La sultana Mahidevran y el principe Mustafa

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Las habladurias sobre el nuevo principe del palacio corrieron por todo Estambul, hasta llegar a Manisa donde residian la sultana Mahidevran y su hijo, ellos tenian entendido que era un bebe pues eso les habian informado, el pensar que Hurrem habia dado a luz otro hijo para el Sultan le daba malestar a Mahidevran, ademas de que le sorprendia que a estas alturas de la vida Hurrem pudiera embarazarse, era visible que no perdieron el tiempo porque apenas regreso de su extraña "desaparicion" y Hurrem ya estaba en cinta, no seria nada raro de creer que el niño nacido de esa arpia no fuera del Sultan sino de uno de sus agresores, tambien habia oido chismes de que Hurrem se estaba consumiendo por la locura, que poco a poco su mente y sano juico se iban deteriorando despues del despojo de su libertad y conciencia por un lapso indefinido, Mahidevran tenia la firme idea de que se lo tenia bien merecido despues de lo que ocasiono (a parte que fue la ultima voluntad de la sultana Hatice antes de quitarse la vida) pero una parte de ella, particularmente su niña interior que fue secuestrada, raptada y llevada a la fuerza a Estambul se sentia mal por ella, un sentimiento que no dejaba a la vista, excepto, tal vez a su adorado hijo Mustafa, estaban cenando ahora mismo y Mustafa dispuso que era la mejor ocasion para tocar el tema.

Mustafa: Iremos a conocer al niño pronto.

Mahidevran: ¿Tu padre te ha invitado a conocerlo?

Mustafa: Su majestad debio tener sus razones para no avisarme, pero es de mi sangre y deseo conocerlo.

Mahidevran: Si su majestad no ha enviado una carta para hacernos saber de la subsistencia de ese bebe, debera tener un motivo.

Mustafa: ¿Que estas queriendo decir madre?

Mahidevran: Mustafa no actues como sino supieras, yo se muy bien que te haz dado cuenta como tu padre nos trata, no nos quiere ahi, solo iriamos para estorbarle.

Mustafa: Yo soy su hijo, todos los padres aman a sus hijos.

Mahidevran: No cuando tienen tantos y tienen que escoger a cuales amar.

Mustafa: De acuerdo, no me acompañes a verlo, si lo aborreces tanto.

Maidevran: No al contrario Mustafa, yo le tengo mucho aprecio a tu padre, fue mi primer y ultimo amor, pero aborrezco sus acciones.

Mustafa: ¿Entonces porque insistes en negarme ver a mis hermanos?

Mahidevran: Esta bien, tranquilizate, podras ir pero solo con mi compañia, no te quiero ver tan cerca de Hurrem.

A la mañana siguiente partieron hacia el palacio Topkapi, el viaje fue aspero y sofocante, pero a Mustafa le emocionaba verdaderamente tener un hermano nuevo, Mahidevran estaba angustiada porque hubiera otro hijo varon en la linea de sucesion al trono, no le expresaba su opinion a Mustafa porque sabia que se molestaria, pero el peligro era enserio, cuando arribaron al palacio su agotamiento termino por vencerlos, se retiraron a unos aposentos que Mahidevran habia mandado a preparar con algunas criadas, despues de recuperar fuerzas y arreglarse apropiadamente se dirigieron a buscar al Sultan para hacerle saber de su llegada hasta que se encontraron con una persona en particular.

Mahidevran: Sumbul aga.

Sumbul: Sultana, mi principe, no esperabamos su presencia.

Mahidevran: Requerimos ver al Sultan enseguida, queremos darle buenos deseos y bendiciones para su nuevo hijo.

Mustafa: Asi es Sumbul, ¿Podrias decirnos donde se encuentra?

Sumbul: ¿El nuevo principe? Me parece que estan confundidos, los principes permanecen igual, todavia no tenemos la suerte de que surja otro.

Sumbul sabia que el hecho de que la sultana Mahidevran y el principe Mustafa ya supieran de la presencia de un nuevo principe era muy desafortunado, opto por mentir tratando de convencerlos que lo que habian escuchado no eran mas que cuchicheos falsos, pero Mahidevran se dio cuenta velozmente que mentia.

Mahidevran: No ha habido ningun error Sumbul, me parece que usted es el confundido si cree que puede mentirle a un principe en su cara.

Sumbul: No sultana, sin duda-

Mahidevran: ¿Como te atreves? ¿Quien te dio el atrevimiento para decirle mentiras a un miembro de la dinastia por nacimiento y a una sultana del imperio? No se a quien quieres engañar Sumbul, pero si creiste que yo era lo suficientemente tonta como para caer en tus patrañas estas muy equivocado.

Sumbul: Sultana se lo juro por allah, no le estoy ocultando nada, estoy hablando con la pura verdad.

Mahidevran: Eso es blasfemo, te quemaras en el infierno toda la eternidad por decir esas palabras.

Hurrem: ¿Que esta pasando aqui?

Interrumpiendo la conversacion Hurrem interviene, tanto Mahidevran como Mustafa se soprendieron por el aspecto de la sultana, sus ojos oscurecidos con sombras y bolsas de ojeras, tambien estaban hinchados, con lagrimas secas en las mejillas, una mirada perdida, su cabello suelto enmarañado y desaliñado, el vestido que llevaba era completamente blanco, se veia desplanchado y un poco cochambroso a decir verdad.

Mahidevran: Yo... Podria preguntarte lo mismo, nos hemos enterado de la noticia de que pariste un nuevo hijo, felicidades.

Mustafa: Felicidades sultana.

Hurrem: No se de que hablan, yo no tengo mas hijos de los que tenia antes.

Mahidevran: Hurrem porfavor... No tenemos que hacer un espectaculo. 

Hurrem: ¿Porque? Tu no tuviste problema cuando me machacaste a golpes despues de verme salir de la habitacion del Sultan ese dia ¿Te acuerdas?

Mahidevran: Eras una esclava.

Hurrem: Como tu tambien lo eras y aun lo sigues siendo, porque el Sultan me confirio la libertad a mi, no a ti, es mas cuando tu se la pediste casi de rodillas te mando a ti y a tu hijo hacia Manisa.

Sumbul: Sultanas calmense-

Hurrem: No te quiero ver aqui o yo me encargare de ti personalmente.

Mahidevran: Habian dicho que perdiste tu cordura, ahora veo que estas tan fuera de tus cabales como Hatice, ese es tu precio a pagar.

Hurrem no responde se queda mirando a Mustafa con malicia y dice en un susurro:

Hurrem: Y el pagara el precio por ti.

Ahi es cuando las dos mujeres se avalanzan por poco la una sobre la otra sino fuera porque Mustafa y Sumbul se encargaron de sostenerlas, ellas forcejaban con ira, amargura, odio por la otra, con el incesante deseo de dañar a su contraria, a Mahidevran la trasladaron al harem para que se calmase, mientras que a Hurrem por orden del mismo Sultan la encerraron en sus aposentos, la mujer soltaba alaridos de desesperacion que se escuchaban como una pena maxima y reclamaba que le trajeran a su hijo menor Kadri, el hijo que nego en compañia desconocida, cuando el niño ingreso en la habitacion parece ser que Hurrem se estabilizo, logro conciliar el sueño. Mahidevran y Mustafa lograron conocer al niño antes de irse, no fue por mucho tiempo pues los gritos de Hurrem eran abrumadores, como los de un alma calcinada, pero en ese corto espacio de tiempo el niño demostro ser respetuoso, cortes y muy educado, aunque inconsciente de muchas formas diarias, tenia un tremendo parecido fisico a Hurrem, no les tomo mucho tiempo asimilar que la pelirroja lo habia dado a luz en su prision, en estos momentos el niño se encuentra en los aposentos de su madre jugando con sus juguetes en el suelo mientra ella yace desmayada en la cama.

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