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Luego de interrogantes por parte de su madre y su hermana tratando de hacerla callar, conociendo el carácter de su hermano, Jimin logró salir de su casa e ir en camino a entregar el pendiente.

En su mente pensaba cómo dárselo. Básicamente debía existir una comunicación entre ellos y no simplemente entregarle el arete e irse.

Quizás Jiyu tenía razón. Ella lo conocía más que nadie, pues tenían una relación de hermanos envidiable. Normalmente dos hermanos no saben cómo tratarse bien, pero para el mayor, la pequeña es como una hija.

No era mal chico, no le gustaba maltratar a las personas. Pero al ser solitario, le costaba socializar. En una etapa de su vida dejó de sonreír, justo cuando terminó con la chica que creyó que era para él. Se sintió tan mal consigo mismo que creyó que cambiar de instituto sería su mejor opción, no soportaba compartir el mismo aire con la persona que lo hizo verse diferente, porque además de jugar con sus sentimientos, también arruinó su autoestima, desde entonces comenzó a ser complejista y perfeccionista. Importándole demasiado la opinión de los demás sobre él, sabiendo que está mal, pero necesitaba a alguien que no lo hiciera sentir poca cosa. La hermana siempre estuvo ahí para él, aunque no se desahogaba con ella porque le parecía un tema que sólo podía preocuparla y prefería que ocupara su tiempo en ella misma y no en sus problemas.

Su madre también notó un cambio en él, era más sonriente, confiado, alegre. Solían hablar más entre ellos, aunque Jimin era tímido y no hablaba mucho de él, hablaba siempre con su madre, cuidaba de su salud, debatían sobre temas que al varón no le importaban mucho, pero si esto hacía feliz a su madre lo hacía.

También el cambio físico comenzó a preocuparla, y es que el chico no soportó las palabras de su exnovia, quien siempre se empeñó en hacerlo sentir mal luego de meses de relación.

Flashback:

Jiminie— llama ella y abre la puerta levemente.

Jimin se encontraba acostado, con su mirada puesta en el techo. Su mente era invadida por las hirientes palabras de su exnovia, tanto que no le importaba la presencia de su madre.

—He hecho la cena, ¿bajas?— informa en un tono suave.

Éste aún con su mirada perdida responde:

—No tengo hambre, mamá— aunque estaba roto, no podía ser cortante con su madre, así que utilizó el mismo tono de regreso.

La madre cierra la puerta tras ella y camina hacia la cama, tomando asiento a su lado.

—Jimin— acaricia su rostro, pero él se mantiene estático— no has comido nada en todo el día. Llevas días así— su tono era de total preocupación, le dolía ver a su hijo de esa manera— dime, ¿hay algo que pueda hacer para ayudarte?

—¿Puedo estar sólo?— finalmente conecta sus ojos— lo siento, no quiero echarte, pero necesito..— traga intentando bajar el nudo que se forma en su garganta— necesito estar sólo.

Ésta chasquea su lengua al sentirse frustrada por no saber qué hacer y se levanta de la cama para caminar hacia la puerta.

—Lo que sea que necesites, yo estaré ahí— dice antes de comenzar a caminar, pero la voz de su hijo la detiene.

—Mamá..

Ella lo observa de regreso.

—Por favor, no dejes a Jiyu subir— pide.

La madre comprendiendo el porqué de su petición, suspiró dolida y asintió levemente.

—Gracias— agradece.

Blind Love _박지민_✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora