My Problem? You

No lo olvides

- ¿Y bien? ¿Qué te parece? - preguntó mi hermana señalando su nuevo casco.

- Uh... - traté de concentrarme pero todo lo que podía ver eran los rayos de sol entrando por la ventana e impactando en la figura de Rosé que se encontraba leyendo un libro en el sofá con Ellie dormida en sus brazos. ¿Había algo mejor que eso?.

- Lisa... Lisa... ¡MALDITA SEA LALISA! - gruñó.

- Shhhh - la callé - Ellie duerme - dije susurrando bajito. Rosé nos miró divertida y sonrió colocando su dedo índice entre sus labios. - ¿Ves? - mi hermana asintió.

- ¿Podrías prestarme atención en lugar de a tu novia por una maldita vez? - preguntó divertida. Una sonrisa se formó en mis labios ante la mención de la palabra "novia". 

No podía creerlo, Rosé era ahora mi novia, Rosé había aceptado salir conmigo y francamente nos iba muy bien. Ella era dulce, divertida, tierna, muy inteligente y no olvidemos, extremadamente guapa. Adoraba cada gesto suyo, cada parte de ella... podría pasarme horas contemplándola y de hecho lo hacía, hasta que ella se daba cuenta y el rubor en sus mejillas aparecía... era algo divino, tanto que no podía resistirme a besarla.

- Ya te perdiste otra vez - dijo chasqueando los dedos delante de mi rostro. - Demonios, nunca te había visto así, te ha pegado fuerte ¿eh?. - asentí mientras observábamos cómo la rubia se ponía en pie con la bebé y la llevaba a la habitación dejando un beso en mi mejilla.

- Oh Jisoo... estoy enamorada. 

- Ya lo creo, ¿qué ha pasado con la capulla de mi hermana?

- Rosé... eso pasó - ambas sonreímos cuando mi hermana revolvió mi cabello. - Bueno... pero no hablemos sólo de mí ¿qué tal con Jennie?.

- Oh... - Jisoo se ruborizó. - Ella es simplemente asombrosa, Lili. En todos los sentidos... créeme. 

- ¿Mmm? Has llegado a segunda base ¿eh? - Jisoo se volvió a sonrojar y asintió.

Me alegré por mi hermana. Jisoo siempre había sido más tímida que yo para muchas cosas. Nunca le había conocido una novia, ni ninguna compañera. Cuando salíamos ella no solía fraternizar con ninguna mujer, simplemente se limitaba a sacarme a mí de los malditos apuros en los que me metía. Quizá ese había sido su problema, que estaba pendiente siempre de rescatar a su estúpida hermana...

- Hoy no vendré a casa, me quedaré con Jennie - dijo Jisoo tomando su mochila. - Quizá puedas aprovechar a pasar tiempo a solas con Rosé - movió las cejas de manera sugerente.

- Cállate - le dije tirando una servilleta a su rostro. - Venga, vete - ella sonrió y salió disparada hacia la puerta.

- ¿Y Jisoo? - la rubia se asomó con un biberón en sus manos. 

- Se quedará con Jennie hoy - tomé el biberón y lo metí en el lavavajillas. - ¿Te apetecería hacer algo?

- ¿Como qué? - preguntó divertida.

- Ya sabes... una cena, una peli... - ella sonrió dejando un beso en mis labios.

- ¿No estarás intentando seducirme...? - negué con la cabeza.

- No... pero... - besé sus labios. - si lo estuviera haciendo... ¿funciona? - Rosé soltó una carcajada y me empujó ligeramente.

- Gánatelo - sonrió dejando caer levemente la tira de su vestido. Tragué saliva en seco y noté mi cuerpo tensarse... Ella se acercó y fue desabrochando uno a uno los botones de mi camisa, tan lentamente que era una maldita tortura... sus ojos no dejaron de observar los míos en ningún momento.