Por último quedo hablando con los señores Rushforth, quienes me abrazan como lo harían con una hija… Fue lindo sentir este tipo de amor. No hablamos mucho tiempo, pues también tenía que ir a hablar con Anny.
Subo las escaleras junto a Daniel, quien va a el cuarto que se preparó para él. Nos despedimos. Él planta un pequeño beso en mis labios y se va.
Tomo una profunda respiración y entro a la habitación de Anny, que no ha cambiado mucho desde la última vez que estuve aquí. Ella se encuentra en su cama, acostada. Tiene puesto un chándal negro, calcetas y blusa que cubre hasta sus muñecas. Me siento en el sofá.
—Anny…
—Wayne...
Intento volver a hablar pero las palabras no me salen. Abro y cierro mi boca en varias, sin éxito alguno.
—Lo siento— digo por fin. Ella se levanta y me ve a los ojos, unos ojos que atemorizan demasiado.
—Sabes que no soy rencorosa, y la verdad entiendo. No te preocupes.
—Gracias, pero aún así quiero decirte muchas cosas.
Y así es como comienzo a hablar desde el principio. Ella me escucha con atención y su semblante cambiaba muy pocas veces. No dijo mucho, solo se limitó a escucharme, después de todo, ella ya sabía todo de lo que le estaba diciendo. Aunque yo solo quería decírselo de mí…
Me sentí bastante extraña hablando de ese tema que muy pocas veces le dije a alguien, o en realidad nunca lo hablé con otra persona que no fuera Daniel, es por eso que hacía pausas de vez en cuando. Pude terminar sin derramar ninguna lágrima, pero sí con un nudo en mi garganta.
Me estaba tragando algunas emociones.
—Ven aquí— dice por fin, extiende sus brazos y me acerco. La abrazo por bastante tiempo, y es ahí donde dejo salir lágrimas atoradas… Los abrazos de Anny siempre me hicieron sentir segura, y es algo que en este momento agradezco.
_
El juicio comenzó dos semanas después. Este aire era demasiado tenso para mí. Nunca había estado en uno antes, pero este es importante para por fin tener la libertad que siempre deseé. Sin duda no me gustó volver a ver a Yohan, Rebecca y a Sanders, pero sé que todo esto va a acabar. Confío demasiado en Rogers, que es un experto en acción, lo comprobé. Su manera de hablar podría convencer a cualquiera…; es demasiado bueno en esto.
Me sentía muy nerviosa mientras se llevaba a cabo, pero siempre estuve al lado de personas que me apoyan. De alguna manera siento que las cosas saldrán bien.
La manera en la que se habla al defender a los acusados solo me causa asco, pero sé que lo que dice lo hace de una manera tan convincente que a veces me da miedo. Yo viví todas las cosas su abogado niega, así que, ¿por qué estaría mintiendo? Los juicios son así, pero me siento enojada por el hecho de que se defienda algo, o alguien, que sí causó todas las cosas que se acusan… Hay demasiadas pruebas que mostrar para que nieguen algo así; las pruebas de Anny fueron de mucha utilidad, y las palabras con la que los transmite Rogers solo genera confianza, seguridad.
Comienzo a jugar con mis dedos con nerviosismo mientras escucho como habla el abogado de los acusados. Muerdo mi labio inferior con fuerza. Testificaré pronto. Tengo miedo.
Siento una mano en mi rodilla. Volteo solo para encontrarme con el rostro relajado y la sonrisa de Daniel. Suelto el aire que contenía, intento sonreír.
“Todo saldrá bien”, gesticula.
Asiento.
Sin pensarlo mucho, al escuchar mi nombre me levanto. Mis piernas no tienen mucha fuerza, no sé cómo pude sostenerme. Siento que voy a vomitar y mis nervios están en un punto máximo, pero debo de hacerlo.
ESTÁS LEYENDO
Mi amor eterno
RomanceBrianda es una chica que a su corta edad conoció a primera vista el amor. Llegó a acercarse a él e incluso se enamoraron. Sin embargo, Brianda es descubierta por sus padres todo lo que ella ha hecho. Aunque paso por aquello, nunca olvido a Daniel, e...