¿A dónde va? Parte 2

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Sesshomaru dejó a Kagome pasear por la casa, ansiosa por estar en cada recóndito lugar que sería el escenario de su próximo capítulo, sólo entonces pudo ver a su madre acercarse con un gesto apacible, no tenía certeza de qué específicamente sería lo que le diría, pero de lo que tenía conocimiento era que seguramente ya se había dado cuenta que su coche favorito no estaba en el garaje.

—Sessh —la hermosa mujer le abrazó con cariño, y enseguida le tomó del brazo como era de costumbre cuando estaba a punto de regañarlo, y efectivamente era lo que esperaba—. ¿te has llevado el coche?

—Con llevar, definitivamente suena mal, después de todo es mío —un "¿lo es?" se formó en los labios de su madre.

— ¿Quién es la chica? —mencionó casi de inmediato—. Te he dicho miles de veces que no vengas con esas mujerzuelas.

—No es una mujerzuela y me parece que es muy grosero de tu parte que le digas así antes de conocerla.

—Y después de traer a las últimas dos chicas, en especial la última, ¿no crees que deba preocuparme antes de todo?

—Si bueno, cualquiera comete errores —otra desaprobatoria frase se ahogó en la garganta de su madre y continuó—. Es Kagome, la chica que vive conmigo.

Su madre entonces la miró una vez más, de poca gracia, curvas voluptuosas y atenta en el celular que llevaba en las manos, escribía con un interés indudable.

— ¿Cómo dices que se llama? —"Kagome", apenas murmuró Sessh cuando la indicada volteó a verlos, alguien diría que fuese porque tenía un sentido que sentía que le veían, y ella creía en eso.

La chica enarcó una ceja curiosa de saber sobre lo que hablaban y de por qué le miraban; aunque eso no era lo que la impresionaba, sino el tamaño de la casa y los grandiosos ornamentos que enaltecían el espacio, y en cuanto a las personas, ni siquiera se molestaban en voltear a verla, tan altas como Sesshomaru y de vestidos despampanantes, ¿y los hombres? De traje completamente negro y camisas/corbatas que a leguas se veían caras, sin pensar en los zapatos de color negro brillante, entonces recordó a Sessh, que no le gustaba limpiar sus zapatos y siempre terminaba regañado cada que salía a alguna fiesta importante de la empresa.

Parecían una pareja, exceptuando por no tener sexo, a menos si no lo hubiera pensado hace unos días, porque ahora que sí lo habían tenido, y le gustaba, algo le gustaba de él; algo fuera de lo común, de sus músculos, el bien parecido y la piel que te atraía a besarla todo el día. Incluso sus labios, que eran tersos como la seda y que te invitaban a saborearlos toda la noche y cada que escuchaba aquel sonido al presionarlos contra los suyos, la hacían sentir extasiada.

Miró a Sessh una vez más entre todo el mar de gente, platicaba con quien creía era su madre, una hermosa mujer alta y delgada de cabellos oscuros acomodados en un delicado peinado ajustado, que combinaba con su vestido azul claro, y joyas en plata. Caminó entre las personas con dificultad, empujándola y con mirada colérica, no estaba muy segura de cómo y de por qué hasta que vio a Rin, la hermana de Sessh, en un color similar al de su madre, miró sobre su hombro a las personas a su alrededor otra vez, nadie llevaba azul más que ella y las dos mujeres familiares de Sesshomaru.

Kagome se dio cuenta de que incluso él también llevaba azul en el corbatín.

Apenas pudo continuar viendo al hombre entre todo el mar de pensamientos que de pronto se le vinieron a la cabeza, un toque lindo que en verdad necesitaba usar en su historia, sonrío para sus adentros sacando su celular en tan sólo un segundo.

Las ideas le llegaron como de rayo a la cabeza y comenzó a escribir, su vista se paseó por las teclas hasta que una notificación le hizo distraerse de su trabajo.

"Estoy esperando capítulo desde hace días,"

Instintivamente elevó la cabeza para buscar con la mirada a Sesshomaru, de alguna loca idea esperaba que fuese él quien le mandaba el mensaje, y para su sorpresa ni siquiera estaba en la habitación, continuó leyendo.

", no quieres a que espere años para poder leer la siguiente parte, ¿verdad?"

" ¿No podrías esperar como las personas normales?", le preguntó de inmediato, y su mirada cayó en cuenta de que Sesshomaru no se encontraba cerca, con una desesperada búsqueda, le visualizó en una esquina cerca del pasillo hacia las escaleras, reía con interés hacia su celular mientras intentaba contener la emoción que ella podía notar a leguas cuando hablaba con alguien que le interesaba, y en cuanto sus manos dejaron el celular, el propio vibró.

"No en realidad, especialmente cuando se trata de molestar a la autora."

Una sonrisa socarrona apareció en los labios de Sessh, que en seguida fue apagado por la mirada furiosa de Kagome, que sin tardíos se acercó a largas zancadas hacia él.

No se sentía molesta, o eso era lo que se quería decir para no estrangularlo en ese momento, ¿o tal vez estaba equivocada y hablaba con alguien más? No habría entonces cualquier otra razón por ver su persona tan fuera de lugar, nervioso, incluso podría decir que, hasta sospechoso, guardó su celular con cierta torpeza y lo único que logró balbucear fue un "Hola" entre sonrisas tímidas, por supuesto que traía algo entre manos, por supuesto que era algo referente a ella.

— ¿Eres SHolder:69? —las palabras salieron con disparos que mantuvieron quieto al hombre frente a él, también intentó balbucear o mejor dicho completar alguna frase, pero no pudo.

—No sé a qué te refieres —comentó al fin.

— ¿Intentas burlarte de mí, Sesshomaru Taisho? —negó con la cabeza de inmediato—. ¿Entonces qué pretendes hacer? Te dije que era algo personal y estás aquí jugando a ser un imbécil.

Sus palabras salieron atropelladas y lo único que hicieron fueron herir al hombre que se irguió a su altura completa y de pronto un aire de sombría los asoló, ¿de dónde había sacado tan fuerza para gritarle a alguien tan grande como él? Pero sus intentos por acallar su mente y sus labios fueron interrumpidos por la Kagome que seguía completamente molesta.

Estaba por gritarle unas cuantas cosas que no eran dignas para una chica que se suponía tenía clase cuando sin ninguna interrupción Sesshomaru le jaló con fuerza hacia él y una calentura subió por sus hombros cuando comenzó a besarla.

Para Sesshomaru le pareció apropiado, enojada y con sus mejillas coloradas por la molestia la hicieron vieron completamente apetecible, especialmente cuando arrugó la nariz en un intento por dejar de parecer enojada, y por supuesto, lo único que pasó por su mente y en cualquiera de sus dos cabezas, fuera besarla, tan desesperadamente que sabría no había mundo allá afuera para controlarlo.

Abrió el armario y supuso que no habría problema que los extrañasen por un rato.

El vecino de junto.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora