Miraculous: El origen de Anatis

Lady Noire

—Me encantaría.

Luka aterrizó en la azotea en la que aceptó reunirse con Ryuko y Aspik. Estaba nervioso por ello, pero necesitaban arreglarlo. Claramente lo veían como una amenaza y necesitaba que entendieran que no lo era. Él estaba de su lado y quería ayudar a salvar a París de este misterioso villano. Se sentó a esperar. Finalmente pasó el tiempo en que se suponía que se encontrarían y ninguno de los héroes apareció. Frunció el ceño y fue a levantarse antes de notar dos pequeñas cajas en el costado con un sobre. Frunció el ceño y se acercó a ellos, recogiendo el sobre. Estaba dirigido a él. Lo abrió y comenzó a leer.

Anatis,

Ryuko y yo hablamos hoy

Hemos decidido renunciar a los miraculous del dragón y la serpiente

Buena suerte con la protección de París

Aspik

Luka miró la carta con sorpresa antes de agarrar una de las cajas y abrirla. Era el brazalete de la serpiente y brilló antes de que una pequeña serpiente apareciera de la misma manera que Tikki. Luka frunció el ceño ante el pequeño que se veía triste.

—¿Te dijo por qué te abandonó? —preguntó Luka, extendiendo su mano a la pequeña serpiente que se sentó en ella.

—No, pero creo que estaba celoso. Lamento que mi portador no sea confiable —respondió la pequeña serpiente, inclinándose ligeramente.

Luka suavizó su expresión.

—Está bien —murmuró, sintiéndose decepcionado—. No es tu culpa.

—¿Estás bien? —preguntó la serpiente, notando la expresión de Luka.

—Sí. Estoy bien. Solo... decepcionado... Tenía la esperanza de que pudiéramos arreglar todo esto y convertirnos en un equipo, pero claramente, no quieren trabajar conmigo. Solo lamento que hayan decidido deshacerse de ti y el dragón —Luka frunció el ceño, cerrando la tapa de la caja—. Tendré que llevárselos al maestro Fu y devolvérselos.

—¿Debería volver a mi brazalete? —la serpiente preguntó, pero Luka negó con la cabeza.

—No, si no quieres —Luka sonrió—. No me importa dejarte volar conmigo un poco.

—Muchas gracias, amigo —la pequeña serpiente sonrió antes de que Luka abriera su yoyo y colocara las dos cajas y la carta dentro antes de cerrarlo y saltar del edificio.

No tardó mucho en llegar a un callejón cerca del apartamento del maestro Fu. Sacó las cajas de los miraculous y la carta, colocándolas en el suelo antes de decir las palabras para volver a la normalidad. Atrapó a Tikki y le dio un macarrón antes de recoger las cajas y la carta, colocándolas en sus bolsillos antes de caminar hacia el edificio del maestro Fu y tocar el timbre de su apartamento.

—¿Hola?

—Es Luka. Estoy aquí para mi lección —Luka declaró.

—Ah, sí. Entra.

La puerta sonó y Luka la abrió antes de subir las escaleras. Se detuvo en la puerta y se quitó los zapatos antes de entrar y ponerlos en el estante para zapatos mientras el maestro Fu terminaba de hablar con un hombre más joven.

—Gracias. Lo veré la próxima semana.

—Gracias. Espero con ansias nuestra próxima sesión.

El maestro Fu le mostró la salida y se acercó a Luka.

—Es bueno verte de nuevo, Luka.

—Gracias, maestro Fu —Luka sonrió antes de sentarse junto a la mesa de té del maestro Fu.