Un café por la mañana no es igual al de la tarde,
Mientras uno es por necesidad de tratar de animarme luego del desvelo o una borrachera,
El otro es satisfactorio, un acercamiento con el atardecer,
El de la noche es más que todo de placer, lo tomas por qué quieres y puedes y sientes querer hacerlo,
Así mi vida,
Cuando me tocó por la mañana es por la necesidad de no tenerte en mi cama,
Con el clima templado del amanecer es un demás decir que no podré hacerlo,
Y ahi estás en mis pensamientos y la orden del cerebro a un ritmo muy suave mi mano empieza a vibrar.
Cuando te pienso por la tarde es más satisfactorio, así como el café, nos animamos quizá en una de tantas hacerlo en el sofá o bien en el cuarto a puerta abierta sin nadie en casa,
O quizá con la cortina bien puesta, sin preocupaciones aunque haya alguien afuera viendo la tv.
Cuando en la noche siento tu húmeda piel, es por placer, por qué queremos y podemos, por qué la cena se hacen besos y el sexo postre,
Y es allí,
En ese momento en el que nos damos cuenta que tenemos el vicio, no de la cafeína sino de la piel, de la carne, de los flujos sexuales de tus cabellos enredados en mi mano,
De tus uñas recién limadas rasgando mi espalda,
De tus besos de lengua y mi lengua húmeda de ti, de nuestros labios rosandose uno con otro,
De la sed y el hambre de comernos en una melodía sinfónica de quejidos y gemidos,
Y pensar que así querida mía, tu y yo somos una sola pieza del rompecabezas de la vida,
Y corremos y te corres,
Y nos vamos y te vienes,
Y cojemos las ganas de irnos de viaje astral para ponerla en la maleta, mientras de rodillas vuelves tu mirada hacia arriba para conectar conmigo,
No es tan fácil decirte esto,
Pero yo tomo café 5 veces al día.
