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P E R O N O L O V O L V Í A V E R

Mayo, 2022.

¿Por qué decidí vivir en Madrid? Pude haberme quedado en Caracas, pude haberme ido a Praga, incluso a cualquier ciudad de Estados Unidos.

Cuando tenía doce años y vine a las tradicionales vacaciones anuales, mi abuela y yo solíamos sentarnos en una banqueta del parque, solamente a comer helado y a ver a la gente pasar. A ella le encantaba el helado de fresa, ese día me abrazó mucho y me dijo que aunque vivió tanto tiempo en Las Mercedes, Madrid era el hogar donde ella pertenecía. Amaba Caracas con todo su corazón pero su corazón le pertenecía a esta ciudad. No sé si me expliqué.

Igual de fresca que Caracas, a veces tan calurosa y a veces fría pero Caracas no era Madrid, claramente. Mi abuela y yo éramos tan unidas que me atreví a sentir a Madrid como ese hogar que ella decía, cuando ella murió, venir a Madrid era como venir a donde la abuela, sentirla en cada calle y en cada esquina, en cada comida que hacía y en cada sentimiento que me hacia sentir estar acá. Cuando cumplí dieciocho, mis papás me ofrecieron traerme para acá y sin dudar ni un segundo, acepté. Al terminar el bachillerato, me vine y empecé a estudiar administración de empresas.

Y acá estaba...

A punto de ir a la oficina, trabajaba para una corporación de ventas.

Cuando estaba saliendo de casa, recibí una llamada de Chris.

—¡vaya vaya! Hasta que se digna a llamar. —le dije y solté una risita. —¿cómo estás?

—no tan bien como tu.

—Eso lo dudo ¿y Daphne?

—precisamente por ella te estoy llamando. —su tono de voz cambió y supuse lo que venía.

—¿sigue sin tomar su medicación?

—Es que ni siquiera habla.

En febrero, terminó todo con Sam. Aquí un pequeño contexto: Sam era su novio desde tercer año de bachillerato, tenían alrededor de catorce años cuando empezaron a salir. Los padres de Sam eran dueños de una red de farmacias de nuestro país y los padres de Daphne eran políticos, al iniciar su noviazgo todo era sano e incluso sus padres los aceptaban, pero al llegar a los dieciseis y darse cuenta de que no era un juego para ellos, hicieron todo lo posible por separarlos. Tanto así, que a ella la mandaron a Londres a "estudiar" inglés y a el lo enviaron a la academia militar. Mandar a Sam a la academia no hizo más que sumergirlo en la rebeldía y el odio, una noche simplemente se escapó y cayó directamente en su casa, tomó sus cosas y la tarjeta de credito que siempre cargaba encima la gastó toda solo para irse a Londres con Daphne. Cuando llegó allá, Daphne estaba en su nido de amor y sus padres la llamaron, diciendole que era una decepción y si quería estar con el, perfecto. Pero que no volviera por Caracas y mucho menos a dirigirles la palabra.

Para una niña de esa edad, estando sin su familia en otro país y teniendo solo a su amor, no fue muy díficil escoger. Literalmente dejaron de hablarle, hasta el sol de hoy. Entre otras cosas que pasaron juntos como el perder un bebé, las desgracias económicas que vivieron juntos, al final ellos crecieron juntos. Christina llegó muchos años después y pudo ayudarlos en lo que pudo. Pero ahora, Daphne se quedó sin su amor y sin sus padres, viviendo una buena vida, pero sin sus "pilares", así que estaba sumergida en una depresión severa que sin duda estaba consumiendola.

—Chris, ya sabes lo que opino de esto. —le dije agarrando camino.

—Hel, no quiero hacerlo. —el mes pasado, le comenté que la situación de Daphne se nos estaba escapando de las manos, especialmente a ella, que era su hermana y vivían juntas, yo me ofrecí a ayudarlas economicamente para internar a Daphne. —Tendría que estar ahí mínimo dos meses y ella no está loca.

Última Noche En LondresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora