A veces encender un cigarro a las 12 de la noche no es buena opción,
Porque cada vez que prendo el mechero y sale el fuego que quema mis pestañas y enciende mi cigarro,
Recuerdo amor cómo me quemaban tus miradas cada vez que te decía: "Hey fulana, hagamos el amor".
Y con la noche pienso cubrirme mientras me cobijo con las constelaciones que forman los lunares en tu espalda,
Y mi mano arremete en una cálida palmada en tus nalgas,
Soy el esclavo perfecto que mendiga de tu sexo y el sudor y tus fluidos para mí sed suficiente líquido de vital necesidad,
El que pide el castigo de sentir tus senos rebotando en mis emociones faciales mientras cabalgas en el potro que estoy dispuesto a ser para ti,
Ya ves lo que causa encender un cigarro en la noche? Es irónico que mientras fumo en la calle fuera de casa, estás ahí envuelta en tus sábanas sin nada más encima tuyo que mi respirar,
Encender un cigarro a media noche no es sano, no para mí ni para ti, ni para el olvido mucho menos para el recuerdo,
Sabes para quien quiza si sea bueno?
Para el maldito genio que inventó la lencería, encender un cigarro a media noche me hace darle gracias al condenado de como en sus creaciones yo dejo plazmada mi mirada como un lo hacía da Vinci observando a la mona,
Esa mirada sutil con morbo y romanticismo,
Cómo cuando le pongo a mis hijos la vaca Lola o un tal chuchuwa,
Así yo me quedo velero ante tus pieles disfrazadas por la tela del encaje que me llama diciendo: "Tus manos o tu boca pero ven a mi"
A veces encender un cigarro a media noche no es bueno,
Por qué mientras yo inhalo el humo del tabaco, tu respiras el oxígeno que me haría falta si estuviera junto a ti.
No me niegues la llave del paraíso si a tu cuerpo le rezo cuando de rodilla me pongo para saborear de ti,
No me niegues que soy ese, feligres de tu desnudes y fanático de cada centímetro que compone tan perfecta sencillez.
A veces fumar no es bueno, mucho menos si fumando ya no es media noche, sino que se me hacen las tres...
