CAPITULO 5

18 4 0
                                        

Hacía frío, menos en mi cara que tenia una bola de pelos encima. Abrí los ojos y no vi a Nimbo, sólo vi la mancha de sangre que había dejado en la cama. Me irgui en mi lugar sentándome. Leviatan se empezó a resbalar de mi cara así que lo sostuve. Lo deje en mi falda y él me empezó a morder y dar pataditas en mis manos, al parecer despertó con la pata izquierda. Mire a mí alrededor: Nimbo no se encontraba. Me levanté empezando a buscarlo por toda la casa; no estaba. Leviatan me seguía por todas partes frotándose contra mis piernas. Me puse de cuclillas acariciándole el lomo.

—¿Tienes hambre?

Él Maullo.

Revise todos los cajones de la cocina. Nada, se había agotado todo de un día para otro. Eso me pareció sospechoso. Cuando salí al living me di cuenta de que la puerta estaba entreabierta. Salí afuera con Leviatan siguiéndome. Camine mirando como la luz se veía en manchas moteadas gracias a las sombras que proporcionaban los árboles. Entonces mientras pasaba por debajo de un árbol ¡Tack! Una lata de atún cayó en el medio de mi cabeza.

—Auch —me queje cubriendo mi cabeza con las manos.

Vi como otra lata de atún caía en frente de mí.

Mire arriba para ver de dónde llovían las latas: Nimbo estaba recostado de espaldas en una rama alta de un árbol.

—¡Para ti y la vaca con bigotes! —grito desde arriba.

Mire mejor la rama en donde estaba recostado Nimbo: estaba llena de bolsas y latas de comida. Así que por esa razón no había nada en la cocina, pero más importante aún ¿Cómo subió allí?

—Ah, casi se me pasa, empaca tus cosas, ¡nos vamos! —grito desde arriba.

Pero si yo sólo tengo está ro.... Espera ¿Qué?

Mire arriba dónde debería de estar, ya no estaba.

—¡Buh!

Grité cuando Nimbo me apretó los hombros. Me volteé hacia él enojada.

—¡No me asustes! ¡No da gracia! —chille temblando. Con esas personas mutiladas caminando al rededor me asustaba hasta por lo más tierno, y ya me había asustado con sólo pensar en conducir hacia ellos.

Nimbo se rió.

—¡Si vieras tu cara cada vez que te asustas!

Dos horas después estábamos en el Jetta de Nimbo, ahora sabía que los autos tenían marcas. Cerré la puerta del auto para cortar la fresca corriente de aire que me estaba helando. Abracé a Leviatan con intención de calentarlo un poco. La puerta del conductor se abrió con Nimbo entrando. Él cerro la puerta con fuerza, agotado de ir y venir con cosas, incluso con elegir que llevar, porque no todo cabía en el auto.

Resulta que Nimbo había decidido que nos teníamos que ir, porque Gula, que era el vampiro de ayer, podría volver.

Nimbo extendió todo un mapa en el tablero del auto. Todo estaba en inglés ¿Por qué?

—Nos llevamos nafta, bebida, ropa tuya no porque sólo tienes esa, al gato, a Riley, el auto, a mí, otro par de ropa, comida no, un botiquín.... —repaso una lista mental de lo que llevábamos.

Viaje a Casa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora