To be on cloud nine [Xisang]

Llanto

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La noche era tan calma y la casa Nie estaba silenciosa cosa que sus habitantes agradecían debido a que las noches desde que Jingyi llegó a casa hace ya dos semanas, casi no podían dormir adecuadamente y se encontraban de mal humor la mayor parte del día, especialmente su tío Nie Mingjue que no estaba acostumbrado a desvelarse y se quejaba continuamente, aunque en secreto el hombre lo tomaba como un entrenamiento para cuando naciera su propio solecito en unos cuantos meses más.

Lan Xichen y Nie Huaisang acababan de quedarse dormidos nuevamente o al menos así lo podían sentir cuando en la habitación que aun le pertenecía a Huaisang se comenzó a escuchar un ligero gimoteo así como el sonido de mantas frotándose contra el colchón, ambos hicieron una mueca, conocedores de lo que se avecinaba.

—Xichen-ge, es tu turno, yo lo atendí hace poco.

—No olvides que yo te ayude a-Sang.

Las voces adormiladas de ambos pusieron en alerta al niño que comenzó con su llanto.

—Gege, tu hijo te está llamando.

—También es tu hijo.

La pareja se quedó mirando fijamente los puntos frente a ellos, contando mentalmente hasta tres para levantarse. Se hallaban cansados, sin embargo, no tenían el corazón suficiente para dejar llorando por más tiempo a su niño, por lo que finalmente se levantaron, no obstante antes de saber lo que molestaba al pequeño, unos pasos pesados se dirigieron hasta su habitación y la puerta se abrió con un chirrido que provocó un llanto aun más fuerte en el niño.

—Ustedes dos vuelvan a la cama y duerman, es una orden-. La fuerte voz de Nie Mingjue, atenuada para no armar más escándalo, los sobresaltó tanto que provocó que ambos brincaran del susto.

—Da... Da-ge, no queríamos despertarte, nos encargaremos de Jingyi, ve a la cama.

Mencionó Huaisang tomando a su pequeño para comenzar a arrullarlo con algo de fuerza por la desesperación de ver a su hermano acercarse, pensando que estaba molesto por haberlo obligado a levantarse de su cama caliente.

—Huaisang, vuelve a la cama, yo me haré cargo de él.

—Pero estarás cansado en la mañana para ir al trabajo, además es nuestra responsabilidad—. Completó Lan Xichen detectando era el pañal ya sucio, lo que probablemente despertó a su nubecita.

Mingjue por su parte suspiró harto, por lo que se sostuvo el puente de la nariz.

—Ustedes son los que deberían ir a dormir, ni siquiera saben en qué día viven: mañana comienza el fin de semana, no hay trabajo; además tienen unas ojeras terribles, son tan oscuras que parecen mapaches zombies.

Su hermano menor se llevó su mano desocupada a la cara, sorprendido de lo mal que se encontraba su semblante, a la vez que su cuñado y mejor amigo revisaba en su celular la fecha.

—¿Ven? Ahora Huaisang dame a mi sobrino y ustedes dos vuelvan a la cama, que el gran tío Mingjue se encargará de todo por esta noche, no quiero que se presenten con esos rostros a la casa de la abuela de Wen Ning.

Fue ahí que los padres primerizos creyeron saber de qué se trataba todo eso, Nie Mingjue a la noche siguiente acudiría a la casa de la familia de su pareja para pedir su mano en matrimonio y posiblemente se encontraba tan nervioso que no podía dormir. Huaisang estaba a punto de acercarse a su hermano para tratar de darle ánimos cuando la mano de Xichen le detuvo en el acto, quien negó discretamente con la cabeza.

—Lo agradecemos profundamente, esperamos que a-Yi no te cause muchos problemas, sabes que se puede poner algo quisquilloso.

—Bueno, algo de Huaisang debía heredar, al parecer este niño de Lan solamente tendrá el apellido.

Bromeó Nie Mingjue sosteniendo con gran delicadeza a su amado sobrino después de coger algunas cosas que consideró necesitaría para sobrevivir durante esa noche, tales como más mantas y muchos pañales, así como un cambio de ropa.

—No me importaría, ya que si su personalidad fuera como la de su a-niang me sentiría tan afortunado—. Declaro Xichen con gran dicha acercándose a besar la mejilla de Huaisang quien le sacó la lengua al hombre mayor que salía de la habitación meciendo al bebé que aún lloraba.

Huaisang y Xichen los despidieron con una sonrisa antes de volver a la cama, en cuanto lo hicieron cayeron ante los brazos de Morfeo, agradeciendo los nervios de Mingjue.

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