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Nuevos objetivos, nuevos miedos.

Aquella noche, en aquella gran casa que seguía siendo en ese momento completamente desconocida para mí, dejando de lado el sentimiento de familiaridad que me invadía. Me encontraba caminando de un lado a otro en el salón, si saber que hacer, y con la vista de Ryan clavada en mí.

Pasé rápidamente de un estado de pasmo a la ansiedad, los nervios predominaban en mí, estaba indecisa, podía correr a dónde estaba Tyler y ser intensa hasta que por mis berrinches accediera a llevarme al lugar de los hechos, o por otro lado, podía quedarme en casa, esperando por lo invitados, como él me había ordenado que debía hacer. Pero, el pensamiento de que me debía asegurar que era Ian el que estaba en aquella escena catastrófica era más fuerte que yo.

Sí, sé que lo quería perder de vista, estar lejos de él y de todos los que me rodeaban porque dejaron de ser confiables para mí, pero no era para nada un motivo para que yo dejara de sentir amor por cada uno de ellos, por eso desde un principio había aceptado a irme con aquellas personas del aeropuerto, así que ¿cómo en ese momento, de la nada, tan gratuitamente, podía pasar eso? era inexplicable para mí.

Me frustré mucho, y Ryan no pudo evitar más mi presencia e intentó calmarme, así que accedí, siendo conciente de que era lo mejor, porque no iba a poder salir de aquel lugar, y mucho menos esa noche. Así que debía esperar.

No pasó mucho tiempo para que llegaran los invitados, entre ellos, una muchacha muy hermosa que aparentaba más de veinte años, de pelo castaño, ojos oscuros y rasgados, nariz perfilada, labios carnosos, un poco más alta de lo que yo llegaba a ser y con un porte de modelo empoderada que te dejaba babeando. La cual era la hija de Tyler. Ella era todo lo que me agradaba de una persona, sabía qué temas de conversación podían llegar a incomodar y cuáles llegaban a ser sumamente interesantes, resaltaba su inteligencia, y hubo muchas cosas que me contó sobre cómo iba a comenzar a unirme a ellos, y de lo divertido que le resultaba trabajar con su progenitor. Amaba las armas y la moda, y era algo que realmente resaltaba en ella, llevaba un vestido largo rojo vino, de tela muy suave, con escote en la espalda, unos tacones del mismo color y joyería fina pero nada exagerada.

Tenía toda la pinta de que iba a ser una buena noche, pero no lo era mientras de mi cabeza no me podía sacar las palabras de la noticia que había leído.

•••

Nada más llegar la mañana me presenté en el despacho de Tyler, le comenté que necesitaba ir con urgencia a un lugar, primero me vió un poco desconfiado pero terminó aceptando, según él tomaría uno de los autos que había en el aparcamiento que tenían y el conductor que había conseguido exclusivamente para mí hacía recientemente unas horas me iba a llevar. Y así fué. No me importó mucho quién era mi piloto, mi objetivo era llegar y verificar e irme, porque sabía que no soportaría estar ahí ni un minuto.

En breve llegamos a la estación de policía y directamente le enseñé la noticia a la recepcionista, esta me pidió un minuto y en poco tiempo los agentes que se estaban haciendo cargo del caso aparecieron. Obviamente no podía hacer el reconocimiento del cuerpo, porque estaba todo quebrado según ellos, pero me mostrarían la identificación por lo menos para asegurarme de que no fuera una copia o quizás una equivocación.

Pero no. Por más que lo supliqué, no fué así, nada fué como quería. La identificación claro que pertenecía a él, y obvio que ya lo había perdido, jamás lo volvería a ver, no me iba a poder contar los secretos que me escondía, y mucho menos podría reclamarle por todo lo hijo de la gran puta que había sido.

Ian ya no estaba, jamás volvería a estar, y fué algo más con lo que tuve que empezar a lidiar exactamente desde ese día que lloré a mares en el asiento trasero del auto en dónde iba.

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