Emma es la princesa heredera del Reino Blanco y por ende debe elegir un marido en su cumpleaños número dieciocho, el cual ya estaba previamente seleccionado por sus padres, así que todo aquello era sólo una cortesía para con ella y una razón más para que sus padres hicieran una fiesta. Toda aquella elección iba enmascarada con una visita al reino del joven en cuestión, así que Emma lo que realmente elegiría en su fiesta era el reino la que iría.
–¿No pueden sólo decir que me casaré con Bealfire y ya?–. Emma no quería ir al reino del Oscuro, sabía muy bien lo que el joven príncipe haría con ella y eso no le gustaba para nada.
–No, sabes muy bien que los contratos matrimoniales ya no son una vía valida en nuestros reinos, así que irás, estarás un tiempo allá, luego dirás que te enamoraste de él en tu estadía y nadie dirá nada en contra de eso–. David estaba bastante tranquilo, nada podía salir mal y nada saldría mal, y al final tendría una alianza con el reino más poderoso luego del Reino del Páramo.
–Si están prohibidos ¿Por qué hicieron uno en mi nombre?–. La joven no entendía la lógica de sus padres y mucho menos entendía por qué la prometieron a ese joven en específico.
–No es una contrato, es sólo una alianza –Snow se levantó y se sirvió una copa de vino–, ahora ve a buscar a Ruby para que te aliste, no falta mucho para el baile y todos deben ver lo hermosa que eres–. Sin poder decir o hacer algo Emma salió en busca de su madrina y mejor amiga, quien era la encargada de vestirla, peinarla y convertirla en la perfecta princesa que ciertamente no era.
En otro lugar lejos de aquel castillo dos hermosa e imponentes mujeres se arreglaban para ir al cumpleaños de cierta princesa rubia al cual habían sido invitadas sólo por cortesía.
–¿Segura que quieres hacer esto, Gina?–. La mujer que preguntó posó las manos en la cadera de su esposa y besó suavemente su mejilla.
–Sí, Mal, no puedo seguir huyendo, y para terminar de sanar debo ver frente a frente a la causante de mis males, así sabré a plenitud que puedo ser feliz sin que ella me empañe–. Se giró, colocó los brazos en el cuello de su esposa y depositó un largo y dulce beso en sus labios.
–Si es así, entonces ¿Qué estamos esperando para salir?–. Regina rió ante el acto tan infantil de Maléfica.
–A que baje un poco el sol, sabes que los últimos en llegar son los que mejor posicionados están y mejor entrada hacen–. Mal le dio la razón a su esposa con un asentimiento y otro pequeño beso.
Poco sabían ellas que aquel día sus vidas cambiarían para siempre y de una manera que ninguna de ellas esperaba. El cisne, la manzana y el dragón se encontrarían por primera vez, y sería un acontecimiento casi divino para las tres.
¡De nuevo a la carga!
Otro dragonswanqueen, porque amo esta relación con mi vida.
Espero les guste
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El cisne, la manzana y el dragón
FanficTres corazones dispuestos a amarse, dos con un latido similar debido a los años de convivencia, y este latido se acelerará cuando un tercer, y joven, corazón se sume a esta ecuación. Una joven e inocente princesa, que caer presa de los encantos de...