Encuentro

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Encendió su cigarrillo dando la primera calada buscando un poco de tranquilidad.

- Ka- Kakashi?-. Una voz femenina lo saco de su ensimismamiento dejandolo helado al saber a quien correspondia esa suave voz.

El peli plata giro sobre sus talones para ver parada frente a él a una mujer de cabellera corta en color café, los ojos de esta eran grandes y de un tono similar al de su cabellera.

- Rin...-. No dijo más, solo la llamo por su nombre teniendo como respuesta una sonrisa tímida de parte de la mujer enfundada en una bata blanca.

- Es bueno verte kakashi, Genma me dijo que estabas aquí...lamento mucho lo de tu hija-. Lo último fue un susurro lleno de melancolía.

- Gracias, me da gusto ver qué estás bien-. Lo decía enserio, tenía su historia con esa mujer y cuando despareció de Seúl la había dejado atravesando un mal momento.

- ¿Co- como haz estado?-. Pregunto la peli café, con el rostro un tanto compungido al recordar el pasado.

Kakashi asíntio levemente indicando que se encontraba bien.

- Rin...yo qui-
- Está bien kakashi, por ahora ocúpate de tu hija...después hablaremos de lo que quieras-. Interrumpió al peli plata sabiendo el tema que este quería tocar, pero ella a pesar de los años aún no estaba lista para hacerlo. Así que recurrió al tema de su hija para poder evadirlo...al menos por el momento.

- Rin-. Él tono que uso kakashi fue suave.

- Está bien Kakashi...-. Sonrió
- Me voy, pero estaré al tanto de lo que tú pequeña necesite...avísame si ocupas algo-. Se despidió agitando la mano dando la espalda al Hatake.

Kakashi sentía que su corazón se detendría, definitivamente no era su mejor día, enterarse que Hinata era la ex de un Uchiha y encontrarse con uno de sus más temidos fantasmas del pasado, quizá Rin querría asesinarlo, pero contrario a eso le deseaba lo mejor para su hija, y encima de todo esa mujer le sonreía. Él merecía el infierno, pero debió haber echo algo bueno en su vida pasada.
No sabía que esto era aquello que solemos llamar la paz antes de la tormenta.

...............

- Ya volverán Sasuke-kun -. Dijo Orochimaru al entrar a la habitación en la que se encontraba él mencionado mirándose al espejo.
Ante los vocablos del peli café Sasuke hizo una mueca indecifrable.

- Tus músculos...ya volverán-. Aclaro, ya que ver al uchiha en el espejo le hizo saber al observador genetista que trataba de encontrar aquellos que en su momento fue un grande y atlético cuerpo lleno de músculos.

- !Tsk¡-. Musitó el peli negro al verse descubierto.

- Tu cuerpo no está en buenas condiciones para un transplante, pero...-. Tomo su mentón mientras pensaba y miraba al Uchiha, este arqueo una ceja indicando que esperaba para que continuara.

- Bueno, supongo que no te interesa saber el resto, ya que harás que yo lo haga sin importar tu condición ¿Cierto?-. Soltó sabiendo que Sasuke no daría importancia a su estado de salud, siempre y cuando aquella pequeña niña terminará recibiendo con éxito aquello que al parecer solo él podía darle

- Lo haremos mañana-. Indico con su frío tono de voz sorprendiendo a Orochimaru, quien debido a la sorpresa soltó la jeringa que sostenía en sus manos listo para aplicarla al peli negro.

- Es muy pronto, yo consi-.

-¿ Acaso no eres capaz?!-. Interrumpió al darse cuenta que el doctor planeaba alargar la operación.

- Necesito como mínimo un par de dias-.
- Mi hija no tiene tiempo...creí que el gran Orochimaru era capaz de eso, supongo que tendré que buscar a alguien mas-. Sabía que eso daría en el ego del peli café, ya que esté se vanagloriaba diciendo que no había en la tierra ni una sola alma humana que se acercara a todos descubrimientos que él había echo, ya que esto fuera cierto o falso el sujeto no tenía intención de tener la atención de tanta gente al recibir el premio Nobel, ya que esto se interpondria en sus muy preciados experimentos, ya era un secreto a voces el saber que no todos eran sanos y que la mayoría eran probados en humanos de manera ilegal.

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