Introducción

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Ese 3 de abril era un día importante para la familia y por lo mismo un día no muy esperado por Hanma ni por Kazutora. Todo empezó con la visita del señor Shuji una semana antes.

— Buenas tardes — dijo el padre de Hanma tras atravesar la puerta del apartamento. Kazutora no se había molestado en levantarse del regazo del Ran cuando oyó a alguien llegar, pues supuso que sería Kisaki y ante la mirada fija de su tío, el menor palidecía. Haitani; que era un chico de reacción bastante rápida, levantó al menor enseguida.

— Buenas tardes — el de trenzas se levantó con seriedad, se acercó con porte seguro al visitante y le extendió su mano que fue correspondida — Ran Haitani, un placer conocerlo.

— Encantado de conocerte Ran, lamento interrumpir su tarde solo quería hacer una invitación a Hanemiya y a Hanma.

— ¿Qué clase de invitación? — preguntó Hanma desde la cocina, aunque ya suponía la respuesta.

— Es esa época del año y pensé que estaría bien si Hanemiya nos acompañaba.

— ¿A qué? — Kazutora habló sin levantarse de su puesto, tras ver que su primo se había puesto sutilmente a la defensiva.

— Una cena familiar, con algunos inversionistas de la empresa, se hace cada año iniciando el mes de abril.

— ¿Estará toda la familia? — replicó Kazutora, esperando que todos supieran que preguntaba por la presencia de su papá.

— Así es — el señor Shuji se abrió camino y se sentó al lado del menor, poniendo su mano en su hombro — Lo más probable es que Los Hajime también vayan, pero sería bueno que estuvieras allí, eres parte de la familia y yo de verdad espero que algún día seas parte de la empresa.

— ¿Los 3 hijos de los Akashi también estarán? — el chico desvió la mirada para preguntar, pues siempre le era difícil hablar con ese hombre.

— Ellos nunca faltan a esa reunión, creo que es la única vez en el año que hablan con Hanma.

— Está bien ... Iré — Kazutora suspiró y miró a Hanma quien tenía una genuina expresión de sorpresa — ¿También irás, no?

— Claro, imposible que te deje solo en eso.

— Y yo nunca lo dejaría faltar. De todos modos pueden llevar un acompañante cada uno — agregó el señor — y es mejor que lo hagas porque seguramente ocuparé a mi hijo gran parte de la noche.

— Está bien, buscaré a alguien — Kazutora miró de reojo a Ran, pues era el único a quien le pediría algo así, pero inmediatamente apartó la mirada, pues permitirse soñar con mostrar a su novio a su prejuiciosa y nada amable familia estaba prohibido.

— Lleva a tu novio, Hanemiya — dijo el señor Shuji señalando a Ran dejando al pequeño Tora en estado de shock. El hombre se levantó de nuevo y miró al chico de trenzas — ¿Aceptarías ir con él?

— Sí señor, para mí será un honor — Haitani respondió calmado y sonriendo, había escuchado demasiadas historias sobre la familia de Kazutora y ninguna de ella indicaba una aceptación tan abierta y rápida de su relación.

— Tú también lleva a alguien, Hanma. No importa si es hombre, mujer o un gato, pero no quiero que seas el único sin acompañante en la mesa, de nuevo.

— Está bien papá, veré que puedo hacer — respondió el joven riendo y rascándose la cabeza.

— Entonces nos vemos la próxima semana, te dejaré este dinero extra para que compres ropa adecuada, Hanemiya. — puso un sobre encima de la barra — Hasta luego, un placer conocerte Ran... Y Hanma, regresa de vez en cuando a casa, tu madre ha estado preocupada.

— Sí señor, iré esta noche.

Cuando el señor Shuji cerró la puerta el silencio reinó en la habitación y los tres jóvenes se miraron asimilando lo ocurrido.

— Hey, Hanemiya-chin, no te olvides de respirar — bromeó Hanma para acabar con la tensión.

— Ahora tengo muchas dudas sobre tu familia, pequeño Tora — Ran regresó a su puesto e invitó con un empujoncito a su novio para que se volviera a acostar — ese hombre no tiene nada que ver con las perversas personas que te odian.

— Siempre te he dicho que el padre de Hanma es diferente, aunque también estoy sorprendido.

— Bueno, puede ser que en alguna conversación haya mencionado inconscientemente tu relación — dijo Hanma mirando a otro lado.

— Oh bueno, debí suponerlo — rio Tora — Entonces ¿Invitarás a Kisaki?

— ¿Qué? Por supuesto que no, para escucharlo rechazarme de nuevo y más una invitación como esta, me sobra tiempo — Hanma hacía pucheros mientras hablaba pues sus palabras eran ciertas y realmente le frustraba no poder invitar al menor.

— ¿y qué harás? — cuestionó Ran — tu padre acaba de decir que no vayas solo.

— Tendré que pedirle el favor a alguien que me acompañe, no sé, algo se me ocurrirá.

— ¿Quieres que se lo pida a Rin?

— ¿Cómo?

— Bueno, es la cena de una de las empresas más importantes de la ciudad, no solo basta con que vayas con alguien sino con alguien que se sepa comportar, Rindou es el "entrenado" de la familia para ese tipo de papeles sociales, así que te podría acompañar. Sé que no hablan mucho entre ustedes, pero lo hará si yo se lo pido y además no creo que tengas muchos más amigos.

— No es mala idea — complementó Kazutora — aunque creo que a Rindou le molestará.

— Pero él siempre está molesto así que no importa — Hanma miró al techo en busca de más ideas, pero tras unos segundos se rindió, igual sabía que no pasaría mucho tiempo con él, pues como en las cenas anteriores su padre andaría de un lado a otro presentándolo a personas que no le interesaba conocer — Invítalo de mi parte.

Como había dicho Ran, su hermano menor aceptó la oferta sin pensarlo y una semana después se encontraban sentados en el auto que los llevaría a ese lugar. 

Cruce de Caminos: La Cena FamiliarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora