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Sus días eran bastante aburridos y monótonos.

Despertar, ir al trabajo, conocer la historia de un nuevo paciente, recetarle, ver cómo mejora, mejorar su estatus como psiquiatra, ir a casa, dormir.

Todos los días, siempre la misma rutina.

Deseó que en algún momento de su carrera el paciente que le hiciera recordar su pasión-la razón por la cuál decidió ayudar a la gente- se sentara en el sillón de cuero delante de él.

Alguien que le recordara la emoción de ser lo que era, de levantarse cada día, de escuchar, aconsejar, recetar, felicitar.

Quería sentir eso de nuevo. Un poco de acción en su aún joven vida no estaría mal.

Así fue hasta unos días después, cuando en las noticias de la noche por el canal 12 daban uno de los reportajes de crimen más horrendos que jamás haya creído escuchar.

Horrorizado miró con ojos grandes y un nudo en el estómago las imágenes que en la pantalla pasaban, tan absorto estaba que el sonido de su celular al entrar una llamada casi lo hizo gritar una maldición que seguramente despertaría a sus hijos.

Al mirar el identificador de llamadas y ver qué era uno de sus contactos en el departamento de policía, rezó para que no se tratara de lo que pensaba.

¿Viste las noticias?

Justo estoy en ello... es cierto que ellos...?

Sí, es cierto.

...

Necesito que vengas, te explicaré todo cuando llegues. Están aquí.

...

Ninguno dice alguna palabra, dicen que no hablarán a menos que estén juntos y con una persona adecuada... perdón, no pude pensar en nadie más.

...

Sigues ahí?

Definitivamente se arrepentía de desear por algo que cambiase su monótona y aburrida vida.

.

.

Sentía su respiración pasar por cada centímetro de su cuerpo, su rostro se veía pálido, cansado. Se sentía ansioso y a la vez su corazón latía más lento. Las miradas que recibió al llegar al vestíbulo no ayudaban, los susurros de los policías que presenciaron la escena le hacían preguntarse cuánto más es que su cuerpo podía aguantar sin expulsar la cena el día anterior.

"Son unos animales. "

"Sigo sin creer que él lo haya hecho. "

"¿Cuándo empieza el turno del doctor? Necesito hablar con él. "

"Te puedo jurar que eran más de los que tenemos registro, cuando entramos a su sótano-"

Decidió simplemente dejar de escuchar y dirigirse a la sala designada para él y sus nuevos pacientes.

En la puerta, el gran Erwin Smith hacía acto de presencia, su imponente figura y duro semblante fue lo primero que vio. Las ojeras y aspecto descuidado no era algo a lo que se podría acostumbrar, las líneas en su rostro y una taza de café en una de sus manos fueron algo que nunca creyó ver.

El policía que lo acompañaba le dijo que lo esperara ahí, él le avisaría a Erwin de su llegada, la sonrisa que pretendía ser amable y cordial terminó por ser una mueca forzada que expresaba pena por él y por lo que tendría que hacer.

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⏰ Última actualización: Sep 02, 2022 ⏰

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