El despertar a Emma le llegó en forma de una persona saltando sobre ella, luego la risa de otra persona. Como pudo se quitó a la persona que tenía sobre ella y se sentó en la cama, dándose cuenta de que las personas eran Lillith y Mérida, siendo la pelirroja la que saltó sobre ella.
–¿Por qué vinieron a despertarme, par de idiotas?–. Emma salió de la cama y se puso a buscar la ropa que utilizaría en el día.
–Ya es hora de desayunar y mis madre no nos dejaran comer hasta que la pequeña princesa Emma baje a acompañarnos, y yo tengo hambre así que vinimos por ti—. Lillith explico esto mientras movía una de sus manos y cambiaba la ropa de Emma luego de limpiarla, con otro golpe de su muñeca aparecieron en el comedor.
Ni para Mérida y mucho menos para Lillith era una sorpresa encontrarse con Regina y Maléfica besándose; pero para Emma si fue una sorpresa y se encontró deseando ocupar el lugar de las reinas, para luego pensar en cómo sería besar a una y luego besar a la otra, y al parecer estaba siendo muy obvia, pues Lillith le dio una mirada que decía muchas cosas.
–Madres, vamos a comer comida de verdad, por favor–. Las reinas se separaron con un ligero gruñido de parte de Maléfica al cual Lillith respondió; pero con una mirada de su madre se quedó estática, pues el dragón de Maléfica sintió eso como un reto implícito.
–¿Qué les he dicho de gruñir en la mesa?–. El duro tono de Regina hizo que las custro mujeres presentes se estremecieran por diferentes razones.
La comida fue servida y por algunos minutos solo se dedicaron a comer, hasta que Zelena y Ruby hicieron acto de presencia, ambas con pinta de que la noche fue de lo más interesante para las dos.
–Tía, no sabía que domar lobos estaba en tu larga lista de habilidades–. Lillith no tenía filtro y mucho menos si se trataba de algo relacionado a Zelena, pues ella misma le enseñó a su sobrina a ser de esa manera.
–Es que no lo está, Lily–. El sonrojo de Zelena rivalizaba bastante bien con el tono de su cabello, Ruby se acercó a su pelirroja y la besó en la mejilla antes de sonreír orgullosa.
–Su bebé será hermoso–. Ese comentario de Emma hizo que más de una se ahora, la única que no lo hizo fue Maléfica y solo porque había terminado de tragar su comida.
–Emma deja de decir que la gente tendrá bebés así como así, por amor a todo lo sagrado, vendrás matando a alguien un día de estos–. Maléfica dijo aquello mientras frotaba la espalda de Regina.
–No es mi culpa que ustedes sean tan ciegas como para no ver que Zelena y Ruby son amores verdaderos y almas gemelas–. Emma se cruzó de brazos y odas pudieron ver un pequeño destello en sus ojos.
–¿Cómo sabes que somos almas gemelas y amores verdaderos, Emma?–. Ruby preguntó esto mientras se sentaba recta y se alejaba un poco de Zelena, la reina lo notó y la atrajo más hacia ella.
–¿Cuándo fue tu ultima transformación, Ruby?–. La loba no entendía porque Emma le hacía esa pregunta; pero se puso a sacar la cuenta de las lunas.
–En la última luna llena, Emma, como pasa siempre que no tengo la capa; pero eso lo sabes hace muchísimos años, Emma–. La princesa no dijo nada y esperó hasta que alguien más lo dijese en voz alta; pero al parecer nadie tenía ánimos de hablar.
–¿Tenias algún trozo de tu capa ayer? –Ruby giró los ojos y negó–. ¿Alguien te ha hecho un nuevo amuleto? –Ruby negó nuevamente, se estaba frustrando con las preguntas de Emma–. Ayer fue luna llena, Ruby–. Cuando Emma dijo aquello Ruby contó las lunas 'por sexta vez y se dio cuenta de que su ahijada tenía toda la razón.
ESTÁS LEYENDO
El cisne, la manzana y el dragón
FanfictionTres corazones dispuestos a amarse, dos con un latido similar debido a los años de convivencia, y este latido se acelerará cuando un tercer, y joven, corazón se sume a esta ecuación. Una joven e inocente princesa, que caer presa de los encantos de...