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H A S T A A Q U Í.

Amaba el olor del café recien colado. Litruna tenía ese olor a café con canela que era muy agradable, Gabriel decidió que era mejor reunirnos acá porque el día pintaba mono y quería actualizarme de lo que se había dicho el día anterior en la reunión.

—¿cómo sigues? —dió un sorbo a su café.

Sonreí. —Mejor, gracias. —abrí el menú y empecé a leer, después de venir un montón de veces, aún no recordaba que vendían.

—Esperemos a que lleguen Charles y Casey y empezamos, esto es una pequeña reunión informal.

Subí mis cejas y asentí, estuvimos esperando alrededor de veinticinco minutos, ya empezaba a rugirme —literalmente— el estómago. Gabriel estaba relajado, leyendo noticias en su teléfono o tomando agua.

—Disculpen la tardanza, tuve un contratiempo. —dijo Charles, sentándose al lado de Gabriel.

—¿Y Casey? —preguntó Gabriel.

Charles se removió incómodo en su asiento y carraspeó: —No vendrá.

Alcé mi vista y ya estaba viéndome, Gabriel seguía revisando su telefono.

—Ah, ¿está visitando a unas amigas? —dijo.

Rodé los ojos y suspiré.

—Terminamos. —Charles pidió el menú.

Gabriel levantó la vista del teléfono y nos recorrió con la mirada, yo le sonreí y decidí que pediría unos waffles.

El mesero llegó y tomó nuestras órdenes.

—Lo lamento. —dijo el.

—Tranquilo, no fue tu culpa. —dijo Charles, a quién le habían entregado un café y tomó.

Desde que había llegado no había hablado, no tenía nada que decir, mucho menos que opinar sobre su relación.

—Bueno, a lo que vinimos. —dijo Gabriel y acomodó su corbata. —Helena, esta semana tendremos una especie de supervisión, temas legales. Necesito que tu estés presente, pueden llegar en cualquier momento. Por otro lado, si Charles quiere participar es bienvenido, porque harán preguntas legales acerca de Docare. En caso de que no pueda, puede dejarte toda la información pertinente.

—¿Tienes idea de cuando será? —le di un mordisco a mi waffle.

—entre hoy y mañana.

—Vale.

—Voy a participar, si Helena no tiene problema. —dijo Charles, viéndome.

—No tengo. —le sonreí de lado.

—Perfecto, entonces. —Gabriel tomó de su batido mientras que Charles comía una empanada.

Estuvimos comiendo sin hablar, el primero en retirarse fue Gabriel, quien recibió una llamada de Wilson, dejó para la cuenta y salió rápidamente del lugar. Luego de unos minutos, decidí que me iría a la oficina, no había nada más que hacer aquí.

—Creo que también me iré. —saqué mi monedero y acomodé las cosas en mi cartera.

—¿cómo sigues? —finalmente Charles me habló. —Gabriel dijo que ayer te sentiste mal.

—Pues estoy mejor, gracias por preguntar.

—A Gabriel podrás engañarlo, pero no a mi. Sé porqué te sentías mal...

—¿por qué me sentía mal, según tu? —entrecerré mis ojos.

—Victoria me lo contó. Me dijo que las vió juntas. —juntó sus manos encima de la mesa.

Última Noche En LondresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora