Para la sorpresa de Madara y Rei, Hashirama podía ponerse lo suficientemente serio como para intimidarlos y regañarlos.
Tras una serie de casi gritos, Hashirama se dedico a desinfectar y limpiar las heridas con ayuda de Shiro, quien recién llegaba.
Por supuesto que Madara salió regañado por segunda vez.
La Uzumaki aprovecho para burlarse ganándose una amenaza silenciosa del Uchiha, pero era mas que claro que no la dañaría nuevamente.
Una vez que se quedó a solas con Hashirama, este permaneció viéndola fijamente.
Rei se puso nerviosa, quiso comprobar si el suelo era de madera de verdad.
—No voy a morderte —bufó Hashirama al ver esto —Es solo que... Ugh, Rei, quisiera que tu y Madara se llevasen bien, él es mi mejor amigo y tu... Tu eres mi futura esposa —llevó su mano a la mejilla de la azabache, esta se sonrojó ligeramente.
—Y-Yo... Haré lo que pueda... —murmuró inclinando un poco más su cabeza hacia la mano del castaño.
Senju observo un par de segundos los labios de Uzumaki. El pensamiento de poder besarla se cruzó por su mente, pero dudo.
Se hizo hacia atrás, quiso quitar su mano del rostro de la fémina, pero ella la mantuvo ahí, no lo dejó ir.
—Ha-Hashirama —balbuceo su nombre —Yo... Yo quiero...
—¿Rei? —Senju sintió su corazón latir con más fuerza cuando la azabache se levantó y lo tomó con ambas manos por el rostro.
—Hashirama... Gracias... —se acercó lentamente, el más alto se inclinó hacia ella cerrando los ojos también, realmente feliz y dispuesto a besarla.
Pero...
—¡Ay! —exclamó Madara entrando de nuevo —¡Perdón, no quise interrumpir!
Había sido a propósito.
Los dos se alejaron de golpe.
Uzumaki Rei maldijo con entusiasmo a Madara mentalmente.
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