186.- Purple eyes (Crossover SP x KNY)

Estaba vivo... Aunque no debería estarlo (16)

No parecía ser un sueño que una pelea sucedió allí, y si Gregory había estado allí y no había regresado como él a dormir, eso era porque... Algo mal le debió pasar. Stanley y Pip estaban en el interior de la sala, lo supo porque los escuchaba hablar en el interior y aquello le hizo temer porque Gregory estuviera muerto, en especial porque Phillip mencionó con recelo que ahora que el demonio no estaba, no habría ningún problema con su hermana menor; y obviamente aquello no el sentó nada bien, porque estaban menospreciando a su hermana, estaban menospreciando la fuerza de su hermana. Deslizó la puerta corredera y los fulminó con la mirada a ambos.

- ¿¡Dónde está Gregory!?

Los dos se quedaron mudos y lo miraron con los ojos abiertos en shock, como si no se creyeran lo que estaban viendo. A Pip incluso le tembló el labio y retrocedió un par de pasos. Kenneth estaba con el ceño fruncido.

- No está.- dijo Stan con el ceño fruncido poniéndose a la defensiva.- Y tú tampoco deberías estar...

- ¿¡Está muerto!?- exclamó abriendo los ojos con sorpresa.

- Leopold dio la orden... Obviamente está muerto...- se encogió de hombros.- Kyle disfrutó mucho matándolo...

Definitivamente no había sido un sueño...

Los ojos de Kenneth se iluminaron en morado y aplacó al azabache. Aún sabiendo que era inútil, pues era la segunda pata de Eric Theodore Cartman y él un simple y torpe humano que aún no había aprendido a respirar adecuadamente, en referencia a su poder a través de la respiración, y por tanto, no podría hacerle ni un solo rasguño... Pero aún así había perdido el control de sus acciones. Phillip retrocedió y Stanley lo pateó en el estómago para lanzarlo por los aires hasta echarlo de la sala.

- Yo de ti no haría eso. ¿Quieres acabar igual que Gregory?- sonrió con malicia torciendo los labios.

Kenneth sintió rabia y sus ojos se iluminaron más, lo aplacó y golpeó con una patada lateral el costado del demonio azabache con tal velocidad que sorprendió a ambos contrincantes, además de la fuerza que había desarrollado repentinamente.

- Pip...- el rubio miró al azabache y asintió con la cabeza ante su mirada.

El azabache esquivó otro de los ataques de Kenneth y en el instante en el que Phillip le pasó un arma de alcance corto, una pequeña daga de mano, el rubio sintió el dolor de mil estacas en el pecho. Sus ojos volvieron a ser azules y se quejó audiblemente cayendo al suelo debilitado, la daga había perforado profundamente y atravesado el pulmón junto con el corazón, y lentamente agonizaba perdiendo el conocimiento.

- Está noche me iré con él...- Phillip asintió con la cabeza tragando saliva con algo de intimidación.- No me fío de la hermana... Avisa a Damien o ven conmigo.

- Voy contigo...- no dudó ni un segundo en decir eso.- Tendremos la excusa... Hemos podido perseguir a un demonio que lo ha secuestrado.

Kenneth dejó de escuchar en ese punto, sus oídos perdieron su función y su vista se volvió borrosa, la desesperación o el miedo, así como la ira que sentía hasta ese momento por haber hecho que mataran a Gregory cuando este era inocente desapareció de su cuerpo y perdió el conocimiento pocos segundos después.

•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•

En el momento de recuperar el conciencia, fue cuando despertó como si fuera una pesadilla una vez más y abrió los ojos asustado, consciente de que no era un sueño, convencido de que no podía ser un sueño, más que nada porque se negaba a creer que lo fuera; miró alrededor desesperado, tragó saliva lentamente. Buscó a su hermana menor para asegurarse de que ella estaba bien, y lo estaba, ella se encontraba dormida en la cama, suspiró con alivio, se levantó de la cama de forma un tanto vaga y la arropó mejor, acariciando sus cabellos en el proceso. Giró la cabeza al notar una presencia cercana. Era de noche, luna media, creciente; la ventana estaba abierta y las cortinas se movían por la brisa nocturna, sus ojos estaban afilados como los de un gato, sus dientes parecían los de un león, un guepardo, un cazador salvaje cuyos caninos eran capaces de arrancar y separar la carne del huevo con facilidad, su cabello estaba suelto y se movía ante el viento que entraba desde la ventana.