Agua: Debilidades

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Ambas estaban heridas, ese sujeto había lanzado ataques de viento. Tal cual a Goenitz, sus ataques no pudieron contra la velocidad y fuerza de Chizuru, tampoco con los ataques estratégicos de Leona, utilizar hidrokinesis en esa ocasión no servía de nada. Cuando los vientos dejaron de ser violentos para mostrar la figura que los provocaba, ambas mujeres se levantaban con dificultad y temían de pensar que alguien del pasado regresó para matarlas.

Cada vez, la figura masculina se hacía más visible.

No parecía un sacerdote, porque no tenía ese traje azul.

Su traje era más como un militar, por esa combinación de tonos verdes oscuros, grises y diferentes tipos de verde generando una mezclilla en el pantalón, botas negras y una cinta roja atando su cabello rubio.

Los parpados de Leona se abrieron como platos al verlo ahí, parado manteniendo cierta indiferencia hacia ellas. Ella cayó de nuevo al suelo, sujetándose la cabeza y negando varias veces de que sea real, recordando cuando sus manos estaban manchadas con sangre, otra vez.

— ¡No eres real! —gritó la joven militar, sintiendo una punzada en su cabeza. Su pecho le dolía, sentía que le faltaba el aire, su cara estaba pálida, tan blanca, tan asustada.

Chizuru estaba por ayudar a Leona, en el momento de ver cómo se encontraba en desventaja contra Zeus. Al parecer, la joven seguía en shock de saber que seguía vivo y en parte, se debe a la carga que sufrió por su pérdida y el dolor que permaneció en su corazón, absteniéndose de querer abrirse de nuevo con alguien distinto; ella sabe creé que es una amenaza, hasta teme de encariñarse con alguien y perderlo de la misma manera que sufrió con Zeus.

Perder a Zeus, fue su mayor pérdida, sus compañeros no recuerdan a ese soldado, o más bien, no fue capaz de hablar de ese detalle, porque es parte de su privacidad. Su padre adoptivo si lo recuerda pero no quiere entrar en detalles para explicar a los demás de haber entregado su confianza a ese sujeto, quien trabajaba para Rugal desde el principio.

— ¿Por qué esa cara Leona? Parece que viste un fantasma — habló el mercenario, sonriendo de lado.

—Z-Zeus... —pronunció su nombre en voz baja, al abrir sus parpados, su voz seguía ahí y su figura también. ¿Es real?

Zeus no podría estar vivo, ella lo mató, esto debe ser como una pesadilla.

Horrible pesadilla.

Ella se levantaba del suelo y avanzaba lentamente hacia él, sentía la necesidad de comprobar su existencia. El muchacho no parecía moverse de su lugar e intercambiaba miradas con Chizuru, quien sería parte de su objetivo, aunque en realidad esa mujer de cabello azul es su verdadero objetivo. La necesitan para despertar a Orochi, es una Hakkesshu igual que su hermana.

— ¡Leona! —Exclamó Chizuru tratando de captar la atención de la muchacha — ¡No te acerques!

En el momento en que Chizuru quiso correr en dirección de la joven militar, alguien le lanzó fuego purpura en el suelo haciendo que retrocediera. Ella se giró bruscamente hacia atrás, recordando desde la dirección del ataque; arriba del primer techo del templo Yata, se encontraba una mujer de cabello rojizo y orbes azules, la ropa de la fémina era idéntico a Iori, solo que en vez de pantalón usaba una pollera larga hasta sus tobillos y de color negro.

—... ¿Yagami? —preguntó la sacerdotisa, entre cerrando sus ojos de manera dubitativa.

—Yasakani, para tu información —corrigió, la joven sonreía de lado al mencionar su apellido con orgullo y levantando su mano para emanar otra flama purpura —Al fin nos conocemos, Kagura Chizuru.

Fire and WaterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora