Entrenamiento (7)

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Kenneth sintió miedo por la mirada del demonio, burlona y maliciosa, miró al castaño, tragando saliva lentamente. Aparentemente Leopold era el líder, el hombre de la cicatriz en su ojo...

- ¿Por qué llevabas a un demonio contigo?

- Es mi hermana menor... Aparentemente, Eric Theodore Cartman...- sintió el filo de la katana en su cuello.

- Ni una palabra más.

Kenneth palideció.

- Estoy hasta el cuerno de escuchar ese estúpido nombre...- se dio la vuelta aún con la katana en su hombro.- Y si esa niña tiene su sangre, con el entrenamiento suficiente a manos de Gregory, seguramente pegará tan fuerte como él en un par de semanas.- miró de reojo al rubio, Kenneth temió por unos segundos por el bienestar de su hermana menor.- De tu entrenamiento me encargaré personalmente... Más que nada porque al menos ambos podemos salir fuera para entrenar y no será necesario que entrenemos en el sótano.

- Creo que Leopold se refería a que el entrenamiento era solo para mí.

- Ja...- rodó los ojos tomando una katana de entrenamiento real.- Creéme... El entrenamiento es para ambos aunque no sepan que tengo un demonio protegiendo la finca...- giró la vista de forma fulminante hacia él y se la tendió con gentileza para que la tomara del mango.- Ni se te ocurra decirlo... Te mataré con mis propias manos.

Kenneth asintió con la cabeza lentamente, más le valía no decir absolutamente nada al respecto, porque entre el demonio y él, que fue capaz de contener a un demonio casi sin esfuerzo, podrían matarlo sin despeinarse tan fácilmente que le provocaba escalofríos. Y le daba más miedo todavía pensar que aún después de entrenarlo, podría matarlo con facilidad.

Sea como fuere, el entrenamiento no fue fácil ni siquiera desde el inicio. Christophe no tenía absolutamente nada de piedad con él, era muy duro y exigente con todo, apenas le permitía tener mínimos errores. Durante las mañanas entrenaba con Christophe la resistencia haciendo diferentes ejercicios en los que se sentía terriblemente intimidado por los músculos y cicatrices viejas y nuevas del cuerpo del castaño; al mediodía descansaba un poco, comían y volvían a entrenar durante la tarde, peleando cuerpo a cuerpo y durante las noches "entrenaba" con Gregory, más que nada porque este lo atacaba si se dormía y más le valía no hacerlo, ni siquiera aunque estuviera muriendo de sueño.

Con el pasar de los meses descubrió que todo aquel entrenamiento que estaban haciendo en el fondo era para ampliar su capacidad pulmonar, ampliar la capacidad arterial y la presión; y controlar, desarrollar y maximizar sus sentidos, y a pesar de que temía por poder morir, sabía que le estaban haciendo bien aunque sintiera que se estaba muriendo...

- Desde que llegué... Me he estado preguntando algo...- el castaño lo miró de reojo, rodeados en una hoguera los cuatro juntos, cenando, por fin un momento de calma al cabo del día.- ¿Quién eres exactamente...? No han querido responderme eso nadie...

- Un mercenario condenado a la horca...- el rubio oro lo miró con sorpresa.- El último heredero de una familia religiosa que se oponía a la religión actual... Pero soy ateo y no continué con la tradición...- Kenneth apretó los labios.- Me volví mercenario, ladrón, sicario y... Después me retiré a un territorio libre de armas cuando me condenaron a la horca. Porque nadie me encontrará aquí... Y Gregory protege la finca...

- Si alguien que te busca viniera aquí... ¿dejarías que lo matara?- miró de reojo a Gregory sin realmente querer parecer muy evidente.

- ¿De qué te crees que se alimenta sino?- Kenneth se estremeció de pies a cabeza.

- Una verdadera lástima que no te pude hincar el diente...- se lamentó el demonio rubio acercándose provocativamente al rubio oro.

Karen gruñó audiblemente, los dos demonios se gruñeron mutuamente. Ante un chasquido de dedos del castaño, este se volvió a sentar en el tronco a su lado con toda la calma que había demostrado hasta ese momento.

- Y no solo eso...- dijo Christophe tomando de nuevo el hilo de la conversación.- Vivir en este lugar fuera de las glicinias no es fácil... Durante las noches poco movidas los demonios se sienten atraídos por el olor de mi sangre... Pero huyen despavoridos al darse cuenta del tipo de demonio que está aquí...

- ¿Tú sangre...?

- Cuando pasa mucho tiempo sin que él se alimente... No tenemos otra alternativa...- Kenneth se estremeció al entender porque tenía tantas cicatrices en su cuerpo.

Mordiscos, arañazos, marcas y heridas que parecieron ser graves en su momento tatuaban su piel casi por completo, en especial su torso y extremidades. Rápidamente se cuestionó el precio de la convivencia con un demonio y sus ojos se giraron hacia su hermana con una enorme lástima en su interior. Pero seguía sin respuesta al asunto de por qué Gregory también tenía cicatrices al tratarse de un demonio...

- Pago por cada persona que he matado como sicario y el día que me dejen atrapado y sin salida, Gregory sabe qué hacer...- el rubio oro se acercó un poco más a él, pasando los dedos por una de las cicatrices en su avambrazo.- Pero basta de dramas...- se levantó repentinamente.- Contactaré con tus superiores...- alzando el brazo y chasqueando los dedos dos o tres veces un cuervo se posó en su muñeca.- Terminaste el entrenamiento... Es hora de que regreses con ellos... Evaluarán lo que has logrado y te calificarán según tus habilidades...- lo miró fijamente.- Hoy será la última prueba antes de que te vayas.

Kenny asintió con la cabeza firmemente.

- Matar a un demonio...- el rubio oro alzó una ceja, no sabía si se refería a pelear con Gregory hasta dejarlo inconsciente o...- Pon tus ojos otra vez en Gregory y te atravesaré la garganta.

- Perdón.

- Bajando la colina de noche hay miles de demonios. Gregory se encarga de ellos cuando se aburre... Pero esta noche será tu trabajo. Si eres capaz de bajar la colina y volverla a subir habiendo matado al menos un demonio... Habrás pasado la prueba.

Entonces no sería tan fácil como parecía.

- Bien...- asintió con la cabeza.

No tardó mucho tiempo en retirarse junto a su hermana del claro. Y en ese momento, el castaño ordenó al rubio seguirlo sin siquiera apartar la mirada de la ruta que tomó el rubio oro junto a la castaña.

- Bien...- asintió con la cabeza y de un salto alcanzó la copa del árbol y desapareció de su vista.

Christophe permaneció en silencio unos segundos en aquel claro, viendo el viento mover las hojas de las copas de los árboles y como la brisa nocturna traía consigo pétalos de glicinias del pueblo, sus ojos se perdieron en aquel recorrido y regresó la vista hacia los árboles por los que Gregory había avanzado en búsqueda de perseguir al rubio y a su hermana demonio.

Dejó escapar un suspiro y deslizó la mano hacia el pantalón, hacia el bolsillo trasero del cual sacó un paquete de cartón reblandecido por el tiempo, con algunas motas de sangre, barro y agua, lo abrió y deslizó uno de los cigarrillos, sujetándolo apenas sin fuerza entre sus labios, guardó el cartón en el mismo bolsillo en el cual se encontraba anteriormente y con un encendedor rudimentario logró prender una fina pero sinuosa llama que encendió el cigarro, todo aquello antes de dirigirse al interior de la casa, pero se detuvo al tomar el pomo y se giró con la katana en mano, el cigarro entre los labios y el ceño fruncido.

- Damien...

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Oh no...

No digo más que eso...

Oh no...

Aquí las opiniones ------------->

Aquí las teorías de lo que va a pasar --------------->

Espero que os haya gustado, hacédmelo saber con un voto y nos vemos en el próximo capítulo

Bye~

By Silvia Line

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186.- Purple eyes (Crossover SP x KNY)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora