Capitulo 46.

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Carlos había escupido la comida cuando Elena le había dicho que continuaría con el divorcio, ella tomó los papeles que Carlos le había traído y le firmó las cláusulas que el ponía para que el divorcio pudiera proceder.

"Bueno, nos vemos" Elena se paro, tomo a su hijo entre los brazos y dejo a Carlos parado en el restaurante. Con la boca seca y la mirada furiosa.

No habían pasado ni dos semanas cuando los rumores en el paddock se habían confirmado, después de un fugaz matrimonio Carlos Sainz y Elena habían firmado su divorcio. La presión que los medios ejercían sobre Carlos, preguntándole una y otra vez, sobre cuál fue la razón y el solo se limitaba a decir que era por la incompatibilidad de sus horarios y demás.

Elena había buscado un piso en la capital española, no pensaba en vivir bajo el mismo techo que Carlos, la pensión que el le pasaba por Carlitos le permitía alquilarse un bonito departamento, no era para nada lujoso pero al menos no le veía a diario.

Había buscado diferentes empleos en su carrera pero todos le negaban al saber que tenía un hijo, las visitas de Corinna y de Mick se hacían frecuentes, al igual que la visitas de Greta que se quedaba con ella durante el fin de semana o cuando había algún Gran Premio ella decidía quedarse en Madrid con su tía Elena.

Quien le cantaba de vez en vez las canciones que alguna vez la voz de su madre cantaba junto con ella, cada domingo cuando Mick la iba a recoger se topaba a una Greta con bonitos peinados, uñas pintadas y un nuevo tema de conversación.

Elena habría negado que le ayudaran con los gastos que tenía al igual que había negado cualquier tipo de ayuda que Max le habría ofrecido. Solo de repente recibía pequeños obsequios de parte de sus amigos y familiares cercanos, sintiéndose querida a la distancia.

Max había llegado un miércoles lluvioso al departamento de Elena con unas preciosas flores amarillas de costumbre, se sacudía el saco empapado de agua mientras tocaba en repetidas veces el timbre sin recibir una respuesta, siguió tocando hasta que una persona que el creía haber olvidado su completa existencia le abrió la puerta.

Patricio le abrió la puerta, tenía un suéter azul y una sonrisa plantada en su cara.

"¿Está Elena?" Le preguntó Max, buscándola con la mirada.

"Se está bañando, ¿Gustas pasar?" Le pregunto Patricio amable.

Max ingresó al departamento y pudo notar que había un arreglo de flores en la mesa del centro y esas flores no las había traído el.

"Ya no a de tardar, ¿quieres algo de tomar?, hemos ido al súper por la mañana así qué hay de todo" se rio Patricio, haciendo que Max sintiera colera en su sistema.

Ella no le aceptaba ningún tipo de ayuda pero a este idiota si, trato de sonar polite y solo le dijo que tomaría una botella de agua.

Elena salió al poco tiempo, llevaba su pelo húmedo y ni una gota de maquillaje. Sonrió al ver a Max y le regaló un abrazo.

"Perdona que haya venido sin avisar" se disculpo el, entregándole las flores en sus manos.

"No hay de que, están preciosas, deja busco un lugar para ponerlas" Elena se adentró a la cocina y fue seguida por los dos hombres.

Patricio se subió a la barra y se sentó en ella, Max se quedó como soldado, solo viendo a Elena a la distancia.

"¿Si se conocen?" Pregunto Elena.

"Solo un par de veces le he visto" confesó Max.

"Ah, Patsy Pat, el es Max, Max el Patricio mi mejor amigo"

Another love | Max Verstappen |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora