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Por suerte o por desgracia, había llegado el día.

Ya era sábado y Albedo estaba frente a su armario, preguntándose por qué se había esperado hasta el último momento para escoger qué ropa se pondría para la fiesta de Childe.

El rubio se había planteado llamar a Kaeya para preguntarle qué se iba a poner él, pero no quería sonar desesperado. Al fin de al cabo, no era un gran problema, ¿verdad?

Al final decidió ponerse uno de sus atuendos favoritos: Un pantalón largo y ancho, de color marrón, con una camiseta de un tono algo más claro en la que se leía la palabra "freedom". Se puso sus zapatillas habituales y se sentó en la cama, esperando a que llegara la hora acordada.

Albedo había quedado con Kaeya frente a la floristería. El de cabello azul le recogería y ambos irían a la casa de Diluc.

Kaeya y los demás le habían dicho a Childe que asistiera a las cinco, mientras que el resto de los asistentes habían quedado a las cuatro y media, para preparar los últimos detalles.

Así es como, veinte minutos más tarde, Albedo cogió su usual mochila negra, donde guardaría su teléfono móvil y sus auriculares, y
salió de casa.

No tardó mucho hasta que vio a Kaeya, montado en una motocicleta, frente a la puerta de la floristería.

- ¿Tienes permiso para conducir esto? - preguntó Albedo, no muy confiado.
- Buenas tardes a ti también, Albedo. Y sí, tengo los permisos. Ahora sube, si no llegaremos tarde.

El rubio jamás se había querido subir a una moto antes, pero sabía que no tenía otra opción. Intentó ocultar su inexperiencia y finalmente consiguió subirse al vehículo de Kaeya.

- ¿Todo bien? - preguntó el del cabello azul, antes de arrancar.
- Sí, sí, claro - respondió el contrario.

Por suerte para Albedo, el trayecto no duró mucho, y llegaron a casa de Diluc en poco menos de cinco minutos.

- Bienvenido al Viñedo del Amanecer - dijo Kaeya, mientras ayudaba a Albedo al bajar del vehículo y comenzaban a caminar hacia la casa.

- Oh, por fin habéis llegado - exclamó Venti, al verles entrar por la puerta.

- No hemos tardado tanto - se quejó Kaeya.

- En realidad solo faltan diez minutos para que llegue Childe... - mencionó Thoma.

- Vale, quizás si hemos tardado. Pero bueno, Diluc, ¿tienes los regalos?

- Sí.

El de cabello rojo comenzó a subir las escaleras de la casa, en busca de los regalos que le habían comprado a su amigo.

- No os he presentado, perdón - comenzó Kaeya - Albedo, estos son Thoma y Venti. Diluc es el pelirrojo que acaba de ir a por los regalos. Chicos, este es Albedo.

- Un gusto en conoceros - dijo Albedo, sonriendo, sin saber qué más decir.

Diluc no tardó mucho en regresar. Este saludó a Albedo y, entre todos, colocaron los tres paquetes encima de la mesa central, junto con el ramo de flores que Kaeya había encargado.

- Por curiosidad, ¿qué le habéis comprado? - le susurró Albedo a Kaeya.

- Lo verás cuando Childe los abra - respondió el chico, con una sonrisa algo burlona.

❀ ꜱᴛᴀʀʟɪɢʜᴛ ❀ [Kaebedo - Florist AU] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora