Extra lll

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—Adelante.

Indica la chica, luego de dar tres toques en la puerta de la sala.

Semi no duda en entrar al escuchar su voz, Jimin decide esperar afuera. La presente no puede evitar dejar escapar una sonrisa al verla, desde luego era un placer volver a verla luego de cierto tiempo.

—¡Semi!— chilla emocionada, y no duda ni un momento en envolverla entre sus brazos luego de levantarse de la silla.

La menor corresponde, sintiendo la misma sensación de felicidad que invade su alma por esta visita.

—Te extrañé mucho, Ara— admite en casi un susurro.

Deciden separarse luego de varios segundos, para así apreciar sus hermosos rostros. Semi no deja de estar agradecida con la mujer que tiene de frente, ya que,  gracias a su potencial y trabajo, ella tiene la capacidad de ver todo a su alrededor, cómo podía antes del accidente.

—Dios, Semi, te veo diferente ¿sabes?— confiesa, frunciendo el ceño acompañada de una sonrisa. Posteriormente, toma asiento.

—¿Sí?— ella se observa a sí misma, dudosa.

—Estás más rellena— entrecierra sus ojos— ¿que has estado haciendo, jovencita?— un tono pícaro salió a propósito.

Semi abre sus ojos exageradamente ante las suposiciones de la doctora, y acto seguido sus mejillas arden.

—Nada..— menciona rápidamente.

—¿No?— indaga sin creerle— ¿entonces qué te trae por aquí el hospital?— cruza sus piernas y deja sus manos juntas sobre ellas, viéndola con una ceja alzada.

Semi no sabe qué decir, no puede enfrentar la mirada de la doctora.

—Quizás.. estoy sólo dudosa— comenta, observando el suelo.

La sonrisa de Ara desaparece, se sorprende, eso es lo que su rostro demuestra.

—¿Se han estado cuidando?

La menor traga saliva, y ahí es cuando la doctora saca sus conclusiones.

—¿Dónde demonios está Jimin? No habrás venido sola ¿o sí?— se levanta del asiento y Semi se encoge en su lugar, señalando la puerta, indicando que Jimin se encuentra afuera.

—¡¡Park!!

Jimin no pudo evitar sentir una gota de miedo al escuchar el tono enojado de la doctora desde dentro.

—Madre mía— susurra y pasa a la sala, encontró inmediatamente a la doctora observándolo de manera acusatoria.

—Es tu culpa, lo sabes, ¿no?

—¿Yo tengo la culpa de que tu paciente sea una hormonal alérgica al látex?— se defiende, automáticamente Semi lo observa ofendida.

—No le hago alergia al látex, Jimin— niega.

—Ah, ¿y cómo no niegas que eres una hormonal?— sonríe maliciosamente y Semi ríe levemente.

—Chicos— interrumpe Ara— ¿Son conscientes de que serán padres jóvenes? ¿O piensas interrumpirlo?— observa a la chica.

—Aún no sabemos qué pueda ser, Ara— ríe nerviosa y toca su abdomen suavemente.

—¡No te toques, que me pones nervioso!— pide Jimin, un poco inquieto.

Era algo que él quería vivir, pero definitivamente no estaba preparado. Aún así, si ese llegaba a ser el caso, él lo haría por ella. Debía prepararse.

—Tranquilo, amor— sonríe Semi y aparta la mano de la zona.

—Bueno, Semi— vuelve a tomar protagonismo la doctora— la prueba más efectiva es el análisis de sangre— la observa.

—¿La harás tú?

Sonríe.

—¿Confías en alguna otra doctora en este lugar? Claro que lo haré yo— guiña— será más rápido— lleva su mirada hacia la puerta— vamos.

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—¿Cómo te sientes?

—Un poco débil— sonríe levemente, acostada en la camilla, luego de haber sido extraída su sangre.

—¿Necesitas algo, amor?— indaga él, preocupado, agarrando con más fuerza su mano— Doctora, ¿ella necesita algo?— dirige su mirada hacia la mujer, quién está ocupada en la muestra.

—Es normal que esté así, no te preocupes tanto— ríe levemente.

—Perdón, soy nuevo en esto, nunca había pasado por algo así— se excusa, apenado.

Esto hizo sonreír ampliamente a la doctora, quien detectaba altas señales de amor verdadero por su parte, y no estaba equivocada.

—Semi, menudo regalito te cayó del cielo, éste chico vale oro— opina, con sus ojos sobre la muestra y el análisis.

La menor sonríe.

—Definitivamente es un regalo del cielo.

Jimin sonríe levemente, sintiendo sus mejillas arder, y aprieta más la mano de su amada.

—¿Tienes hambre?— indaga nuevamente.

—Un poco.

—¿Puede comer, Ara?

—Claro que sí, de hecho, los resultados salen en unas horas, mañana les diré con exactitud. Así que si quieren irse, pueden— indica.

—¿Te sientes muy débil, amor?

—Creo que soy muy dramática— ríe floja— pero un poquito.

Jimin conectó miradas con Ara, y ella sólo se encogió de hombros para seguir en lo suyo. Éste entendió que ya podía llevársela, pero no la dejaría caminar hasta llegar al auto, así que, cuidadosamente, la cargó entre sus brazos.

—Uy— frunce un poco el ceño— debo ejercitarme más— comenta bajito.

Sentía el cuerpo de su novia un poquito más pesado que antes, ahí comenzó a pensar que se debía a su escasos ejercicios.

—No creo que sea eso— comenta Ara, demostrando que lo había escuchado— definitivamente tu novia está subiendo un poco de peso, mañana le haremos un chequeo general.

—Está bien— asiente— igual, debería retomar mi rutina, llevo semanas sin hacer ejercicios.

—Amor, tú estás hermoso así..— habla Semi, con los ojos cerrados— no te esfuerces mucho, bebé.

Este sonríe levemente y besa su frente enternecido.

—Bueno, Ara, te la traigo mañana— hace saber una vez más, antes de salir del lugar con ella entre brazos.

—Dejo mi paciente a tu cuido, Jimin, confío en tí— menciona ella y sonríe, despidiéndose con la mano.

Blind Love _박지민_✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora