Parte 40

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Gleen:

Las personas aprendemos. Yo no era bueno conteniendo mi sed de caza-vampiros hasta qué te conocí. Tuve algo por lo que aprender, la chica qué se convertiría en mi único amor. -sonríe- Serás una fantástica mamá, te lo aseguro.

Rachel:

-Le mira un poco mejor- Gracias Gleen -Sonríe un poco y le besa- Aunque para quedarme más tranquila me gustaría practicar, tu que sabes cómo lidiar conmigo, ¿me puedes hacer pruebas y enseñarme para estar segura de hacerlo bien?

Gleen:

Claro qué puedo, sería interesante y divertido. -sonríe y luego la mira intensamente- Te quiero, mi tonta ratoncita

Rachel:

-Sonríe mirándole y mueve las piernas moviendo el agua- Dime consejos porfi -Ríe leve- A ver qué contesto

Gleen:

Mmm no debes gritar mucho. Debes ser calmada y usar los gritos sólo cuando sea muy grave. -dice masajeándola en los hombros-

Rachel:

-Cierra los ojos escuchándole- Y si miente y tú no estás como averiguó que miente, y si le preocupa algo, ¿cómo lo sé?

Gleen:

Pues si le enseñamos lo qué está bien y lo qué está mal, y la tratamos con cariño. No creo qué te mienta. Además después de un par de veces ya tampoco creo que se atreva a mentirnos. -dice acariciándole los pechos y la barriga-

Rachel:

-Le mira y ríe leve- Yo a ti te miento aunque me intentes educar -Le mira pícara-

Gleen:

Porque es tu carácter, así te han criado y es muy difícil cambiar. -le muerde el cuello mientras debajo del agua acaricia su entrepierna-

Rachel:

-Sonríe y suspira- Entonces... -Piensa- ¿no voy a cambiar?

Gleen:

No te preocupes por eso, el tiempo dirá. De todas formas yo estaré contigo siempre -dice masturbándola flojito-

Rachel:

-Suspira y se excita- mm que bien se siente que tranquila -Mueve las piernas haciendo espuma. Se apoya más en la espalda de Gleen ya que ambos estaban en la bañera-

Gleen:

-la masajea más fuerte- Y si se porta mal se le dará un castigo leve. Pues hay que educar a nuestra bebé para qué sea un angelito. –Se recoloca mejor rodeándola en un abrazo y luego continua su tarea silenciosa de excitarla-

Rachel:

-Ríe leve mordiéndose el labio- ¿Tan angelito como soy yo? -Le acaricia las piernas-

Gleen:

-le mete un par de dedos- Más angelito aún. -se puso duro enseguida-

Rachel:

-Ríe al escucharle suspirando- Mientras no haga todo lo que yo he llegado a hacer yo estoy contenta -Se muerde el labio por la excitación sintiendo detrás su erección-

Gleen:

-le pone la polla entre las piernas, sin metérsela- Cuidaremos de qué eso no pase.

Rachel:

El castigo del vampiroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora