caliente y aún así Jimin ya lo estaba atrayendo hacia sí con dos manos sobre su camisa. Tenía los pequeñitos suspiros de Jimin haciendo cosquillas en su oído y como si hablar por primera vez le hubiera inaugurado las cuerdas vocales, Jimin empezó a emitir pequeños gemidos bajos con la boca abierta y sin hablar y Yoongi no pudo más, debía callar esa boca o lo volvería loco.

𝐄𝐥 𝐏𝐢𝐚𝐧𝐢𝐬𝐭𝐚 [𝐘𝐨𝐨𝐧𝐦𝐢𝐧] +𝟏𝟖Donde viven las historias. Descúbrelo ahora