Popsicle

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Extra

Apenas los vio juntos, conversando uno al lado del otro, no supo si era simple casualidad o había algo mal con los gustos familiares. 

Puesto que era una fecha importante, pensó que sería una gran idea invitar a Adrien a pasar la Nochebuena con ellos, ya que habían decidido que la Navidad sería en casa del rubio. No obstante, no contó con que a su hermana se le ocurriría la misma idea. 

Por lo cual, ahora Adrien se hallaba hablando alegremente con Rose, a quien había conocido unas semanas atrás cuando Luka la llevó a la escuela en motocicleta. 

No pensó que el par de rubios congeniarían de inmediato, pero debió suponerlo. Ambos eran tan parecidos que bien podían pasar por familia. Antes fue una mera idea, mas al verlos juntos se le hizo obvio. 

Ambos parloteaban sin parar en la mesa mientras hacían una extraña ensalada que su madre les pidió con el fin de ayudar en la cena navideña. Lo poco que alcanzó a oírles de su conversación no era más que sobre materias y profesores de la escuela de los que Luka había oído algunas ocasiones, cuando Adrien se los mencionaba. 

No pudo evitar la sonrisa que se formó en sus labios al notar los ademanes de Adrien al hablar sobre las mismas historias de siempre que ya conocía. 

Quizá Adrien creía que no ponía mucha atención a lo que le decía, pero eso no era cierto. A Luka le gustaba escucharle hablar por horas y horas de cualquier tema. La voz del chico era tan tranquila y desprendía una dulzura que calentaba su corazón así como deleitaba sus oídos. 

Por supuesto, no le diría nada de eso al rubio. No quería que se le subiera a la cabeza, menos que decidiera tomar venganza por todas esas veces que Luka se burló de él y hacer lo mismo. 

Suspiró, agitando aquellos pensamientos inusuales. 

Desde que aceptó los sentimientos que tenía por Adrien, las cosas se habían tornado... diferentes para él. Sensaciones que no había tenido antes y pensamientos que no le abordaron con anterioridad eran recurrentes en su día a día. 

La única razón por la que tardó en asimilarlo fue porque no estaba seguro de que aquello fuese amor. ¿Cómo saberlo si era la primera vez que el gusto o la atracción se volvían tan profundos? 

Hacía un tiempo atrás, le pasó algo similar que no llegó al punto critico de la actualidad. 

Le gustó un chico que era un amigo cercano. Era mayor que él por un par de años y ambos eran conscientes de la atracción que había entre ellos. Para ese momento, ninguno pensó en darle un nombre a aquello y sólo se limitaron a satisfacerse mutuamente. 

Si lo meditaba detenidamente, esa fue la única ocasión en que sus sentimientos se encontraron en un dilema. Aun así, no tuvo tiempo de repasar su relación con cuidado porque su amigo se marchó de la ciudad un tiempo después, por trabajo. 

¿Cuándo ocurrió aquello? No lo recordaba, pero fue después de terminar la preparatoria. Cuando consiguió un empleo como repartidor y aquel chico era un compañero más. 

Viendo a Adrien, no creía que tuviera nada en común con ese otro muchacho. Sí, le dijo al rubio que tenía un tipo, pero eso no era cierto, sólo se lo dijo para que le contara lo que sucedía en ese instante. 

Adrien era hermoso, como un miembro de la realeza en la antigüedad, mas no era la razón por la que terminó cayendo por él. Si sólo se hubiese fijado en su apariencia, entonces hubiera salido con varias de esas personas que se le confesaron antes. 

No. Lo que más le gustaba de Adrien no era otra cosa que su personalidad inocente y amable. Le gustaba porque era muy diferente a todos aquellos con los que había salido o tenido algo. Adrien era como un girasol en medio de flores silvestres. Tan honesto, tan transparente. 

Ice cream shop (Lukadrien)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora