De las muchas veces que le había visto llorar, sentirse apenada o bajo un nivel de estrés, ella siempre se encontraba en aquel parque cerca del departamento, sentada tambaleándose de manera incorrecta en el columpio y con los pies arrastrando, formando figuras sin sentido en la arena del área de juegos. Sus mejillas sonrosadas cubiertas de lágrimas que intentaba esconder a todos, algo que no le molestaba, deseaba ser quien pudiera abrazarla y decir que todo estaría bien, para su mala fortuna, esa vez nada estaría bien pronto, había malas personas en el mundo, y siempre las habría, pero si podía al menos minimizar el dolor, le ayudaría, y golpear algunas cuantos también.
—Hace frío esta noche, ¿no crees? —ahí estaba de nuevo el Sesshomaru que sacaba de sus mangas las preguntas sin sentido para hacerla sentir bien, para no hacerla recordar todo el dolor que alguna vez sintió—. Me parece que hoy está más frío que anoche.
Pero no tenía ganas de escuchar su melódica voz esta vez, todo por lo que tuvo que pasar alguna vez se estaba formando en su cabeza, las burlas, su autoestima por los suelos, incluso el no querer salir su cueva y es por ello por lo que le gustaba escribir, esconder sus sentimientos bajo palabras que hacían mejorar la vida de otras personas, pero no la suya. Se odiaba a sí misma por cómo era, por cómo había dejado que su cuerpo fuera, por no ver un futuro sin burlas de otros.
—Deberías volver a tu fiesta Sesshomaru, no estar aquí conmigo —el hombre detuvo el columpio para acercarse a ella y al ponerse en cuclillas tomó sus manos entre las suyas.
—La fiesta acabo, corrí a todos —Kagome rio con desdén.
—No debiste —y quiso decir algo más, pero las palabras se atoraron en su garganta. Sesshomaru le atrajo más y le abrazó por la cintura.
De pronto el silencio reinó entre ellos dos, por un largo rato sólo estuvieron ahí, abrazados, sabía que no podía decir nada que pudiese ayudar, pero que estaría ahí junto a ella si quisiera llorar, pero para Kagome fue extraño, ya no quiso hacerlo, pudieron haber sido de rabia, que es lo que realmente sentía, sin embargo, ya no quería, no quería seguir pensando en eso, quería ignorar todo y sólo seguir adelante con Sesshomaru, porque por sorprendente que le parecía, él seguía apoyándola por sobre todo—. Gracias, en verdad.
—Olive...
—Porque has estado a mi lado desde que llegaste a mi vida —le interrumpió—. Y no sé cómo es que te gusto, y es tan difícil de creerlo, en serio que yo te guste.
Sus lágrimas ahora sí comenzaron a caer pensando en todas las ocasiones que sin duda le brindó una excepcional sonrisa y sus preguntas o respuestas ridículas que sólo le hacían reír, era listo y tonto a la vez, increíblemente atractivo, cualquiera estaría loco si no aceptara sus sentimientos, pero ella no los aceptaría por esas cualidades, sino por cómo la hacía sentir, por cómo la había ayudado a mejorar en la vida—. Sólo quiero decir que, creo también que te amo.
—¿Crees? —se echó a reír, Kagome también lo hizo apenada.
—Lo hago —murmuró.
—No te escucho Kagome Higurashi—comentó divertido poniéndose de pie y le jaló para que ella también lo hiciera, le acercó y tomando su cintura le besó suavemente los labios—. No te escucho.
Murmuró.
Kagome arrugó la nariz por unos segundos infartada, no tenía seguridad con decirlo en voz alta de nuevo, bastaba sólo una vez y Sesshomaru quería escucharlo de nuevo, negó imaginando lo tonta que se veía y aun así él tenía una sonrisa de oreja a oreja mientras elevaba las cejas esperando aquellas palabras que consideraba mágicas.
—Sí Sesshomaru, te amo —dijo por fin, el hombre rio estruendosamente en alegría y le abrazó cargándola de un lado a otro, luego se encaminó con ella detrás—. ¿A dónde vamos?
—A casa, vamos a coger toda la noche y mañana, te prepararé el desayuno.
—Una interesante oferta.
Tal vez después de todo y de aquella noche, por fin podría escribir el tan esperado capítulo que su fanático número uno quería leer, aunque si se trataba de que él era el protagonista de su historia, tal vez ya sabría cómo terminaría todo, pero no estaba de más escribirle un poco y explicarle lo que en realidad quería.
Sin dudar, parecía que supiera lo que quería porque cada que le tocaba era un mar de sentimientos diferentes haciéndole llegar al éxtasis, y ahí estaba tomándolo de la mano hasta llegar al departamento, donde lo apretujó por un largo rato viendo las escaleras; su santuario había sido insultado por un idiota que ni siquiera sabía ser una persona, todo lo incorrecto llevaba su nombre escrito y lo odiaba. Sesshomaru le esperó paciente, parecía ser importante hacerlo, ir a su corriente y saber cuál fuera el momento indicado para entrar, no fue mucho tiempo que estuvieron ahí, pero para Kagome pareció una eternidad.
Caminó con miedo, hacia los escalones que subió con suma lentitud, aspiraba de vez en cuando hasta que tomó el pomo de la puerta y entró, efectivamente no había nadie, el olor a pizza todavía inundaba la habitación y la música se escuchaba tenue en el rincón.
— ¿Quieres bailar? —le interrogó sacando su celular y cambiando la canción a una más tranquila y casi por instinto se echó a sus brazos que la recibieron con gusto. Sin embargo, no escondió el rostro, sólo le miró sin decir ni una sola palabra mientras Sesshomaru sonreía de oreja a oreja sabiendo lo fantástico que se sentía mantenerla cerca de él—. Eres hermosa... Y muy inteligente, yo quisiera hacer todo lo que pueda para hacerte la mujer más feliz del mundo.
—Sólo quédate conmigo Sessh —irguió su rostro para acercarse a besar su mejilla donde el hombre atrapó sus labios en un largo beso que le hirvió hasta la sangre.
—Lo haré —no hubo necesidad de ninguna otra palabra y sólo danzaron hasta que la última nota de aquella canción se escuchó y los suaves gemidos de placer se hicieron presentes.
No estuvieron conscientes de hasta qué hora estuvieron despiertos, pero aquella noche, fue la necesaria para saber que los dos se querían mutuamente y que posiblemente, la vida los quería llevar juntos a otro paso de sus vidas, juntos.
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Y aquí estamos de nuevo, en el final, siempre las despedidas son muy emotivas. Amo esta pareja, es simplemente perfecta.
Si llegaste hasta aquí, te agradezco muchísimo el darle la oportunidad a mi historia y te invito a leer mis otras historias, especialmente las dos Originales que tengo: "La Diosa de la Noche" y "Por amor a los Dioses", estoy segura que les gustará.
Y pues, no queda más que decir, una vez más, ¡gracias! ¡gracias!
Espero volvernos a leer pronto ❤
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El vecino de junto.
Fiksi PenggemarKagome Higurashi no es la típica chica de revista, y lo sabe. Luego de sufrir una ruptura amorosa debido a una simple apuesta, se dedica a buscar un nuevo roomie y para su suerte encuentra al indicado. Sesshomaru Taisho, un encantador hombre que la...