Capitulo 30.

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La helada noche llego y Max podía escuchar como las ventanas y la misma casa crujía por los vientos fuertes y gélidos que habían traído la tormenta, no podía cerrar los ojos y solo se intentaba concentrar en la respiración tranquila de ella que parecía ya estar dormida, se acercó despacio a la cama de Elena y la vio profundamente dormida, tocó su mejilla y estaba casi congelada. "Elena" le decía Max moviéndola despacio "Elena" ella musitaba entre sueños "Elena, ¿me puedo dormir acá?, está bajando muchísimo la temperatura." Decía Max cagandose de frío y ella no respondió pero le dejo un espacio a su lado para que se acomodara.

Corrió por en medio de la habitación para traerse las cobijas que tenía y poder tener con más cosas para protegerse del frío, las empezó a colocar y se metió entre toda la pila de cobijas y enseguida sintió el calor que desprendía Elena haciéndolo más cómodo para el, ella le daba la espalda y Max logró acomodarse, tomó su celular le envío un mensaje a Christian con su ubicación, "¿Pueden recogerme temprano mañana?" A los segundos Christian le había contestado, confirmándole que a más tardar las 7 u 8 de la mañana estaría alguien por el. Respiro hondo y trato de calmarse, se iría y con suerte dejaría a Elena dormida así seria menos doloroso decirle adiós para siempre. Elena se volteó y lo busco para abrazarlo y Max no dudo en devolverle el abrazo, no durmió en toda la noche porque no quería perderse ningún segundo del rostro de Elena, sus cejas pobladas, sus pestañas largas y su nariz redonda, sus mejillas con un toque de rosa por el frío y sus labios entre abiertos.

Vio el reloj de su muñeca y eran las 4 am, se separó de Elena y salió de la cama, hizo todo lo que pudo para no hacer ningún tipo de ruido, bajo sus cosas a la sala y el mensaje de Christian anunciándole que irían por el en menos de 1 hora, lo hizo apresurarse lo más que pudo, se estaba cambiando, se quitó las sudaderas que Elena le había regalado y las dejo en la cama justo en el lugar en donde el había dormido.

Busco una pluma y una hoja, quería despedirse de ella así que empezó a escribir. "Amarte fue como conducir en la fórmula 1, más rápido que el viento y tan apasionado como un pecado, terminando de manera tan repentina. Amarte fue como tratar de cambiar todo lo malo en mi para poder mejorar y siempre estar feliz a tu lado, olvidarte será como tratar de olvidar los colores del otoño cuando caminaba junto a ti en Holanda,  los colores se volvieron mas brillantes cuando estuviste a mi lado, nunca nunca te olvidare, espero que cuando te llegue a volver a ver me digas lo bien que te ido en la vida y lo orgullosa que estás de lo has logrado. Perderte me duele en el alma pero se que me dolería más verte infeliz a mi lado.

Te amo para siempre, Max."

Max se volvió a ver a Elena quien estaba echa bolita en la cama, dormía tan tranquila que Max guardó esa última imagen de Elena para siempre, se acercó lentamente y le dio un beso en la frente, despidiéndose para siempre de ella. Su celular se iluminó anunciando la llegada de la persona que lo recogería, bajo rápidamente las escaleras con las pertenencias y salió de la casa de Elena, sentía una presión en el pecho como indicio del dolor que estaba sintiendo, no se quiso girar a ver por la ventana trasera.

Elena quiso abrazar a Max y se dio cuenta que la cama estaba vacía a su lado, no podía creer que el le había dejado a la mitad de la noche sin despedirse de ella, se giró y vio la nota perfectamente acomodada sobre las sudaderas que ella le había prestado la noche anterior, como fue leyendo cada una de sus líneas no contuvo el llanto y sintió como todo se estaba yendo directo al carajo, grito muchísimas veces, pataleo con fuerza, tiro las sudaderas se levantó de la cama y empezó a tirar todo lo que había a su alcance, se quedó viendo fijamente las sudaderas que había tirado, se levantó y las empezó a recoger, las tomó entre sus manos y las abrazó como si se tratara del mismo Max, aún tenían su peculiar aroma, entre el suave perfume y su desodorante, no quería apartarse de ellas, sentía que por lo menos así lo tendría más cerca.

No supo cuantas horas pasaron, hasta que se volvió a levantar del suelo y se acurrucó en la cama, con la nota que había dejado pegada a su pecho, recordando todo lo que habían vivido juntos y lo mucho que le costaba decirle adiós definitivamente, ya no había un futuro para ellos ahora solo había un pasado que siempre los uniría.

Elena se pasó todo el día en la cama, los mensajes y llamadas de las personas más cercas a ellas se quedaban ahí, sin ninguna respuesta. No se movía, solo sentía que respiraba y como las lágrimas seguían cayendo, hasta que vio en el celular el nombre de su mamá en la pantalla, lo levantó y trató de fingir que todo estaba bien, diciéndole que ella estaba bien y que solo no respondía porque estaba ocupada acomodando todo, fue la última llamada que había respondido en varios días.

Su móvil se quedaba en casa mientras ella iba al trabajo, su vida era una rutina la cual adoraba con el alma, apenas y contestaba los mensajes de Gina y fingía estar emocionada por su boda, que falta menos de 2 semanas para esta. Su vestido había llegado a la casa de los Schumacher y había evitado a toda costa responder y enviar mensajes a cualquier otro hombre, incluyendo a Patricio, no tenía ánimos de nada y su cara se delataba. Caminaba y andaba porque tenía que, pero en si no tenía ningún tipo de motivación.

Había pedido un Home Office para poder viajar a Gland y se lo habían otorgado sin problema, las semanas siguientes habían pasado como si fueran vientos y Elena, trataba de arreglarse un poco para su camino al aeropuerto y sus próximas escalas hasta llegar a su destino.

Había leído unos libros sobre como ayudarse a sí misma, pero ninguno le había ayudado tenía insomnio y el apetito se le iba por varios días, hasta que recordaba que tenia que comer. Su llegada al aeropuerto de Gland, fue una sorpresa para Gina quien la esperaba ansiosa para saludarle y contarle todo lo que sucedía y Elena escuchó con todo detalle lo que su amiga le iba contando sobre como el vestido le encantaría, que ya tenía todo planeado para los vestidos y el maquillaje para las 4.

Cuando llego a la residencia de los Schumacher sintió un sentimiento mezclado de melancolía y alegrías, camino detrás de Gina y el primero que las recibió en su habitual silla de ruedas Michael la recibió como una hija que vuelve a su hogar, la abrazo tan fuerte que sentía como si Michael supiera todo lo que estaba sufriendo en ese momento, se separó de él y se limpió una pequeña lágrima que resbalaba por su mejilla y Michael le volvió a sonreír y le dijo "Bienvenida de nueva a la familia, nuestra Elena"

Another love | Max Verstappen |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora