heridas

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Después de una "entrevista de trabajo" que en realidad para mi fue un maldito interrogatorio de mi vida social y personal, pero en fin quede de que el fin de semana iría a trabajar a ese restaurante que para mi sorpresa era bastante reconocido por suerte usaba el henje ya que al ser tan popular dicho restaurante me perjudica en el ámbito de mantenerme oculto de el sannin, la verdad no me había dado cuenta pero ese restaurante era muy sofisticado a diferencia de otros restaurantes de la zona que solo tienen a prostitutas y a viejos rabo verdes que esperan que esten menores de edad con quienes tener citas. Iba caminado junto a kawaki directo a la habitación que había rentado hace unas horas atrás

- que bonito restaurante mami, brilla igual que tus ojos

Ante la respuesta del pequeño el corazón del Rubio dio una vuelta se tanta ternura que desprendía el pequeño rayo de sol que era su hijo, después de salir de su pequeño shock sonrió y beso la frente del pequeño y se dirigió a el baño, este no era muy extravagante ni nada por el estilo, solo era un baño común , el Rubio se desprendió de sus prendas y con tranquilidad entró a la dicha abriendo la llave así callendo agua tibia en su piel, el Rubio abrió los ojos con una mirada perdida recordando aquella escena del Uchiha y su compañero peliblanco/azul, esa escena pasa una y otra vez y la mente del Rubio Uzumaki no ayudaba en nada "será su pareja? " "en realidad solo me veía como amigo? " "nunca estaría conmigo" "tal vez si me hubiera esforzado en traerlo de regreso no hubiera pasado ese beso y seria yo quien estuviese ahí", las preguntas y dudas del Rubio lo calcomían por dentro aumentando su ansiedad, ante sus pensamientos las lágrimas del Rubio no dudaron en caer de sus ojos pero por la agua de la ducha no se lograban ver esas lágrimas,

- oye mocoso para de pensar tanto, harás que me duela la cabeza también - hablo Kurama ya fastidiado de tantas dudas que tenía en la cabeza,lo admito sería irritante estar escuchandome o viendo todo lo de mi mente.

-lo siento.. no puedo evitar pensarlo Kurama..- susurre para mí mismo, aún en mi mente sentí como Kurama movió su cabeza de lado a lado en forma de resignación, sabia que era obstinado y muy terco, no me haría cambiar mis sentimientos hacia sasuke de la noche a la mañana, mire a mis pies viendo el agua en ellos y suspiré - Solo deja de pensar en el Uchiha por lo menos 1 dia, el niño que tienes por hijo no es tonto y sabe que te sientes mal.- Al decir eso saco de su trance al Rubio el cual reaccionó y salió de la ducha para después cambiarse y salir de nuevo a la mini sala, cuando el Rubio entro a la Sala vio a un kawaki dormido con el estómago un poco hinchado por la comida, sonrió con ternura y cargo al pequeño a la habitación dejándolo acostado y con una manta lo arropó con cariño, al hacer eso sitio alegría y melancolía al ver que le estaba dando el cariño de madre que tanto anhelo a su hijo. Ya el fin de semana se veía a un Rubio tomando órdenes y llevando sake y comida a los clientes del restaurante, el trabajo no era tan fácil como esperaba había muchos tipos de clientes y tuvo que tener mucha paciencia, en su hora libre que son unos 30 minutos estaba sentado en un lado apartado de todos, un peli negro con ojos amarillos el cual el Rubio identifico por nakaro,su jefe.

- jefe! Buenas tardes - saludo el rubio mientras se levantaba con pocos animos pero con su misma hiperactividad que a veces mostraba. - Oh Naruto, ¿Cómo va el turno? Veo que te han tocando clientes difíciles..- dijo el hombre más alto con un toque de gracia en su voz viendo los azules ojos del rubio

- uno que otro, pero no es tan difícil controlarlos - una leve sonrisa apareció en los labios de nakaro al oir eso, sinceramente para él, le atraía mucho el rubio desde que lo vio
- me alegra mucho que tengas bajo control todo, eres increíble Naruto - una sonrisa tímida apareció en los labios del rubio, levanto un poco más la cabeza con una sonrisa de ojitos parecida a la de Kakashi. - por mi no hay problema es mi trabajo - el pelinegro de cabello largo asíntio con la misma sonrisa en su rostro - entiendo, ven vamos a mi oficina - el hombre camino a la ya dicha oficina, el rubio lo siguió, realmente estar en una esquina del restaurante hacia que le recordara a cuando estaba en konoha, en su época de academia donde estaba solo en un rincón, el click de la puerta al cerrar se escucho, se sentaron en las sillas y empezaron a pláticar aunque Naruto no se sentía agusto, tenia un henje y era... hipócrita? Mostrar otra persona que no era.

- jefe.. ¿Puede guardarme un secreto? - el tono bajo y algo serio del rubio tenso algo el ambiente, el hombre de cabellos onix se enderezó un poco - llámame nakaro, y sí.. puedes contarmelo.- asintió el rubio levanté antes de que una leve nuve de humo lo rodeará y se viera a el, su cabello abia crecido y por ellos las puntas de su cabello bajaron, sus ojos azules algo opacos pero aún tan brillantes como siempre y su uniforme de su trabajo que es un traje semi formal, un leve tinte rosado en las mejillas del pelinegro embriagado con la vista que tenía enfrente de el, y más esos ojos azules , era como ver el cielo mismo, después de salir de su estupor el rubio le empezó a contar lo que habia pasado y vivido fuera y dentro de konoha, enojado era una palabra, nakaro era el significado después de escucharlo que pasó el rubio, después de un rato paso el descanso.

- muy bien , a trabajar!- el rubio dijo estirando sus brazos con pereza para colocarse su henje de nuevo. - espérame un momento.- dijo nakaro llevando al baño de la oficina y volviendo con el traje de empleado - te ayudaré.- ambos sonrieron con un leve tinte en las mejillas

- ambos sonrieron con un leve tinte en las mejillas

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Fin de capítulo <3

Jajajaj hasta yo me enamore

madre. (Reescribiendo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora