-Creo haberte dicho que no era necesario que te arrodillaras ante mi, ya que tú y Naraku son de mi entera confianza, si has logrado tu sueño, puedes retirarte, te enviaré llamar cuando llegue la hora de atacar al Este.- dijo en tono suave pero profundo.
-Le agradezco Mi señor, ahora me retiro.- dijo Kai con voz pasiva.
Salieron del despacho de Yako, Kai caminando delante de ellas dos, guiando sus pasos, antes de salir del eterno pasillo, Naraku se acercó a ellos.
-El Señor Kai ha obtenido una hermosa gema, sería una lastima si ese rostro se llenara de cicatrices.- hablo altanero.
Kai lo miro con desaprobación, no iba a armar un lío fuera del despacho de su respetado señor, pero de esto se enteraría más tarde Yako, el no iba a permitir que Naraku tocará a ninguna de sus dos mujeres.
-No te atrevas a tocarlas, a ninguna de las dos, te daré un consejo Naraku ahora que posees poder y autoridad puedes pedirle cualquier cosa al señor Yako, como por ejemplo a Kikyo la mujer que tanto deseas.- hablo altanero Kai.
Naraku cerro los ojos, muy en fondo Kai tenía razón, y sin perder tiempo fue directo al despacho de Yako, lo anunciaron y entro para arrodillarse delante de Yako.
-Cuantas veces les e dicho que no es necesario que se arrodillen, ponte de pie y dime qué es lo deseas.- hablo con arrogancia.
-Mi Señor, vengo a pedirle algo.- hablo tranquilo.
-Habla de una vez, que no tengo todo el dia.- ordenó con prepotencia.
-Mi Señor, deseo a Kikyo, la deseo con locura, por favor mi Señor consedame ese deseo.- rogo Naraku.
-Esta bien, la tendrás, Jaken, llama a Inuyasha.- ordenó.
Jaken fue a las habitaciones de Inuyasha para entrar y explicarle que Yako deseaba hablar con el, de inmediato fue al despacho de su hermano mayor.
-Me ha enviado llamar, aquí me encuentro mi Señor.- explico Inuyasha.
-Tengo que pedirte algo, Kikyo pasará a ser la compañera de Naraku, a cambio te daré a Izayoi, tu madre, espero que eso compense el sacrificio que estas haciendo.- explico Yako con tranquilidad.
Inuyasha no podia creer lo que escuchaba, tendría a su madre de regreso tenía que entregar a su amada Kikyo, pero para el estaba bien, por que al final tendria a su madre.
-Esta bien Mi señor, le informaré a Kikyo la desicion que se acaba de tomar, me retiro.- dijo Inuyasha con alegría.
Inuyasha llegó a la habitación que compartia con Kikyo, ella al verlo entrar fue directo a sus brazos, Inuyasha la miro con suma tristeza, ya que hoy se iban a separar quizas para siempre.
-Kikyo, acompañame vamos al despacho de mi maestro Yako, tenemos algo que decirte.- hablo con profundidad.
Kikyo estaba atenta escuchando cada palabra que salía de su boca, pero su mundo se derrumbó al escuchar que ella pasaría a las manos de Naraku.
-No puedo creerlo, tu me regalas a ese demonio, jamás me amaste con sinceridad, eres un falso e hipocrita.- dijo Kikyo con los ojos llenos de lágrimas.
-Tendre a mi madre de regreso, tu estarás mejor con el, por favor entiende lo que te pido.- rogó Inuyasha.
Entraron al despacho de Yako, ambos hicieron una reverencia, haciendo su aparición Naraku con una sonrisa arrogante.
-Te han informado de mi desicion, Kikyo serás la mujer de Naraku, ahora dirás el juramento de lealtad y fidelidad para ser la Lady de Naraku.- explico Yako con tranquilidad.
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Mi amado rey Sesshomaru
Science FictionUna Historia de amor, deseo, y venganza entre dos hermanos por una misma mujer, superando los deseos desenfrenados de asesinar a quien interviniera entre su amor.