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E N C U E N T R A M E   S I   P U E D E S

Diciembre, 2021.

—¡Helena! Será mejor que te apures, te voy a dejar si no estás lista en cinco minutos. —gritó Daphne desde el piso de abajo.

—¡Ya voy! Calmate, ¿si? —grité, estaba terminando de aplicarme rimel en la habitación de Christina, la hermana de Daphne.

Estaba en Londres desde finales de noviembre, Daphne era mi mejor amiga, crecimos y estudiamos juntas y aunque cada una se había ido a ciudades distintas, estábamos mas unidas que nunca. Recién cumplimos veintiseis años y decidimos pasar nuestros cumpleaños en su ciudad.

Este era mi último fin de semana en Londres antes de regresarme a Madrid, donde vivía. Decidimos salir de fiesta hoy, mañana iríamos al parque y el lunes me iría.

Bajé rápidamente las escaleras y tomé mi cartera negra. Estaba usando un wide leg pant de cuero con una camisa blanca y un pull-over negro, acompañados de unas combat boots Dr. Martens.

Nos montamos en el Volkswagen de Daphne y emprendimos camino a la disco, que quedaba mas o menos a treinta y cinco minutos de distancia.

—¿Sam ya está allá? —preguntó Christina. Sam era el novio de Daphne, aunque no estaban en su mejor momento aún lo estaban intentando.

—No sé. —respondió cortante.

Después de hablar un poco de como —tal vez— sería la noche, de cosas triviales y de como nos sentíamos, nos encontrábamos bajándonos del pequeño automóvil, dispuestas a disfrutar nuestra última disco estando juntas por un buen tiempo. Al entrar al local, una canción latina estaba sonando a todo volumen, mi garganta vibraba, mi corazón latía con fuerza, la multitud estaba eufórica, sudada y borracha. Pintaba bien.

Desde la lejanía pudimos ver a Sam, quién estaba con dos chicos más y una chica, a la que pude identificar como Kate, su hermana menor de veintidos años mientras que no tenía idea de quienes eran los otros dos. La luz del local era escasa pero aún así pude detallar mas o menos a los muchachos, uno de ellos tenía pelo oscuro largo, llevaba una chemise entre roja y vinotinto, una barba de unos cuatro días y se le veía una actitud bastante fiestera, aunque seguro estaba especulando. El otro, llevaba un hoodie azul o blanco, su pelo rubio resaltaba marcando sus facciones, no era muy alto pero estaba segura de que si era mas alto que yo.

—¡por fin llegan! —se acercó Kate a saludarnos.

—Sabes que salir con Helena es un proceso... —dijo Christina y suspiró.

—Vamos pero que exageradas son. —rodé los ojos. —igual logré salir linda.

Las cuatro reímos y Sam se acercó a saludar a su novia, se dieron un casto beso y habló:

—Chicas, estos son Louis y Charles.

Louis era el chico de pelo oscuro, ya de cerca podías ver que era un negro azabache, tenía los ojos verdes olivo y su piel bronceada contrastaba bien con ese aire mediterraneo que irradiaba, efectivamente su saludo animado y relajado me confirmó que era fiestero.

Al contrario de Charles, quien se veía un poco tímido pero imponente. Tenía piel muy blanca y unos grandes ojos azules tan intensos que era preferible no verlo, su hoodie era blanco y si, era mas alto que todas acá. Su saludo fue una sonrisa sin dientes y una mano arriba, en su otra mano llevaba un vaso con alguna bebida y cargaba un jean azul claro.

Todas los saludamos y entramos en ambiente rápido —o por lo menos yo— con una ronda de tequila. Éramos fanaticas de aquella bebida mexicana y sin duda hoy no sería la excepción de rondas. Las canciones parecían sacadas de uno de nuestros playlists de Spotify así que ninguna esperó mucho para irse directamente a la pista para bailar hasta que nuestros pies lo permitieran.

Última Noche En LondresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora