Capitulo 8 Dejando la esperanza atrás.

40 7 4
                                    

Tu historia no podrá tener un principio muy feliz, y eso no te convierte en quien eres....

Inuyasha se puso a las ordenes de Yako, quien le ordeno a su hermano encerrar a Kikyo.

-Hazlo rápido, tenemos cosas de que hablar.- ordenó Yako.

-Enseguida Señor Yako.- dijo Inuyasha acercándose a Kikyo.

Kikyo estaba demasiado sorprendida y asustada, no sabía que podría pasar en esos momentos, ya fuera de la vista de Yako se decidió hablar con Inuyasha.

-Por favor dejame ir. Regresare con los demás, Inuyasha por favor reacciona.- suplico Kikyo.

-Callate, si no has muerto es por qué el Señor Yako ha sido muy generoso contigo.- dijo Inuyasha.

Kikyo se quedó callada, era obvio que estaba bajo en control de algún conjuro especial, ante esto no tenía poder u oportunidad, por el momento tenía que rendirse, Inuyasha la dejo en una celda encadenada de manos y pies, con una venda negra en los ojos y amordazada.

Inuyasha regreso con Yako para sentarse a un lado de el, esperando tranquilo a qué su medio hermano comenzara hablar.

-Me han informado que tu grupo viene hacia acá, con Koga el líder de los hombre lobo. Que deseas hacer con ese insignificante problema?- cuestiono Yako.

-Permítame encargarme de ese inconveniente, no tardaré mucho Señor.- dijo Inuyasha con una reverencia.

-Esta bien, si lo logras, tendrás una recompensa.- dijo Yako con altanería.

Inuyasha solicito que se le diera la ubicación de su antiguo grupo, al tenerla salió corriendo olfateando para por fin encontrarlos, al estar frente a frente, Sango coloco su bumerang cómo defensa.

-Debemos tener cuidado, ese no es nuestro amigo.- dijo Sango en postura de ataque.

-Su apariencia cambio, que estará pasando?- cuestiono Miroku.

Inuyasha desenfundo a colmillo de acero, preparando su ataque, los miro detenidamente.

-Vayanse y les perdonaré la vida, de lo contrario moriran- dijo Inuyasha amenazando al grupo.

-Acaso no nos reconoces?! Somos tus amigos!!- gritó Sango.

-No se quienes sean ustedes, no permitiré que lleguen al Señor Yako.- respondió.

Koga no reconocía a Inuyasha, el jamás se había comportado así, el cambio era notorio, todos sentía el poder negativo emergiendo desde Inuyasha, Miroku sabía que esto era obra de Yako.

Mientras en el palacio, Yako estaba sumamente desesperado, no había regresado Inuyasha así que fue a dónde estaba el, pero en el camino se encontró con Kai, quien traía otro fragmento.

-Mi señor, disculpe no pude conseguir más, pero traigo uno.- dijo arrodillandose.

-Me servirá de mucho, sigue buscando más, y traerlos a mi, saldré para presionar a mi estúpido medio hermano.- respondió con voz altanera.

Yako fue a la habitación donde se encontraba su querida Aome, quien estaba peinando su cabello, al darse cuenta que entró, se puso de pie para recibirlo con una reverencia

Mi amado rey SesshomaruDonde viven las historias. Descúbrelo ahora